Un día de primavera pedí a las estrellas un solo deseo “deseo no pelear nunca más con Izaya” creo que si se cumplió. Mientras estábamos aun en secundaria, el no volvió a molestarme, de hecho de alguna forma el me respetaba; a veces me hacia reverencias, cuando nos topábamos en la hora de almuerzo el solo me decía; buen día Shizuo. Shinra me pregunto varias veces que había hecho para que Izaya ya no me molestase y buscase problemas conmigo, mi respuesta siempre fue la misma; pedí un deseo.
Los días eran tranquilos, nadie buscaba pelea conmigo, llegaba a casa sin tener que romper nada, estaba feliz, pero de alguna manera extrañaba las peleas con él, a veces solo quería estar en su centro de atención pero así no funcionan las cosas, tiempo después le vi detrás del colegio, siendo besado por otro chico y entonces comprendí, estoy enamorado de él, quiero estar con el, que sea mío y de nadie más.
Mis problemas amorosos me llevaron a hablarlo con Shinra, el estaba feliz de algún modo, estuvimos casi toda la tarde hablando de temas amorosos y cuando iba de regreso a casa escuche un grito cerca de un callejón, pensé en seguir pero una punzada en el pecho me detuvo. Me acerque y pude ver al sujeto que estaba besando y quitándole la ropa a alguien que tenía una especie de manta en la cabeza, me acerque y le propine un buen golpe que lo dejo estampado contra la pared de concreto. Le quite la manta y me di cuenta quien era.
-Shizuo
Su voz salio entrecortada, reaccione y lo abraze pegando su cara a mi pecho, susurre palabras tranquilizadoras cerca de su oído y acaricie sus mejillas que parecían haber sido golpeadas antes.
-estas bien?
-solo estoy asustado
-yo estoy aquí para protegerte, Izaya
-gracias Shizu-chan
Escuchar ese estúpido apodo salir de sus labios me dio tranquilidad, lo lleve a mi casa, le di ropa y le enseñe el baño, mientras yo preparaba la cena. Tiempo después el salió del baño usando una de mis camisetas.
-lo siento, tus pantalones son muy grandes
-lo siento no tenía más pequeños.
-está bien así
Mientras comíamos me decidí a preguntar por qué su cambio de actitud hacia mi
-veras…yo te escuche cuando pediste el deseo, entonces entendí que debía dejante tranquilo, así que ya no te moleste más.
-ya veo…aunque es raro, nunca creí que nos lleváramos bien
-si…
-pero me gusta más así, quiero decir puedo hablar contigo tranquilamente y hacer cosas juntos
-cómo amigos?
-o como novios
Vi su cara tornarse roja y empezarán temblar, estaba tan nervioso que los palillos se le cayeron de las manos.
-solo si tú quieres ser mi novio.
-y-yo….
-no es necesario que me respondas ahora, he querido decirte esto hace mucho pero no me atrevia.
Sus ojos brillaban tan intensamente que mi piel se erizo.
-Shizu-chan tam…bién….me atrae
Le sonreí y os miramos varios minutos, terminamos de cenar y le propuse dormir juntos.
-no tienes que estar nervioso yo no hare nada.
-e-está bien….
Se acurruco en mi pecho y sentí su corazón latir tan rápido que temí que se saliera de su pecho. Esa fue la primera de muchas noches que estuvimos así, dormidos abrazados compartiendo calor, su respiración lenta y calmada, sus muecas tan lindas que hace al dormir y al despertar, sus delgados labios que me despiertan por las mañanas su aroma y su risa descontrolada después de un ataque de cosquillas me enamoraron cada vez más, tanto que comenzamos a vivir juntos antes de terminar la secundaria.
Con el tiempo nuestra relación maduro, adoptamos un pequeño gato negro y blanco, compramos un auto, nos mudamos a un departamento elegante y bien ubicado.
Ambos somos felices lo sé bien, el me da las gracias todos los días por hacerlo sentir que es el único en el mundo, para mí lo es, lo más preciado, lo mejor y lo más invaluable que tengo.