Sixty-five: I'll never give up

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Sesenta y cinco: Nunca me rendiré

Horace Slughorn estaba decidido a tenerlo en su pequeña colección de alumnos famosos y sobresalientes, y Harry estaba decidido a rechazarlo cuantas veces pudiera.

Pero después de escuchar a Hermione decir que no se iba a salvar de la fiesta que estaba organizando pues se encontraba dispuesto a cambiar la fecha cuantas veces fuera posible solo para tener su presencia en la reunión, no le quedaba más que rendirse en aquel juego del escondite.

Gracias a que había logrado acomodar los entrenamientos de quidditch del equipo en las fechas en las que se celebraban aquellas reuniones que a Harry no le causaban ningún interés, había logrado evadir la mayoría de las reuniones, al igual que Lucy.

La chica no se encontraba reacia a asistir a una de las reuniones, pero gracias a Harry no había podido asistir a ninguna y había tenido que disculparse con su profesor en múltiples ocasiones.

Una semana antes de la siguiente reunión, que era más una fiesta que otra cosa, una chica de su casa, según lo que sabía Lucy se llamaba Romilda, se acercó a Harry cuando él y Lucy estaban estudiando en la sala común, algo que dejó a Lucy muy confundida, al principio ambos creyeron que la chica se acercaba para darle a Harry otra carta de Dumbledore, pero no fue así, en su lugar solo se dedicó a darle a Lucy la mirada más mortal y darle una caja de calderos de chocolate al pelinegro.

—Es un regalo de navidad, espero te gusten Harry —dijo con una sonrisa algo extraña, Lucy no paraba de fruncir el ceño mientras Harry tomaba la caja con precaución.

—Eh... ¿Gracias? —la chica le dio una última sonrisa y se alejó de ellos.

—De seguro le gustas —dijo Lucy volviendo a su redacción de Defensa Contra las Artes Oscuras.

—No lo creo —Lucy soltó una risa despectiva sin quitar los ojos de su redacción —. ¿Por qué lo crees?

—Primero, porque nadie le da calderos de chocolate a la gente porque sí —Lucy dejó su pluma sin tinta en la mesa y miró a Harry —, además, parecía a punto de matarme, de seguro quería que la invitaras —la chica sonrió.

—Oye Lucy, bueno hablando de esto y ya sabes... la fiesta de Slughorn... —Lucy podía notar el nerviosismo del chico y aunque sabía lo que le quería preguntar lo dejó hablar, porque le encantaba verlo de aquella manera —. Se supone que... ya sabes...

—¿Ajá? —Lucy lo miró expectante y Harry resopló.

—Pues tenemos que llevar a un... mmm... acompañante —la pelirroja asintió y el chico se rascó la nuca — ¿Te gustaría acompañarme?

Lucy no pudo evitar el reírse del chico, y él la miró con el ceño fruncido.

—Claro que sí, tonto —la Gryffindor tenía una sonrisa en su rostro —. No tenía ni porqué preguntarlo, yo ya lo daba por hecho.

—Si me lo hubieras dicho me hubieras ahorrado mucho trabajo —le dijo él completamente rojo y ligeramente molesto.

—Me gusta que trabajes —le dijo con una sonrisa.

...

Lucy daba vueltas por su habitación buscando los adornos plateados con los que adornaría su cabello aquella noche, Lavender y Parvati solamente la veían andar sin decirle ni una sola palabra lo cual la ponía de nervios, tal vez solamente estaban juzgando su vestido morado o los zapatos plateados con los que lo había combinado, o simplemente juzgaban la manera en la que quedaba en su cuerpo, Lucy se acomodó el vestido incómodamente.

Living In A Dream [ Harry Potter ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora