Pasmada, petrificada, atónita, embobada son buenos sinónimos que me describen en estos momentos. En qué diablos estaba pensando, no puedo creer que luego de llorar como María Magdalena por horas me encuentre preocupada por mi agresor, que clase de dignidad tengo joder.
-Piensas pasar o no- me volteo para verlo, está perfectamente recostado en la puerta.- No tengo toda la noche-
Maldición Nyx eres una cobarde,
Sin más, me adentro al apartamento todavía hecha una masa temblorosa. Al entrar, la blancura de las paredes casi me encandila, paró en medio de el pequeña sala que cuenta con un perchero en mal estado y una mesita repleta de coletas de cigarrillos.
Más adelante, la televisión ,una mesa pequeña y un sofá negro que no me da muy buena pinta. Continuo escaneando el lugar,a la derecha está la cocina y al a izquierda un pasillo donde se encuentran dos puertas, estiro un poco el cuello para definir que una es totalmente negra mientras la otra resalta con un azul marino como el color de su rosa.
Me pregunto qué habrá adentro, supongo que su habitación; sacudo la cabeza para volver mi atención a la realidad, Xavier continúa estando lleno de sangre y no se de quien es.
-¿Dónde está el botiquín?- pregunto viendo su torso lleno de manchas rojas, casi podría confundirse como una camisa. - ¿Botiquín?
Sus ojos no me miran simplemente ve el suelo, dudo que esté en shock o perdiendo tanta sangre que ya ni siquiera tiene noción de su alrededor, mis piernas empiezan a temblar. Definitivamente no estoy fisicamente y psicologicamente preparada para reanimar a alguien sin terminar yo muerta.
-¡Donde mierda estas el botiquín!- veo para todos lados hasta ver la cocina, una toalla podría servir o un sartén para terminar de noquearlo.
Mejor olvidemos el sartén
Corro hacia la cocina rogando de encontrar algo que me pueda ayudar, solamente logró visualizar vasos, platos y una especie de botella con letras extrañas, supongo que alcohol.
No es lo deseado pero es mejor que no limpiar las heridas, mis ojos siguen moviéndose a mil por hora hasta ver un trapo rojo tirado en el lavaplatos y un plato ondo.
-Es que no conoces la palabra higiene alimenticio- grito desesperada mientras trato de limpiar lo más que puedo el intento de toalla que tengo.
Localizó a Xavier sentado en el sofá continuando observando el suelo sin moverse y desde aquí no estoy segura que respire en su totalidad antes de que me mueva, él se levanta y se dirige a la puerta negra.
Genial, ahora también tengo que perseguirlo.
-No podías quedarte quieto por medio segundo- susurro para mi misma, respiro para tratar de calmarme pero solamente sirve para estresarme aún más.
Me encamino hasta la puerta, que por suerte está abierta sino tambien tendria que hacer de cerrajero y no tengo ganas de hacer de esto más drama. En el interior, las paredes no son del mismo blanco hueso sino que negras o eso logró definir con la poca luz que entra por la ventana, no me había dado cuenta que era de noche nuevamente. Muevo los dedos por la pared hasta encontrar el interruptor, ahora con la luz poder definir un escritorio,una cama supongo que matrimonial y a Xavier sentado sobre las sabanas rojas.
Sin pensarlo mucho, me arrodillo frente él dejando todos mis utensilios "médicos" en el suelo, destapo la botella para oler el contenido, siento como mis conductos nasales se queman así que definitivamente va a funcionar; empapo el trapo y con cuidado comienzo a pasarlo por sus brazos limpiando toda la sangre.
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Mi Caos Ruso
Teen FictionMi nombre es Nyx Evans, mi vida se volvió una rutina monótona sin emociones hace años, todos los días las mismas sonrisas falsas en casa, los padres perfectos que sonríen para las cámaras, las mismas caras artificiales a donde vaya y la relación "p...