capitulo 9 (parte II)

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Sostuvo el aliento y rompió el sello que contenía la carta, casi con temor a dañarla, imaginaba que Lady Rutland no se tomaría la molestia de escribirle si no fuese importante, y por la insistencia de su cuñado en el asunto, la duquesa estaba mínimo ansiosa de información y ella era quizá el eslabón débil si la ponía en comparación con su esposo.

Quería Lady Bridgett Cavanish, es una pena no haber sido presentadas en condiciones aún y verme obligada a mandar mi enhorabuena por medio de una misiva a la nueva integrante de la familia. Gabriel es mi pequeño rebelde y aunque circunstancias nos mantienen distanciados le amo profundamente. Espero pueda aceptar mi invitación a tomar el té esta tarde y si mi hijo quiere unirse será más que bienvenido.

Sinceramente, Lady Rutland.

La misiva era más corta e informal de lo que imaginó y contrario a lo esperado la Duquesa parecía verdaderamente preocupaba por su hijo menor, los asuntos detrás de la brecha que mantenía a su esposo alejado de su familia era un misterio y aunque la curiosidad la carcomia por dentro no sería ella quien diera el paso para indigar en absolutamente nada referente al asunto.

Sin embargo se sentía obligada a transmitirle a Gabriel los deseos de su madre, era quizá lo mínimo aunque estaba más que segura que su flamante marido se negaría al pedido de la duquesa.

-¿Sabes dónde está Lord Gabriel, Lucas?- preguntó a su pequeño pupilo que vagaba como fanstama por la casa.

- El Señor Alexander Devereux y su hijo lo acompañan en su estudio- le informó y ella asintió comprensiva, no era el momento para importunar a su esposo.

Dejó la carta a un lado y se concentró en el trabajo que tenía pendiente, ese paseo iba a tener que esperar después de todo, el vestido de Lady Sophia Browning no iba a hacerse solo y la señora Fayse no estaría esperándola una eternidad.

Gabriel leyó los documentos redactados por los abogados de los Devereux con bastante cautela, aun sabiendo que su propio abogado iba a leerlo para una segunda revisión. El señor Alexander a pesar de los años había sido lo bastante cuidadoso para dejar cada uno de sus puntos especificados dentro del documento, o quizá había sido su hijo Alexandro que esperaba su respuesta expectante.

- Le haré llegar el documento a mi abogado y si todo está en orden podremos considerarnos socios- declaró quitando la tensión de los hombros de sus interlocutores que atentos estudiaban cada uno de sus gestos.

-Me parece justo- respondió Alexandro complacido por el hecho de estar tratando con una persona cuidadosa, Lord Gabriel le había parecido el hombre indicado desde el inicio, ambos estaban a favor del progreso y eso era lo más valioso, no quería tratar con un Lord que se sintiera superior solo por su linaje que no servía para un carajo a la hora de la acción.

- Es un trato- concluyó Gabriel extrañando la mano del menor de los Devereux, sintiendo que aquello iba a ser un trato provechoso.

-Los Duques de Bedford estarán dando un baile pronto, nosotros asistiremos con mi hija Rose, me preguntaba si su esposa podría unirsenos, verá mi hija es una debutante y necesita relacionarse- interrumpió el mayor de la sala cambiando el tema drásticamente, quizá Alexander se había visto muy desesperado pero su esposa empecinada en la importancia del linaje no lo había dejado descansar desde que pusieron un pie en Inglaterra.

Gabriel trató de darle la seriedad debida al momento pero estuvo a punto de reír ante el sutil pedido del empresario, conocía bastante bien esas tretas, la pequeña Devereux necesitaba conexiones para lograr un matrimonio aceptable, sin noble abolengo y con el único respaldo del dinero de su padre que podía dejar corto a cualquier duque, las opciones por un matrimonio aceptable recaían en que tan bien podría posicionarse de lo contrario la pobre terminaría víctima de algún cazafortuna.

Escapando Al Amor [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora