CAPÍTULO CUARTO

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_No sé lo que me pasa, no puedo quitármela de la cabeza desde que la vi dando vueltas en la puerta del hotel. Me dan ganas de seguirla todos los días. ¡Bueno qué coño! La sigo todos los días hasta que llega a la pensión donde vive, y entonces me voy a casa tranquilo. ¿Tú te crees? Estoy fatal. Me quedo en el hotel hasta las siete esperando a que llegue, luego me voy a casa y vuelvo cerca de las doce para seguirla. ¡Hace unos días me crucé con ella en la biblioteca Lello y compré un libro que luego le di en el hotel!  

_Deberías dejarla en paz, ella no es de tu mundo Juan, la harás daño, solo es un capricho nuevo. Y seguro que tú para ella eres el jefe con dinero, un tío guapo con poder, de alto nivel... No sois compatibles. Déjala tranquila.

_No es un capricho, tiene algo diferente... no quiero acostarme con ella, solo quiero hablar un rato y saber cómo es. Me gustaría mucho poder conocerla.

_Venga, Juan. Te he visto en muchas de estas, deja a la chiquilla en paz que tienes bastantes mujeres a tu alrededor.

_Está bien, está bien. _dije nada conforme.

_Bueno hermanito tengo que dejarte, pronto volaré a Oporto para verte. ¡Estoy deseando que llegue agosto para darte el tostón todo el mes! ¡Y ya puedes llevarme de fiestas por las noches! Mamá no me deja salir.

_Eso está hecho pitufa, cuídate y dale muchos besos a papá y mamá.

_Te quiero, Juan.

_Y yo a ti, Sara.

Colgué el móvil y terminé de vestirme para salir a correr un rato por la playa. Fui pensando en Ana todo el recorrido. Me gustaba imaginármela con la melena rizada de puntas doradas suelta. Rememoraba su forma de caminar, los ojos grandes y expresivos, la nariz pequeña y redonda, los labios rojos súper sensuales... en fin, todo. Reconozco que verla llegar al hotel me encantaba. Y observar cómo dudaba cruzar la puerta cada día, me divertía mucho. Sus expresiones y muecas eran un verdadero espectáculo. 

Pero no pude que menos preocuparme por lo que me había dicho mi hermana. Cierto que no era de mi mundo, pero... ¿Qué mundo? A mí me había importado siempre un pimiento todo eso  de clases sociales y demás. Aunque era innegable que de una forma u otra, se haría notar. De todas formas suponía mucho, puesto que ni siquiera había conseguido hablar más de cinco minutos seguidos con ella. 

Después de la noche pasada, había decidido dejar la suerte al destino. Ana dejó claro que los juegos no le gustaban demasiado. Por lo menos el que yo osé gastar. Regresé a casa tras haber corrido una hora. Suficiente para empezar el día con buena sensación. Me duché y me vestí rápidamente para desayunar en el balcón. Aquí ya podíamos distinguir algo de los distintos mundos. Estaba en la localidad de Foz, un barrio de lujo con viviendas monumentales. Desde él  podía ver como el Duero desembocaba en el océano Atlántico. 

Era una casa enorme de dos plantas en la que solo ocupaba la de arriba. Con un salón grande, una cocina abierta en la parte de atrás, un gran aseo con bañera y ducha separadas, una habitación muy espaciosa, una mini biblioteca y una gran terraza. Mi lugar favorito. Una terraza de cien metros cuadrados donde pasaba la mayoría del tiempo libre. Debajo vivían mis padres y mi hermana cuando decidían pasar un tiempo cerca de mí, normalmente unos cuatro meses al año; octubre, noviembre, diciembre y enero. El resto del año lo pasaban entre Italia y España.

El día en el hotel pasó como uno más, sin novedades. Llegaron las 18.30 horas de la tarde y empecé a impacientarme por ver a Ana. Sabía que en cualquier momento llegaría al hotel puesto que solía llegar pronto. Me sorprendí a mí mismo parado cerca del ventanal, impaciente por verla aparecer. Antes de poder apartarme la vi, allí, parada al otro lado de los cristales, mirando hacia la puerta giratoria. Estaba hermosa, mucho, llevaba un vestido en color blanco, palabra de honor enseñando sus preciosos hombros. Un lazo de flores adornaba su cabello suelto y los labios resaltaban a lo lejos porque los llevaba pintados rojo pasión, como de costumbre. ¡Me volvía loco! 

"ALGUIEN ME PRESTÓ SUS ALAS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora