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Voces de lo imposible...
Lucy entró caminando sin ayuda de nadie, cabizbaja. Sus hermanas la miraron durante algunos segundos, poniendo especial cuidado en los vendajes de sus brazos. Luego se arrojaron a abrazarla; entre todas ellas, fue Lily la única que dejó salir algunas lágrimas. Lana y Lola se contuvieron de hacerlo, aunque en sus ojos pudo ver su alivio, la tranquilidad de ver que ya todo había terminado. Apenas pasaba del mediodía, sus hermanas mayores subieron directo a la habitación sin decirle nada a las pequeñas. Les confirmó a sus padres que todo estaba bien, asintiendo, y ellos se fueron a su alcoba después de darle sus medicamentos.
—¿Te sientes bien, Lucy? ¿Quieres que te ayude a subir? —preguntó Lola, sin saber cómo ayudarla a sostenerse, no quería lastimarla.
—Gracias, pero estoy bien.
—Si necesitas ayuda, solo dilo—pidió Lana queriendo sacar una sonrisa que al final murió en sus labios.
Lucy no dijo nada, estaba débil, y saber que las cosas empeorarían con el pasar de los días estaba poniéndola cada vez más asustada. Avanzó a pasos lentos y temblorosos hasta su habitación, sintiendo las miradas compasivas de sus hermanas. Sin embargo, Lucy estaba asustada por algo que ninguna entendería. Temblaba no porque ellas la vieran con ojos de tristeza y lástima, sino por las cosas que le estaban tocando vivir. Por el momento prefería no encontrarse con Lincoln, no se le cumplió, pues él salía del baño, gotas de agua perlaban su frente.
—¡Lucy! —exclamó corriendo a abrazarla.
Cuando Lucy estuvo en sus brazos sintió que el temor se iba, su cuerpo dejaba de temblar y hasta se olvidaba del dolor—débil, pero constante—en sus brazos. Tal como aquella vez en su niñez, el calor de su abrazo se sintió tan reconfortante y no pudo evitar corresponder con apuro, hundiendo la cabeza en el hombro de Linc. Al notarlo, se sintió mal porque ni siquiera les había devuelto el abrazo a sus hermanitas.
—Rayos, ¿Por qué lo hiciste? —le susurró al oído con su voz quebrándose.
—Yo...
Lisa y todas las demás los veían desde el pie de las escaleras. Lucy se negó a hablar y caminó a su habitación, Lincoln la siguió, cerrando la puerta con seguro detrás de él; Lynn estaba por acostarse, les bastó una mirada para saber que debían hablar acerca de lo sucedido.
—¿Qué fue lo que pasó, Lucy? —preguntó Lynn, sentada en la orilla de su cama.
Ella seguía reticente, las sábanas de su cama ya habían sido cambiadas y el aroma del suavizante de telas le asqueó, tenía el olfato sensible desde que salió del hospital. Sus hermanos la veían impacientes, no estarían contentos hasta que respondiera.
—Yo... yo no lo hice.
—¿Qué? —susurraron ambos.
—Yo no me corté—repitió leyendo su prescripción médica—. Alguien... algo me cortó.
Se atrevió a mirarlos otra vez, Lynn ni siquiera la veía, estaba concentrada en los jades recién comprados la tarde anterior, entonces volteó con Lincoln, quien no le había quitado los ojos de encima, no obstante, su mirada había cambiado. No era la mirada de todas sus hermanas por aquellos días, sino una diferente, una mezcla entre la tristeza y la decepción. Pocas cosas llegaban a causarle incomodidad, y la mirada de Lincoln, tan extraña e inescrutable, era una de ellas.
—¿De qué estás hablando? —volvió a preguntarle Lynn— ¿A qué te refieres con que no fuiste tú?
—No sé cómo explicarlo, no creo que puedas entenderlo.
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Sueños
FanfictionLucy comienza a tener extrañas pesadillas que no la dejan tranquila. Buscando una solución con ayuda de sus hermanos, descubirá que sus pesadillas tienen una razón de ser que involucra el pasado de su familia y a la empresa "Cons4You". La protección...