T R E I N T A Y N U E V E

108 15 0
                                    

14. Septiembre. 2020

Que incomodo.

Que incomodo.

Que incomodo.

Se hizo de noche y en ningún momento paro de llover.

Son momentos en estos cuando las personas muestran realmente como son, cuando tienen una decisión para tomar y lo hacen con amabilidad. De otra persona me sacaba de la casa, es decir, yo lo metí en prisión.

Pero Dan por otro lado me llevo a la habitación de huéspedes, me dio cobijas y me presto ropa.

¡Me presto ropa!

También me dejo la pistola, nos hemos limitado a tocarla únicamente con guantes, así que usando unos (algo grandes para mi), la reviso. Le faltan tres balas y es bastante pesada, deduzco que fue usada por un hombre.

-¡Voy a hablar con ella! -escucho hablar indignada a la mama de Dan.

-Mama -habla el bajito, pero no lo suficiente porque lo escucho-, por favor, estamos juntos en un proyecto.

-¡No la clase de proyecto en el que deberías! -baja la voz, pero suena firme- Ella te mando a prisión.

-Sabes que no fue solo ella mamá...

-¡¿La estas justificando?! -pregunta incrédula la señora Bullock.

Escucho como Dan suelta un suspiro. Yo mientras guardo lentamente el arma, lo ultimo que me falta es que esta mujer me encuentre con un arma en las manos.

-No mama -suelta cansado Dan-, pero la necesito.

Escucho como la señora Bullock suelta un suspiro.

-Pero...

-Ademas yo no quiero ser una mala persona -la voz le suena afligida a Dan-, me niego a ser una mala persona. Y si la sacamos a la calle se va a perder y lo mas probable es que amanezca muerta.

-¡Tu pudiste morir!

-Pero no lo hice -casi me puedo imaginar a Dan sonriendo para consolar a su madre-, soy mas fuerte que eso.

Por un momento todo se queda en silencio y pensando que se han ido me deslizo en la cama y me cubro con las cobijas para poder dormir.

-Sabes quien te hizo eso ¿verdad? -escucho que vuelve a hablar la madre de Dan.

-Lo se -lo escucho responder-, pero no te preocupes por eso mamá, yo me encargo.

Finalmente escucho sus pasos alejándose y puedo relajar mi cuerpo sin contener un suspiro de tranquilidad.

***

Al siguiente día me despierto tras no haber dormido de la mejor manera por el miedo a... pff, ya ni estoy segura a que.

Mi ropa ya esta limpia por suerte, así que me doy un baño con agua caliente y me visto. Salgo de forma silenciosa de la habitación y comienzo a dar pasos lentos, estoy a nada de llegar al pasillo cuando la puerta que esta a mi derecha se abre y aparece Dan frente a mis ojos sin camisa y con gotitas cayendo de su cabello y recorriendo su trozo.

-¿Eli? -me hace sentir tan mal que me llame por mi diminutivo.

-Dan -me incorporo y pongo una mano en mi nuca-, ehh... Buenos días.

-¿Te estabas yendo? -me cuestiona encarando una ceja.

-Yo... eh... ¿No? -estúpida, estúpida, estúpida.

El me mira frunciendo el ceño.

-Menos mal, te iba a decir que si íbamos a visitar a Lila -golpe bajo, había olvidado que íbamos a visitar a Lila. ¿Por qué soy así?

SwirldaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora