Capítulo 33

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Quince llamadas perdidas, veinte mensajes y seis mensajes de voz; pensé que mi padre no era un hombre insistente. Nuevamente, apago el celular para continuar ignorando sus señales de vida.

-Deberías responder-

-Anne, ¿No se están quemando las albóndigas?-

La mirada de la pelinegra me asusto por una micra de segundo hasta que desapareció por la cocina. El reloj marca las cuatro de la tarde, se supone que preparamos la cena para los chicos pero hemos estado intentando hacer mi tarea de biologia por más de dos horas sin resultado alguno sin mencionar la "charla" sobre por qué debería hablar con mi padre lo cual en realidad es inútil.

-¡Haz la maldita llamada!- una almohada aterriza en cabeza- La próxima no fallare-

-No fallaste- murmuro molesta- Veamos- prendo el horrible aparato, necesito llamar a mi querido padre.

Mis dedos tiemblan al marcar el celular, no puedo creer que luego de tantos años vuelva a intentar lo mismo.

Flashback

-Bienvenido al correo de voz...- joder, nuevamente.

-Soy tu hija, estoy tirada en medio de la nada-

Veo como el cielo vuelve a ponerse negro y las gotas de agua empeoran

-Bueno, supongo que no vendrás-

Sacudo mi cabeza, no necesito recordar las mil y una vez donde mi padre me ha dejado plantada en los pasados dieciocho años de mi vida.

-¿Nyx?- la voz de mi padre me deja helada, creo que no la he escuchado hace un par de meses- ¿Hija?-

Ese nombre se escucha tan raro en su voz.

-Hola, Steve- inicio a morder mis uñas, el estrés me va a matar.

-¿Como has estado?-

Puedo ver por el final de mis ojos a una Anne tratando de escuchar la conversación a la vez que intenta picar zanahorias.

-Dejemos las formalidades, ¿Que necesitas?-

-Nyx Evans, no me levantes la voz- su voz me desconcierta otra vez...

Flashback

-Papá, tienes que escucharme- la desesperación es palpable en mi voz.

-No tengo nada que escuchar, tu madre me lo ha dicho todo-

-¿Nyx?-

-¿Qué necesitas?-

Puedo oír como la puerta se abre pero solo distingo nuevamente a mi mejor amiga con un cartel en la mano y un lápiz. Niego con la cabeza, me niego a transcribir la conversación entera así que coloco el altavoz.

-Podemos reunirnos esta tarde- las palabras me congelan- Puede ser en la cafetería de las sillas incomodas, no recuerdo el nombre.

-Selina's- digo con un poco de sorpresa, pensé que se había olvidado de ese lugar.

-Nos vemos en una hora hija- cuelgo la llamada apurada, necesito pensar bien esto.

Mis manos tiemblan al voltearme, pero la cara de Anne me deja aun más confundida. En una de sus manos sostiene el lapicero como si de un arma se tratara.

-Quieres bajar el arma, deseo llegar a la cena entera- sostengo su mano para bajarla con cuidado antes de que termine en mi cabeza.

-Tienes que ir- suelta sin verme siquiera- No tienes dinero o casa así que muévete Evans y espero que sepas llorar-

Mi Caos RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora