Capítulo 44

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Nate sale del estacionamiento del club y se adentra en la avenida. Enciende la radio y una canción electrónica suena en la estación más importante de la cuidad. Me doy palmadas suaves en las piernas conforme al ritmo de la pista musical y Nate tamborillea sus manos en el volante.

Luego de unos veinte minutos, Nate detiene el auto frente a mi casa y apaga el motor. La única condición para dormir con él era que antes pasáramos por mi casa así podía coger un poco de ropa para el trabajo de mañana.

—Voy contigo. –dice desabrochando su cinturón de seguridad.

Asiento y bajo de la camioneta, él me sigue por detrás cuando abro la puerta.

Subimos rápidamente las escaleras y entramos a mi habitación. Abro mi armario y tomo unos shorts de tela grises y una camiseta a rayas. Salgo de mi habitación y corro hacia al baño para tomar mi cepillo de dientes y mi peine. Vuelvo a mi cuarto y meto todo en mi bolso de mano. Tomo el cargador de mi celular y lo guardo en el bolsillo del costado.

Nate me mira entretenido sentado en mi cama mientras que a la vez, juega con las llaves de su camioneta.

Un fuerte sonido que viene desde abajo llama mi atención, luego vuelve a sonar y me doy cuenta de que es la puerta siendo cerrada.

—¿Rue? ¿Ya has llegado? –pregunta mi madre luego.

—Sí, mama. Estoy arriba. –respondo y a los pocos segundos escucho los ruidos de la escalera.

Mamá aparece por la puerta y me sonríe, pero algo en mi cama llama su atención y deposita su mirada en ella. Siento que esta a punto de reprocharme por traer a Nate pero me sorprendo al ver que su reacción es totalmente opuesta. Sonríe abiertamente y camina hacia Nate abriendo los brazos. Nate se levanta de mi cama y se deja envolver por el abrazo que ella le brinda.

Caray, podría comenzar a sospechar que mi madre quiere más a Nate que a mí.

—¿Cómo estás, hijo? –pregunta mi madre al soltarlo.

Nate sonríe.

—Estoy bien. Cansado por el trabajo, pero bien.

—Me alegro. –contesta mi madre con una sonrisa mientras acaricia su mejilla. —Te quedarás a cenar? –pregunta y él niega con la cabeza.

—De hecho, –hablo antes de que él lo haga. —Nate me invitó a cenar en su casa. Me quedaré a dormir allí y mañana iremos directo hacia el trabajo. –me rasco la nuca con nerviosismo.
Mamá asiente con la cabeza y camina hacia la puerta.

—De acuerdo. No te olvides de nada. –dice para luego desaparecer.

Miro a Nate sorprendida de que no haya dicho nada y él sólo me sonríe.

••••

Nos encontramos en un semáforo cuando el celular de Nate emite un sonido desde una pequeña guantera al lado de la palanca de cambios. Nate lo toma y su ceño se frunce al encender la pantalla, teclea durante unos segundos y vuelve a dejarlo en donde estaba.

—Debo pasar por la casa de mi madre. Serán unos minutos. –dice y coloca su mano en mi pierna.

Asiento con alegría.

—Estupendo, quiero saludarla. –respondo y él me sonríe.

••••

Llegamos y Nate no toca a la puerta, simplemente gira el pomo y entramos, me tiende la mano y cierro la puerta al ingresar.

Caminamos por la gran sala de estar y luego entramos a la cocina, donde Darcy se encuentra revolviendo algo en una cazuela.

—Hola. –saluda Nate y ella se gira.

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