Four: blushes and smiles

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Cuatro: sonrojos y sonrisas

Lucy estaba molesta, decepcionada y triste, aquel era el día del partido de quidditch y McGonagall no había cambiado su opinión, Lucy entró al gran comedor y cuando vio a Harry su cara se iluminó, se acercó a él y lo abrazó, aquel gesto tomó por sorpresa a los dos; Lucy no sabía porque lo había hecho, se sonrojó un poco y luego para disimular aquel abrazo le deseo suerte.

—¿Y si no asistes al castigo? —le preguntó Ron, Lucy lo miró fulminante —. Encontraremos una forma de llevarte de contrabando.

Lucy arqueó una ceja.

—Ah, ¿Si? —la pelirroja le preguntó, Ron se sonrojó avergonzado —. Lo siento, no debí decirte eso.

Hermione llegó y se sentó junto a Ron, ella miró a los tres y sonrió; después del incidente del baño los cuatro eran inseparables, Hermione les ayudaba con su tarea y tenía bastantes temas de conversación muy agradables.

—¡Hola! —los saludó y la pelirroja sonrió, de pronto la castaña frunció el ceño al mirar el plato del castaño —. ¿Por qué no comes, Harry? Tienes que tener energía para el partido.

—N-no tengo hambre —dijo Harry bajando la cabeza.

—No te preocupes, sé que lo harás genial —dijo Lucy sonriente y pudo ver como las mejillas del pelinegro tomaban un color rosa, aquello le pareció muy tierno a la chica.

—Gracias... —dijo nervioso, Hermione y Ron hablaban sobre cosas de la clase así que no notaron aquello.

La profesora McGonagall se acercó a ellos, miró a los cuatro y luego se dirigió a Harry.

—Potter, Wood te espera en el campo —dijo con seriedad, luego miró a Lucy —. Señorita Evans, la espero fuera del comedor cuando termine de desayunar.

Y con esas palabras se dio media vuelta y caminó lejos de ellos, Lucy miró a sus amigos con una mueca de lado, luego les sonrió.

—Así que suerte, Harry —dijo Ron, Harry se levantó de su asiento.

—Suerte, Harry —dijo Hermione con una sonrisa.

—Lo harás perfecto, Harry —esta vez fue el turno de Lucy de hablar. El pelinegro sonrió y salió del comedor.

Lucy había seguido las indicaciones de la profesora, al terminar su desayuno la profesora McGonagall ya la esperaba en la puerta del gran comedor.

—Bueno, como todo el alumnado del castillo se encontrará fuera en el partido —Lucy ya veía venir su castigo —, limpiarás el vestíbulo de manera muggle, ¿Quedó claro?

—Claro, profesora —contestó la niña, la maestra asintió.

—Ve por las cosas necesarias a la oficina de Filch —la joven bruja asintió y se dio la vuelta, pero antes de dar el primer paso la maestra volvió a hablar:

—Créeme, Evans, no me gusta para nada castigarte —Lucy se volvió para ver a la profesora —. Y te he extrañado los jueves en mi oficina, ¿Ya no tengo con quien comer galletas?

La pelirroja sonrió.

—Pensé que ya no quería que fuera —McGonagall la miró casi sonriendo —. Ya no dejaré de ir los jueves.

Y con esas palabras se dio la vuelta y camino por los pasillos en busca de la oficina de Filch.

Una vez que encontró los instrumentos de limpieza los sacó de la pequeña oficina y caminó hacia el vestíbulo, estaba tan vacío el castillo y silencioso, comenzó a limpiar el piso del vestíbulo, de vez en cuando Lucy ayudaba a su madre en las labores del hogar, le gustaba; pero no cuando un partido que haz esperado desde hace meses se lleva a cabo.

Living In A Dream [ Harry Potter ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora