Eclipse azulado | Ronance

23. La voz de un ángel

Observaba el lugar con asombro, era algo totalmente distinto a lo que había conocido. Todas las diferentes parejas se besaban con libertad.

—¿No es increíble, chicas?

Ambas desviamos la mirada hacia Jessica, la cual aun así de haber venido más veces parecía igual de entusiasmada y asombrada que nosotras.

—Este lugar es magia— dijo Robin mirándome.

Sonreí cogiendo su mano y entrelazando nuestros dedos, podía hacerlo y nadie nos iba a juzgar.

Una chica se dirigió a nosotras, tenía el pelo morado y los ojos marrones con toques verdes. Nos dedicó una sonrisa a las tres, Jessica parecía conocerla.

—Soy Roxanne, la encargada de este lugar. Es un placer teneros aquí, Jess me ha hablado mucho de vosotras.

—Este lugar es increíble— dijo Robin mirando a la chica.

—Hacer de este lugar lo que es ahora es la mejor decisión que he tomado.

Ambas sonreímos, había tantas cosas que hacer que no sabíamos por donde empezar, miramos hacia la barra, el escenario y la pista de baile. Todo era increíble.

—Robin ¿Qué mejor que dar una entrada triunfal qué tocando algo de música?

—¿Cómo?

—Aquí hay instrumentos, recuerdo que me dijiste que sabías tocar la guitarra. Yo cantaré.

La idea que le sugirió Jessica a Robin me gustó. Tuve que admitir que ver a Robin sobre un escenario me entusiasmaba demasiado. Ella me miró insegura ante su propuesta.

—Me parece una idea estupenda, haría lo que fuera por verte en un escenario.

—¿Lo qué fuera?— me preguntó ella arqueando una ceja.

Una pequeña risa traviesa salió de mis labios y le dediqué una sonrisa de apoyo.

—Está bien— suspiró ella aún de no estar muy convencida.

Jessica la cogió del brazo llevándosela detrás de unas cortinas. Parecía muy emocionada.

—Siempre ha querido hacer un dúo con alguien.

Miré a Roxanne, la cual mantenía una sonrisa.

—¿Piensas que algún día todo esto pueda ser público?

La pregunta pareció sorprenderla, incluso yo me sorprendí a mi misma haciéndola.

—Claro, algún día habrá cada vez menos gente de mente cerrada, algún día podremos ser libres sin necesidad de escondernos.

Sus palabras parecían sinceras, le dio un trago a su cerveza para alejarse de mí y desaparecer detrás de las cortinas.

Suspiré observando el lugar y comencé a caminar entre la gente, notaba miradas sobre mí, pero no me importaba, todos eran simples desconocidos.

Oh, mierda.

Desvié la mirada hacia unos ojos grisáceos que me resultaban muy conocidos.

—No sabía que ibais a venir. Debería irme.

—Déjalo Skylar, evita que Jessica y Robin te vean y estará todo bien.

No quería empezar una pelea, prefería no pensar en el pasado y disfrutar de la noche, solo quería ver a Robin en el escenario.

—¿Por qué tú no me odias como ellas dos?

Sus palabras parecían de arrepentimiento, pero su mirada era seria.

—No lo sé, pero si quieres que siga así...Por favor, déjame tranquila.

La miré con seriedad, ella asintió en un pequeño suspiro desapareciendo entre la gente.

Esperaba que Tammy no andara por allí. Recordaba cuando Robin me había explicado sus anteriores sentimientos hacia ella, y también había sido parte de todo aquello que ocurrió con las fotografías.

—Hey, escuchadme.

La música paró y todas las miradas se dirigieron al lugar donde Roxanne estaba sujetando un micrófono, Jessica y Robin se encontraban detrás.

Robin era como una especie de imán para mis ojos, algo hacía que no pudiera apartarlos de ella. Ojalá pudiera quedarme toda la vida mirándola.

—Empiezan las actuaciones, ya sabéis cómo va, la actuación que reciba más aplausos será la ganadora.

Todos gritaron un sonoro "sí" mientras levantaron las manos con emoción. Yo me hice paso entre la multitud para poder estar más cerca. Roxanne se alejó del escenario, Jessica se sentó en una silla cercana mientras que Robin agarraba el micrófono.

Me sorprendí gratamente ante esto, pensaba que Robin iba simplemente a tocar la guitarra, pero estaba segura de que oírla cantar iba a ser el mejor regalo que nadie me hubiera regalado nunca.

—Hola a todos— ella rió nerviosa mientras se apartaba un mechón de pelo de su rostro—Quiero cantar Woman de John Lennon y quiero dedicársela a Nancy, mi novia.

En ese instante noté como me derretía por dentro, como mis ganas de abrazarla y llorar de alegría llegaban a mi cuerpo. Notaba que no podía moverme por la felicidad que sentía en ese momento.

Jessica empezó a tocar la guitarra y Robin agarró el micrófono con fuerza empezando a cantar. Su voz era preciosa. Todo de ella lo era. Parecía un ángel en ese escenario.

Cuando acabó noté que estaba en el cielo, su voz me había recordado a la voz de un ángel. Noté como algunas lágrimas recorrían mis mejillas, ella me miró con una sonrisa, algunas gotas de sudor cubrían su rostro. El local se llenó de aplausos y gritos de emoción.

Sin duda Robin se había ganado al público y sobre todo se había ganado mi corazón.