capítulo 10

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Gabriel esperó pacientemente en su despacho el regreso de Bridgett, sin tocar los papeles en los que se suponía debería estar trabajando esa tarde, él siempre prefería revisar personalmente todo aquello que involucrara su nombre y su dinero, no podía comprender cómo alguien podía confiar ciegamente en el juicio de un administrador para manejar sus asuntos, como en el caso de su padre. Sin embargo en ese preciso momento de su vida, no se sentia capaz de poner su trasero en la silla y hacer su trabajo que ya comenzaba a acumularse, sus  propiedades en Surrey, la alianza con los Devereux y la Casa de la Fortuna, las inversiones en los navíos, no se atendían solas y su abogado no llegaría si no hasta dentro de un par de días  justamente desde Surrey para  darle un informe del estado completo de las propiedades.

Se sirvió una copa para tranquilizar sus pensamientos que iban y venían entre una posibilidad y otra, quizá su familia ya sabía exactamente los por menores de la relación con su esposa, y aunque no tenía un impacto significativo en su condición actual, de cierta forma le gustaba la idea que su madre pensará que al fin había había hecho algo por enderezar su camino, como ella tanto le había insistido en el pasado.

Los toques en su puerta lo distrajeron y sin que hubiera terminado de autorizar la entrada la figura de su mejor amigo se asomó seguido como de costumbre por su mayordomo alterado, intentando seguir lo dictado por el protocolo del que en esa casa únicamente él estaba interesado.

-Esta bien no hay problema- tranquilizó al pobre hombre que se limitó a realizar una venia y retirarse con su mirada orgullosa.

-Nunca va entender- se burló Drake desenfadado, si algo había aprendido en los años de amistad con Gabriel era a no subestimar su personal que defendían a su señor con ferocidad.

-Supongo que podrías esperar ser anunciado- contestó el dueño de la casa sirviendole una copa.

-¿Jugamos?- le preguntó señalando el tablero de ajedrez, tomando a Gabriel por sorpresa, cosa que no era fácil de lograr Cavanish por lo general estaba siempre un paso adelante, con juegos de palabras intrincados y sonrisa con un deje de superioridad que ya conocía como bastante bien.

- No voy a creer que te haz desplazado hasta acá para jugar un partido de ajedrez, que se te da muy mal, para el caso- alzó la ceja solo para darle énfasis a su punto que bastante claro había dejado.

Gabriel tenía razón, la principal razón era para estar lejos de su propia casa, preocuparse por la situación de Gabriel y Lady Bridgett era más sencillo lidear con sus propios problemas, que solo aumentaban  agudizarse cortesía de su hermana debutante, con Charlotte alrededor tenía que estar presente en su casa. La segunda razón, era para dejar de pensar en ciertos acontecimientos recientes, el lío de Gabriel era gordo concia muy bien a su compañero de juerga como para saber que todo ese asunto con su matrimonio lo tenía por la calle de la amargura.

- Entonces no debería importarte apostar diez libras- lo retó esperando que su pez mordiera el anzuelo.

-Me preocupa más que mi amigo tenga tan poco estima por su dinero- Drake sabía que ningún noble hablaría de aspectos económicos de esa manera, pero Gabriel era la excepción a la regla, no parecía importarle darle a conocer al mundo que le interesaba el tema y aunque fuera de mal gusto, se relacionaba con la nueva clase social que aunque muchos se negaban a admitirlo era casi tan poderosa como la aristocrática.

- Hablas como si diez libras fueran a dejarte en la quiebra- intentó aligerar el ambiente.

-Nacimos con la Fortuna de contar con alimentos en la mesa y capital para desarrollarlo, no entiendo como las parias que tenemos por pares pueden sentarse cómodos en sus mansiones pensando que los recursos son infinitos, mientras la competencia trabaja en exportaciones, nuevas formas de producción, el futuro nos está tocando las narices, Drake- conocía ese discurso sobre el desarrollo casi de memoria, no esque no estuviera de acuerdo con todo lo descrito, pero tampoco estaba tan fervientemente inclinado hacia el movimiento que en de algún modo iba de la mano con pensamientos Utópicos franceses que no terminaban de cerrarle el ojo.

Escapando Al Amor [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora