Capítulo N° 4

118 5 0
                                    

Narra Simón

- Entonces, ¿Dónde dormiré? - Sigue

- Pues en mi cama o en el sofá - Anuncio.

- Pero...

- Si te vas, no saldré más contigo, ni te hablaré - Le amenazo.

- Ok, me quedaré. Pero con una condición.

- La que sea - Respondo

- ¿Fue bueno el beso de ayer? - Cuestionó

- Ramiro... Fue... De repente - Respondo

- ¿Te gustó? - Pregunta

- Pues... Sí - Afirmo. Es cierto que fue de mucha impresión y nervios, fue un momento muy agitado. Y momentos así de animados me gustan, pero no era con él exactamente que quería compartir estos momentos.

- ¿Y si lo repetimos? - Pregunta seductor.

- Ahora... Vamos a acomodar las camas para acostarnos a dormir - Anuncio rápidamente.

- Ok, - Susurra Ramiro tomándome del brazo antes de irme - Pero antes, quiero que me respondas. ¿Lo podríamos repetir?

- Sí, pero aún no - Digo y camino hacia el cuarto para acomodar las camas.

Terminando de arreglar las camas, Ramiro se tira encima de la mía.

- Ramiro, ¿Qué haces? - Pregunto

- ¿No vamos a dormir? - Responde con una pregunta

- Sí, pero esperemos llamar a los chicos - Aviso acercándome a acomodar una almohada. En eso, recibí un beso de Ramiro. Toqué su pecho y en sus labios susurré su nombre para parar.

- Sigamos, por favor - Pide. Entonces, hice lo que pidió.

Ramiro me tomó de la cintura y se levantó de la cama para acostarme a mí. Reí por lo que él estaba haciendo y le pedí en un susurro qué llamara a Nico y a Pedro. Algo que hizo fastidiado. Me acosté en la cama y me coloqué la sábana, debía evitarlo, ¿cierto?

Un rato después, veo entrar a Nico y a Pedro. Luego, detrás de ellos, veo entrar a Ramiro.

- ¿Por qué tardaron tanto? - Pregunto cuándo él se acuesta a mi lado.

- Porque tus amigos me aconsejaban algunas cosas - Susurra muy bajo para que no se oiga mientras pasa su mano para abrazarme.

- ¿Puedo saber que tipo de cosas? - Susurro igual que él.

- Que no te hiciera ni hiciéramos nada - Informa sobando mi abdomen sobre la camisa.

- Ummm ok. ¿Y qué harás? - Respondo

- ¿Qué quieres que haga? - Pregunta

- Bueno... Qué nos acostemos - Digo

- ¿A dormir? - Inquiere

- No tengo sueño, pero podemos hablar - Propongo

- Ok, hablemos - Digo

Ramiro y yo hablamos de cualquier cosa que se nos pasara por la mente. De clases, trabajo, la película. Pero me pongo nervioso cuando Ramiro pasa la mano por mi cabello y coloca su cabeza en mi pecho. Sólo acaricio su espalda.

- Simón

- Dime.

- ¿Qué pasó con tu novio? - Pregunta

- ¿Novio?

- Sí, tenías uno. No estaba seguro pero sí sé que tenías a alguien - Sigue

- Pues... No era mi novio, pero no nos vimos más - Miento.

- Entonces, ¿ya no tienes a nadie? - Pregunta

- No, a nadie - Contesto. Sí tenía a alguien en mente, era Matteo. Pero no tengo a nadie que me escriba, que pregunte por mí, que esté conmigo y, obviamente no podía decir que aún seguía pensando en él.

- Ahora, ¿Serías mi novio? - Cuestiona

- Aún no - Respondo

- Simón, no seas malo. Tengo mucho tiempo esperando - Insiste

- Sólo... Espérame a mí... - Menciono. Sube su cara para verme a los ojos - ...Un poco más.

- Claro, esperaré, un poco más, sólo por ti - Responde.

22 de junio de 2019: sábado

Me levanto. Estaba Ramiro durmiendo a mi lado y veo a las camas de al lado donde también están durmiendo. ¡Qué bueno! Así me da tiempo de pensar algunas cosas. Me voy al baño y me desvisto para entrar a la ducha. Aclaraba mi mente. Soñaba que Matteo estaba oculto pero que me seguía a todos lados, me llamaba desde lejos y cuando volteaba no estaba. ¿Podré esperar tanto tiempo por él?

Después de durar algún tiempo en la ducha, salgo me enrollo el paño y me cepillo los dientes. ¿Ramiro podrá hacer que te olvide, Matteo? O ¿Debería seguir esperando? Salí del baño y me arreglé. Cómo vi que aún estaban dormidos, salí para pensar un poco.

Caminaba para un lugar donde vendían pastelitos, para desayunar todos. Matteo me dijo que esperara a que él cumpliera 18, quizás un tiempo más, pero lo más importante que me pidió fue que no lo olvidara. Entonces no puedo engañarlo. Pero Ramiro insiste desde hace mucho y se ve tan esperanzado, me da tristeza saber que se quedará así.

En realidad, la pregunta que debo hacerme es, ¿Y qué quiero yo? Estar con el que me haga feliz. Con Ramiro es más fácil, ya todos sabemos sobre su sexualidad. Matteo sería muy complicado, tendría que esperar. Pero así cómo Ramiro espera por mí, puedo esperar por él. Y tengo el presentimiento de que estar con Ramiro está mal. Además, mi corazón me pide estar con Matteo.

Ups.! Me fui por dónde no era. Cuando llegué, compré los pastelitos y pagué con lo que traía en el bolsillo. Después de pagar, me devolví a casa. Ahora sí sabía que debía hacer.

No podía ignorar todo lo que hizo y hará Ramiro, pero sí podía evitar un poco tantos cariños y caricias que nos intercambiábamos, así tendrá que dejar de esperanzarse. Y sobre Matteo, lo esperaré el tiempo necesario y podrán ser meses o quizás un año, pero esperaré lo suficiente. Hasta que me canse de hacerlo, hasta que me canse de hacerlo.

¿Seguiré Siendo Tu Amor Inevitable? (Sitteo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora