Alexa

13

Capítulo 13
~Primer control~

Jueves, 13 de marzo.

Embarazo.

El embarazo de una licantropo es muy similar al de una humana, los mismos meses, los mismo antojos, los mismos síntomas, etc.

Solo que hay un aque otra variante.

Por ejemplo, el cuerpo de una licantropo es superior al de una humana, no sólo físicamente, sino también en esencia y aura. Son mucho más fuertes, veloces, hermosos, e inteligentes, así que los síntomas licantripos son mínimo, en algunos casos, imperceptibles.

Otro ejemplo sería que los fetos y embriones licantropos dependen totalmente de la unión y fortaleza de sus padres, del lazo que ambos decidieron tener; la marca.

En caso que uno de los dos le sea infiel, mínimos casos, el feto muere. Recibe todo el daño y no soporta la pérdida del aura de ambos, la pareja se vuelve débil, y feto siempre prioriza la vida de la madre, incluso antes de tener la conciencia misma, el bebé prefiere morir a hacerle daño a la madre, es instinto.

También por la dependencia hacia el padre y Alma Gemela, si ambos no estan juntos un tiempo determinado el feto muere por falta del aura de ambos.

Sólo se puede quedar embarazada si es con el Alma Gemela.

El feto era naturalmente más fuerte que el de un humano, mejor desarrollado e incluso más sensible, así como también conlleva las consecuencias de algo tan lindo.

Alexa había recibido esa explicación de la boca de Cameron, un Alpha seguro y determinado, cuando le pregunto cual er ala diferencia entre ambos.

—¿Osea que podemos ir a un obstetra humano sin problemas?—Pregunto comiendo una fresa con Nutella.

Él no dudo en asentir.

—Ambos son casi iguales. No hay ningún problema.—Dijo viendo con el ceño fruncido el antojo recién cumplido de su Luna, era el primero que veía en ella.

Se noto a que el embarazo no la golpeara con fuerza, apenas y tenía mareos y vómitos, solo cuando tenía mucho estrés, y confesó que este era su primer antojo.

—¿En estas 10 semanas apenas y tienes antojos? —Repitió la pregunta.

Ella asintió desinteresada.

Siempre había sido fuerte, jamás se había enfermado ni siquiera en su niñez, así que a ella no le resultaba sorprendente.

—Jamás de enfermaste. Ni siquiera un resfrío. Siempre tuviste miedo a las ataduras y relaciones. La desconfianza es grande. Y cada que me aserco oyes tu voz alertarte desesperadamente. —Repitió toda la información que había conseguido.

Quizás dije mucho. Pensó Alexa arrugado sus cejas.

Cameron se había empeñado en conseguir toda la información necesaria, le había costado, como la mierda, pero lo había confesado con esfuerzo e ignorando la voz en su cabeza.

—No entiendo nada, odio no poder ayudarte. —Murmuró él dejándose caer en la silla alta de la cocina.

Alexa miró a otro lado saboreando las fresas.

Sus palabras le había llegado tan a fondo, incluso escucho una pequeña grieta abriendo su impenetrable coraza, como también una patada al hígado.