T R E S

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Primer día de universidad... y no es para nada como lo imagine; Lila no esta conmigo y Dan tampoco, estoy yo sola.

Jamas me había sentido tan invisible, pero aun así esto es mejor,la atención en exceso de las personas suele ser malintencionada.

Frente a la universidad veo a la cantidad de alumnos, vestidos en su mayoría como hipsters. Algunos se encuentra en esquinas un poco alejadas fumando, otros están leyendo mientras caminan, y la gran mayoría lleva un café en la mano.

Se me olvidaba mencionar que todos tienen ese aspecto de ricos, todas las chicas con las uñas bien arregladas, osea que no suelen hacer ningún aseo en sus casas. Los chicos por otro lado llevan sus zapatos pulcros, así como solo los niños ricos llevan.

Hay personas al rededor de la entrada dejando justo el espacio para que los demás entren, pero esto se haría pasando entre todos, cosa que no me llama la atención.

Recuerdo que hay una entrada por atrás, y se que a estos chicos no les llama la atención rodear la construcción solo para entrar por otra puerta.

Paso entre los adolescentes, yo con mis botas gastadas, yo con mi chaqueta que tiene hilos salidos, yo con mi maleta remendada. Ellos no me miran, y los que lo hacen se demoran mas, con esas sonrisas de burla, o esa forma de arrugar la nariz en expresión de asco. Aunque no huelo mal (obviamente), para ellos mi aspecto no es suficiente.

Volteo por la esquina de la universidad, hay un caminito rodeado de pasto y hermosas flores, todo puesto de forma perfecta, o de la forma mas perfecta que permite la naturaleza.

Veo unas bancas, todas vacías. Cuando vuelvo a pasar por una curva y veo mas bancas, descubro que no todas están vacías, hay una ocupada.

No logro ver mucho desde donde estoy, aun no he comprado las gafas que se me rompieron ese horrible día en el río. Pero aun así es perceptible que hay un chico y un caballete, el se mueve frente al lienzo, creo que su cabello es negro.

Sigo mi camino mientras acomodo mi maleta en mi hombro, y tal como lo pensé, la entrada trasera esta vacía, pero abierta.

Cuando ingreso al salo de mi primera clase veo que solo hay una persona, un chico castaño. Me siento tras el y saco mi portátil.

-Hola -el se da la vuelta para saludarme cuando yo apenas logro colocar mi computador en la mesa.

-Hola.

-¿Por qué no te sientas conmigo? -me ofrece el chico regalándome una sonrisa.

Yo lo miro con desconfianza.

-No, gracias.

-Vale -el vuelve a sonreír, no tiene una dentadura perfecta, pero aun así su sonrisa no es desagradable-. Me presento, soy Ashton Lennon.

Por primer vez le devuelvo la sonrisa cuando desde su incomoda pose me hace una reverencia.

-Soy Elizabeth Stone -le devuelvo la reverencia.

-¿Eres nueva? 

De nuevo mi mirada de desconfianza.

-Lo digo porque estudie toda mi vida en el mismo lugar y con las mismas personas, y se quienes iban a venir aquí, pero a ti no te recuerdo... -hace una mueca de confusión.

Yo decido relajarme y de nuevo le regalo una sonrisa.

-Si, soy nueva.

El chico se levanta de su mesa y pasando sus cosas se sienta junto a mi.

-Se nota, es decir, ¿quien en estos tiempos sale sin gorro?

El chico sonríe con gracia y yo también lo hago.

SwirldaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora