capítulo 9

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Bridgett retrocedió un paso, ya habían estado en ese punto antes, Gabriel Cavinish jugaba con sus pensamientos, la besaba como si la realmente deseara y luego la alejaba con la culpa plasmada en sus lindos ojos azules. La situación la tenía agotada hasta niveles que mejor prefería no indagar, él seguía siendo su salvador y desde donde lo mirara la intrusa era ella.

- No volveré a importunarlo nunca más Milord- dijo rompiendo el tenso silencio que los envolvía. Ese espacio se sentía demasiado íntimo y su presencia ahí estaba rompiendo con la tranquilidad que mantenía a su esposo encerrado en el condenado estudio día y noche, desde que puso un pie adentro quiso retractarse, ese lugar tenía la escencia de su esposo tan arraigada que se sentía en desventaja solo por estar ahí, era como pisar tierra santa siendo la más grande de las pecadoras.

- Es usted demasiado considerada Lady Bridgett Cavanish.

Nuevamente esa noche lloró para su asombro, se preguntó como era posible que él tuviera ese efecto tan profundo en ella, sólo había salido del estudio y casi huido a su habitación y comenzó a llorar insesantemente, se sentía debilitada, exhausta, demasiado cansada para dar pelea en condiciones.

La brisa fresca del campo la invitó a dar un suspiro profundo, el olor a hierba fresca le encantaba, y más aún sentir en sus pies descalzos la naturaleza en su máximo esplendor.

Se dejó caer sobre el suelo apreciando el cielo nublado, seguro en un par de horas comenzaría una tormeta pero por ahora sólo se podía pensar en darle forma a esas masas blancas que adornaba el cielo.

-Gracias mamita por el espectáculo- susurró ala nada, Meredith siempre le dijo que su mamá la cuidaba desde el cielo y algo tan bonito debía ser obra de ella.

-he sido una niña muy buena, me como toda la comida y Meredith me está enseñando a arreglar mis vestidos rotos.

Volvió a hablar extendiendo sus cortos brazos al cielo queriendo tocar las nubes, deseando sentir a su madre.

-Te pido que ayudes a mi padre a poder quererme, ahora que tiene una nueva esposa ha dejado de castigarme tan fuerte pero el otro día me dijo que no creyera que estaba libre, yo se que tu pusiste a esa linda señorita para que le enseñe a amar...

Sintió un agudo dolor en el costado interrumpiendo sus palabras de golpe, la figura imponente y atemorizante de su padre tapar todo rastro de luz.

-Deja de revolcarte en el suelo como un asqueroso animal-

Se despertó empapada de sudor y con la respiración agitada. Suspiro aliviada cuando se percató que aquello solo había sido un sueño, un absurdo sueño que ya nada tenía que ver con su realidad, y lo agradecía. Definitivamente debía concentrarse mas en eso, en lo mucho que su vida había cambiado y no en los desaires de Gabriel que desde el primer momento le dejó en claro que ella estaba ahí por caridad.

Llamó a su doncella, pidiéndole que la preparará esa mañana iba a salir y dar la cara al mundo, esa mansión ya la estaba mareando, un pequeño cambio de aires le sentaría de maravilla y si Gabriel quería creer que estaba con Lord Granby sería problema suyo, el juego se había acabado ese día, no volvería a caer en las tretas del destino que únicamente le provocaba sinsabores.

Escapando Al Amor [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora