Capítulo 37 Parte 2

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-Dame la bolsa, Campanita-Niego, divertida mientras caminamos. Todavía nos faltan unas cuadras para llegar al departamento y mis manos ya están rojas debido a las bolsas de supermercado. Él lleva la mayoría, pero a mi me siguen torturando dos.

-No, tú cargas demasiadas y yo sólo tengo a estás dos malditas.-Digo levantando las bolsas. Xav me regala una de sus sonrisas encantadoras.

-Pero tú no aguantas tanto peso.-Se me acerca y toma mi cintura, pegando nuestros labios si apenas un poquito, lo cual me deja congelada en mi puesto. Se va pegando más a medida que sus ojos se posan en mi boca y cuando siento que ya me va a besar quita una de las bolsas de mi mano y se aleja riendo.

-¡Maldito! Igual ni quería uno de tus besos feos.-Le saco la lengua y él me toma por sorpresa encerrandola en su boca para después besarme lentamente, mordiendo mi labio inferior provocando que abra mi boca para poder su lengua bailar con la mía. Sus movimientos pausados me vuelven loca al tiempo que me quitan el aire de los pulmones. Nos separamos y Xav sonríe sobre mis labios.

-No es bueno mentir, Campanita.-Da un jaloncito a mi labio para después tomar mi mano y guiarme al departamento. Yo todavía sigo en estado de lo que llamo "pájaro golpeado", es decir, medio ida y perdida en el momento.

-¿Vamos a ir a la fiesta?-Xav abre la puerta del edificio y subimos las gradas.

-Sip, tienes que disculparte con Anne, no creo que esté muy contenta contigo.-Entramos al departamento y corro a la cocina a dejar las putas bolsas que me quitan la circulación.

-No fue mi intención tratarla así. Sé veía que no había tenido un buen día.-Asiento.

-Lo sé, Xav, pero ella no sabe eso.-Pasa sus manos desocupadas por su cabello y suelta un suspiro.-Deja de atormentarte y ayúdame a cambiarme ¿sí?-Tomo su mano y lo llevo al cuarto no sin antes tocar la puerta de la habitación de Iván, quien la abre bostezando.

-¿Qué?-

-Arréglate Elsa, que vamos a una fiesta.-Lo dejo y me interno en el cuarto de Xav. Al llegar, suelto su mano y busco el vestido que Apolo me regaló. Es realmente hermosos y simple de lentejuelas negras, tiritas delgadas, con un escote en uve y un largo que llega hasta un poco más arriba de la mitad de mi muslo. Se pega levemente a mi cuerpo, pero no mucho. Al encontrarlo, lo escondo detrás de mi figura, tomo un set de ropa interior y camino hacia Xav con una sonrisa traviesa en mis labios.

-Vuelvo en un segundo, guapo.-Dejo un beso en sus labios y me encierro en el baño, donde me ducho para quitarme toda la harina del cuerpo. Salgo y me seco el cuerpo para después colocarme la ropa, sonriendo. Tengo presente en mi mente el hecho que a Xav le provocará el vestido, pero es mi pequeño secreto hacerlo a posta.

Seco mi cabello y decido dejarlo suelto, pero poner una coleta en mi muñeca por si acaso. Luego, pongo un poco de brillo en mis labios y termino. Miro la puerta ligeramente nerviosa y ansiosa por culpa de la adrenalina que corre por mis venas.

Vamos Nyx, no seas tan tímida y arriesgate por una vez en tu vida.

Abro la puerta y puedo jurar que la baba se me ha caído de la boca. Xavier luce extremadamente sexy con unos jeans negros, una polo blanca con los botones sueltos y sus botas. Este hombre me va a causar la muerte.

Nota mi presencia y cuando se voltea, sus ojos se abren, asombrados. Su mirada invade cada espacio de mi cuerpo, provocando que me sonroje como tomate. Camina hacia mí y, tomándome por las caderas, pega nuestros cuerpos y desliza sus manos por mi espalda desnuda.

-Ty zastavlyayesh' menya dumat' o tysyache veshchey, kotoryye ya khochu sdelat' s etim telom.-Mi nariz se arruga un poco ante sus palabras incoherentes a mis oídos. Trava sus dedos en la tiras del vertido y deja besitos por mi clavícula. Mis ojos se cierran ante el placer que sus labios causan.-Esto debería ser visto únicamente por mis ojos.-Su nariz se desliza por todo mi cuello de manera pausada, su aliento caliente pegando contra mi piel y provocando que mi respiración salga temblorosa.-Pero dejaré claro que tú ya tienes y eres dueña de alguien, Campanita.-Su nariz choca contro mi lóbulo, al cual chupa y muerde. Siento a su lengua trazar un camino hasta la mitada de mi cuello, donde sopla un poco de aire antes de mover sus labios fuertemente contra la piel, mordiendo y jalando. Sé que probablemente me deje a Europa tallada en el cuello, pero sus besos son demasiado mágicos para separarme, sería como quebrantar un hechizo.

Mi Caos RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora