C U A R E N T A Y S I E T E

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El placer supremo es obtener lo que se anhela.

Tales de Mileto.

[Este capitulo va dedicado a mi hermana Valentina, por su apoyo, atención y ayuda]

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Y eso fue lo que sintió ese día el asesino.

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Soy levemente consciente de mi prima, a un lado del cuerpo pasando las manos por su cara asustada y restregando la sangre levemente por su reacción.

Así que yo salgo de mi shock y siendo consciente de las gotas de sangre que salpican mi cara me levanto corriendo, llego al lado de mi prima y la halo para obligarla a levantarse de igual manera y la obligo a entrar corriendo a la casa. Nos hemos alejado un poco de la puerta cuando esta estalla en un montón de vidrios.

No me detengo y dando jalones al brazo de mi prima la hago seguirme corriendo.

No dejo de correr hasta que llegamos al garaje y me subo en el primer auto que veo mientras hago que la cejuela se abra. Para mi desesperación lo hace muy lento, y cuando por fin esta abierta piso el acelerador y salgo a toda mierda.

El guardia nos abre la puerta y yo acelero lo máximo que puedo sin ser muy consciente de que esto podría ocasionarnos un accidente.

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11.13

Llegamos a mi casa tras un lento recorrido, ya que Evan decide ser precavido tras lo sucedido con su papá.

Entramos corriendo 

Es solo ingresar cuando veo a mi hermana y a Mirana haciéndose las uñas, Evan mira con bastante curiosidad al rededor y ese es el momento en el que recuerdo que es millonario.

-¿Y los niños?

Ambas dejan de reír y voltean a mirarme.

-Los dejamos con la señora Gutiérrez -responde Mirana con una sonrisa en el rostro.

Se ve bastante joven, parece hermana con Tory en vez de madre e hija.

-¿Dónde estuviste anoche?

-Me quede con Jordan -miro por un momento a Evan-, voy a estar arriba con Evan.

Evan les sonríe, sonrisa que ellas devuelven y nos dirigimos a las escaleras.

Lo llevo hasta mi habitación la cual esta hecha un desastre por la cantidad de críos que han estado en ella, es mas, se concentra un olor algo pesado y no han abierto ni las cortinas, así que encendemos la luz.

Me inclino y reviso bajo la cama hasta que veo la tabla suelta y me meto un poco bajo la cama.

-¿Necesitas ayuda?

-No -retiro la tabla y veo...

Nada.

Me alboroto intentando encontrar una nota que ya no esta.

-¿Sucede algo Eli?

-¡No hay nada! La nota no esta.

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