Capítulo 15

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Nate conduce lo suficientemente rápido para que al cabo de veinte minutos estemos estacionando en el garaje de su casa. Me desabrocho el cinturón y abro la puerta para bajarme. Cuando lo hago me tomo un tiempo para observar la casa desde afuera, las paredes del garaje son de un color beige, el resto de la casa tiene paredes color grises. En el pórtico hay al menos tres docenas de margaritas rosas plantadas.

—No sabía que te habías mudado. –murmuro.

Nate se congela en donde está parado y me observa tenso.

—S-si. Fue hace a-años. –tartamudea. —Ven.

Entramos a la casa y me quedo parada en el vestíbulo esperando a que Nate cierre la puerta. Me guía hasta las escaleras que están justo al lado del vestíbulo. Es una escalera de madera color roble oscuro. Subimos hasta el descansillo de esta cuando desde algún lado se escucha la voz de una mujer.

—¿Nate? ¿Eres tú? –pregunta la mujer.

Nate me mira un microsegundo y después contesta.

—Sí mamá, soy yo. –baja las escaleras. —Ven conmigo, le gustará verte.

Sonrío y bajo los pocos escalones. Darcy Griffin.

Cruzamos por la sala de estar y me doy cuenta de que solo un escalón la separa de la cocina. La base de toda la cocina es madera de caoba. En el centro de esta hay una mesa se granito con la superficie de un color gris perla, de allí para abajo es de madera y tiene tres sillas alrededor. Hay alacenas del mismo material y color formando una L en la esquina derecha.

Darcy se encuentra de espaldas, al parecer cortando verduras.

—Hola, –saluda Nate. —te traje una sorpresa. –dice mirándome. Sonrío.

—¿Ah, si? –pregunta Darcy y se da la vuelta. En cuanto me ve da un grito de alegría.

—¡Rue! –dice y se acerca con los brazos abiertos.

La abrazo.

—Hola, Darcy. –digo y siento su encantador perfume de jazmín.

—Hace años que no te veía, ¿cómo has estado? Mírate, eres toda una mujer. –dice a punto de las lágrimas. Yo también me encuentro de la misma manera.

—He estado bien, ¿y tú? –pregunto. En ese momento se escucha como se abre la ventana de cristal que se encuentra en la sala de estar. Al segundo entra en la cocina un hombre de la misma edad de Darcy. Me sonríe.

—Se escuchan tus gritos desde afuera, ¿qué pasa? –pregunta alarmado —¿Qué onda Nate? –se dirige hacia Nate y ambos chocan puños.

—Colton, déjame presentarte a Rue, ella y Nate son amigos desde que son niños. –dice con una sonrisa. Tan amigos no, su hijo me odiaba hasta hace un día, señora. —Rue, él es Colton, mi pareja.

¿Qué? ¿Qué sucedió con el padre de Nate? Oh no, ¿acaso él...? Supongo que Darcy ya no es Darcy Griffin sino Darcy White.

—Oh, hola. –saluda con una sonrisa y se acerca para tenderme la mano.

—Hola. –le devuelvo el saludo y estrechamos nuestras manos.

—Bueno, he traído a Rue aquí con la promesa de que hablaría con Ethan, así que estaremos arriba si necesitan algo. –dice Nate y ambos salimos de la cocina para ir nuevamente hacia las escaleras.
Subimos al piso de arriba y doblamos hacia la derecha donde recorremos un pasillo hasta llegar a la última puerta. Nate abre y me invita a pasar.

Wow. El cuarto de Nate es increíble. El piso es de madera antigua color roble decapé. Hay dos escalones en el centro de la habitación que separa la cama de un area de entretenimiento.

Subo los escalones y observo que la cama es al piso con una plataforma de madera lisa negra con respaldo enorme, todo su cobertor y almohadas son color negro. El techo en este sector va en caída hacia la derecha y hay dos ventanas medianas que dan vista a un hermoso cielo celeste sin ninguna nube. En la pared que esta en frente de la cama hay un televisor de al menos setenta pulgadas. Y al lado la pared tiene tres estantes llena de trofeos de baloncesto.

Bajo nuevamente los dos escalones y observo esa parte, hay una alfombra blanca que cubre la mayor parte del piso donde hay un sillón de cuero negro posicionado frente a otra televisión smart tv, que a los costados tiene un equipo de música moderno, al lado del parlante derecho hay un balcón, salgo y tengo la increíble vista de un hermoso jardín con piscina y un área para parrilladas. Vuelvo a entrar y Nate me mira con una sonrisa curiosa.

—¿Te gusta? –pregunta y se dirige hacia la computadora portátil que está en su cama.

—Es hermoso. –digo y lo sigo para sentarme en su cama junto a él.

—Lo es. –concuerda. —Aunque me iré a vivir sólo dentro de un mes.

—¿Por qué?

—Basicamente porque ya tengo veinte años y tengo que salir del nido de mamá. –sonríe.

—Tienes toda la razón. –sonrío. —Okay, creo que tienes a un hermano para mostrarme.

Nate se ríe y abre el portátil, se dirige hacia la aplicación de skype y comienza a hacer la llamada, al cabo de un minuto un Ethan asombrado aparece en la pantalla.

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