Capítulo 48

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El instituto, el lugar donde nos formamos como seres humanos, personas íntegras de pensamiento que se preocupan por otros. Como olvidarse de nuestro segundo hogar, horas de estudio con nuestros preciados compañeros y profesores, en un hermoso círculo de cariño y respeto... Tremenda mentira que vende la publicidad.

Si hace un par de años me hubiesen dicho la realidad de secundaria creo que la idea de homeschool no sonaba tan mal después de todo.

Intento parecer sonriente, la secretaria del director lleva viendome por más de diez minutos directo a los ojos y estoy casi cien por ciento segura que no tengo nada anómalo en el rostro a menos que tenga un moco.

-Señorita Evans, sus papeles- me llama la secretaria con su típica mueca de felicidad falsa- Espero que todo se encuentre en orden, nos vemos en la graduación.

-Gracias Maggie- adivino el nombre y por su mirada creo que me equivoque- Hasta luego-

Salgo disparada de la pequeña oficina, los pasillos continúan siendo iguales, un extremadamente cara asco.

Ahora que tengo mis calificaciones finales puedo iniciar el papeleo de la universidad, solo me hace falta el diploma.

-¿Nyxi, nena?-

No puede ser...

-Nyxis no corras- la espantosa voz de una de las gemelas me detiene en seco.

Lentamente, me doy la vuelta para encarar a las rubias, ambas en su perfecto uniforme y tacones altos que tanto quería olvidar.

-Alice- veo a una de ellas- Ali- la otra como siempre me ve mal- Tengo que irme-

-Espera querida, no te hemos visto en semanas- la vista de ambas me recorre todo el cuerpo- ¿Qué llevas puesto?

Evadire esa pregunta o mejor todas.

-He estado ocupada- corto secamente la conversación, no me siento con ganas de hablar con ellas.

-Pero nena viene el baile de invierno- exclama con horror una de ellas- Todos los años has sido la capitana de decoración-

Cosas que enserio deseo olvidar.

-Pues, los cambios siempre son positivos- hablo con sarcasmo- Nos vemos, Anastasia y Griselda-

Me doy la vuelta para regresar a mi camino original, definitivamente no extrañaba este lugar de ninguna manera.

Al salir, busco con la mirada el carro de Xavier, cuando le dije que tenía que ir al instituto por mis notas no dudó en ofrecerse para traerme por si acaso el estúpido de Enzo decidía saludarme.

Entre las decenas de autos, logro definir el Jeep negro, veo para ambos lados pero nada viene por el camino así que cruzo sin pensarlo mucho.

¿Baile de invierno?

Me rio ante la idea, tantas horas perdidas en clases de baile, etiqueta y maquillaje para soportar toda una noche de adolescentes ebrios con malos gustos musicales terminará antes de que el primer baile porque una de las gemelas vómito en alguna esquina o en la mayoría de casos, la reina y rey tomaron la hermosa decisión de tener relaciones sexuales en la sala de maestros sin darse cuenta que el micrófono estaba abierto.

Y como olvidar, luego de una noche de horror, llegar a casa para tener que ir a reportarme con mi madre sobre la excelente velada que pase con mi hermoso novio aunque no nos hayamos visto en realidad ni un segundo.

Finalizando con una llamada de Enzo a las tres de la mañana para decirme que no sabe dónde se encuentra y necesita que lo vaya a buscar.

-¿Campanita?- una mano toca mi hombro, Xav me mira con curiosidad.

Mi Caos RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora