capítulo 10 (parte II)

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Sentir la casa como suya quizá era pecar de oportunista, Gabriel seguía siendo el señor de la casa y podía hacer en ella lo que mejor le parecía, pero de eso a que la hiciera cenar con su amante era el próximo nivel de la desfachatez, no iba a prestarse para eso, por lo que sólo se quedó en silencio de pie ante los caballeros que la miraban esperando que ella tomará asiento para luego imatarla, como dictaba el protocolo, cosa que le pareció ridículo, de mas estaba decir en las inmediaciones de Gabriel Cavanish tenían el mismo valor que un zapato sin su par.

¿Era todo por ella? Tenía toda la pinta de ser una señorita...

-Lady Bidgett, le presentó a Lady Charlotte Lowelace, hermana menor de Lord Worcester- habló su esposo sacándola de su trance, leyendo sus intenciones de permanecer en esa postura hasta saber la identidad de la intrusa. 

-Un placer Milady- dijo la jovencita con tiento, quizá porque su proceder no había sido del todo correcto o porque su vestimenta distaba mucho de la de una mujer casada de su posición, los colores pastel eran más propios de una debutante, aunque no ostentara título nobiliario alguno, su esposo seguía siendo el hijo de un Duque, lo que la obligaba a seguir ciertos estándares.

Por primera vez en toda su vida deseo hacerle honor a eso y verse la mitad de correcta que la señorita que los acompañaba en la mesa su vestido color durazno era encantador, su cabello iba perfectamente recogido y su postura refinada parecía haber sido instruida por la misma reina. 

Ella por otro lado bien podía pasar por una de las doncellas, su cabello se sostenía con unas cuantas orquillas dejando buena parte de su rebelde melena en total libertad, su vestido era uno de los que ya había arreglado al menos una docena de veces los colores a pesar de estar en tonalidades pastel, se miraban desgastados y viejos, que decir de su entrada que a todas luces la había evidenciado.

De todas maneras no encontraba motivo alguno por el que una señorita soltera, hija de un Duque, se presentará de forma imprevista, tenía a su favor la presencia de su hermano le daba ese beneficio pero por el resto le seguía sabiendo sospechoso.

No estaba celosa, sólo desconcertada.

La cena transcurrió en un inusual silencio, Pero las miradas significativas entre los hermanos eran de todo menos disimuladas y la forma en la que su esposo se burlaba de ella con la mirada, tampoco podía pasar por discreta. La tensión en la mesa era palpable, pero nadie se atrevía a hacer nada al respecto, ella en concreto era la menos interesada en esa empresa, el silencio era la herramienta más valiosa, y no dudaba en usarla cada vez que le parecía conveniente, su reunión con la duquesa era un ejemplo magistral.

- El postre esta delicioso ¿No le parece Milady?- Lord Worcester alzó la voz como el primer valiente, el amigo de su esposo tenía esa cualidad de saber como hacer sentir a los demás cómodos.

Seguro por eso las mujeres perdían la decencia por él.

- Tiene razón Milord, siempre he sido fan de los sabores dulces.

Gabriel alzó la ceja ante la información dada, una parte de ella le gustaría creer que se debía algún tipo de interés especial pero otra parte, la que conocía su realidad, sabía que era sólo su imaginación, Gabriel estaba al borde de repudiarle.

- Si Drake, esta delicioso- la voz de Lady Charlotte era apagada, como la de alguien que está a punto de ser llevada a declarar su culpabilidad por algún crimen, la derrota se palpaba en las palabras.

-Puede tomar una doble porción si desea Milady, a pensas y tocó la comida- Gabriel no quería sonar preocupado o interesado, pero su hechicera lo hacía hacer cosas que fuera de su embrujo no serian posible.

Escapando Al Amor [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora