CAPÍTULO VEINTINUEVE

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Quise descargar la impotencia que sentía en cada kilómetro que recorrí. Nunca entendí a las personas que no aceptan una derrota. Por un lado demuestran valentía y por otro torpeza. De verdad que me esforcé en concebir los malos actos que pueden hacer los despechados. 

Durante varias semanas salí muchos días a correr, lo necesité. Sentí que me ahogaba y me ayudó a mitigarlo. Me persiguió un sentimiento que quise borrar, pero fui incapaz. Lo apresé para hacerlo pequeño, pero siguió existiendo y creciendo. Aunque no pude olvidarme de esa sensación, también disfruté de cada momento vivido con Juan aquellos días. El evento famoso fue un sueño inolvidable para mí. Al llegar a casa de Juan esa noche, me la encontré decorada con velas y flores por toda la estancia. Fue una noche inolvidable. Los días que estuvieron mi madre y mi hermano en Oporto junto a nosotros, fueron increíbles. Descansé los dos días siguientes a esa noche y aprovechamos para recorrer la ciudad. Mi madre conocía muchas cosas, pero pude enseñarle muchas más, y mi hermano quedó cautivado por ella.

Antonio y Juan congeniaron bastante bien, mi hermano es sociable, simpático, cercano, y tiene fácil conversación. Viví cuatro días intensos donde Juan se desvivió porque todo fuera sobre ruedas. Mi madre quedó encantada con su yerno, y con Magdalena y Ángel, que por supuesto conocía por todas las charlas que habíamos mantenido a diario. Solo hubo un pequeño percance durante las vacaciones; Juan, con toda su buena voluntad preparó una cena donde sus padres, su hermana y mi familia compartieron mesa. La idea principal fue destinada a que las familias se conocieran y entablaran algo de relación. No hubo marcha atrás, aunque fueron educados se ocuparon de marcar las diferencias que existían entre ambas familias. No hicieron comentarios despectivos ni hechos graves que nos hiciera sentirnos mal, pero no hizo falta... la distancia y la frialdad con la que nos hablaron fue más que suficiente para saber qué pensaban de nosotros. Personalmente lo que opinasen de mí me la traía al pairo, pero que hicieran de menos a mi madre y a mi hermano por ser de una familia humilde, rebasó los límites. Juan, que por supuesto sufrió igual o más que yo, dio por terminada la cena antes de lo previsto. Con mucha educación invitó a sus padres a que se marcharan. En un principio pensé que serian una familia digna de su hijo, pero demostraron haberle educado con mejores valores que los que tenían.

Cuando mis días de descanso acabaron, tuve que trabajar como era de esperar. Pasé todas las mañanas con mi familia aprovechando el tiempo hasta la hora de entrada y luego me reencontraba con ellos en la pensión junto a Magdalena y Ángel para seguir conversando un rato. Los primeros cuatro días, Juan estuvo con nosotros en todo momento, pero a partir del quinto, se ausentó en muchas ocasiones. Al principio no me extrañó, pensé que quería darme espacio, más tarde me preocupó. 

El día de la despedida, estuve muy triste, vivía en Oporto por decisión propia y estaba feliz por ello, pero separarme de las personas más importantes de mi vida, no fue fácil. Juan nos acompañó a la estación y no me dejó ni un solo momento sola. Abrazó a mi madre como si de la suya se tratase. Mi hermano que siempre fue mi apoyo incondicional, lloró como un niño pequeño. Le eché de menos teniéndole al lado.  

La vuelta hacia la pensión la hicimos casi en silencio, no tuve ganas de hablar y Juan respetó mi tristeza. Llegamos y aparcó en doble fila.

_Ana, tengo que hacer unas cosas, pero si quieres puedo quedarme contigo. _dijo sin que le escuchara_. Ana, ¿Me has escuchado? _insistió. 

_Sí, que te vas. _contesté con desgana.

_Si quieres me quedo. _No sonó convencido y no quería arrastrarle a mi abismo momentáneo. 

_No, no te preocupes, estoy bien. _Sonreí sin levantar la vista porque era muy consciente de la mentira que acababa de lanzar. 

_Voy a buscarte al hotel a las doce. _Se acercó a mí un poco y puso dos dedos en mi barbilla para alzarla y poder enfrentarse a mí.

"ALGUIEN ME PRESTÓ SUS ALAS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora