Capitulo X

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Capitulo 10.

Oí el timbre cómo sonaba varias veces, entonces abrí mis ojos sabiendo que no era un sueño, sino que era real ese sonido.

¡Asco de vida!

Bajé las escaleras como si me pesasen las piernas, por cada escalón que pisaba, restregué mis ojos mientras los intentaba abrir y noté como una personilla se tiraba encima de mí haciendo caer al suelo. Abrí bien mis ojos para encontrarme con los marrones de mi amiga Amber.

Bufé y me la quité de encima.

-¡¿Pero qué haces pedazo de idiota?!- grité, ella suspiró de alivio, yo rodeé los ojos mientras posaba su mano en su pecho- como si sintieses que tienes corazón- murmuré y ella me fulminó con la mirada-¡¿Qué!?-chillé.

-Veo que te desperté de tu siesta de media noche- fruncí el ceño.

-¿Media noche?- corrí las cortinas rápido y efectivamente comprobé que ya era de noche, muy de noche para ser exactos.-¿Tanto he dormido?- ella asintió sonriente con los brazos cruzados.

Entonces fue cuando empezó a olisquear como un conejo, sabía la pregunta que me realizaría a continuación, así que le respondí directamente.

-Sí. Hay un lobo en mi casa- ella abrió los ojos como si se le fueran a salir de sus órbitas.- Estaba herido y necesitaba ayuda. Alex, consiguió curarlo y no tiene a donde ir, se peleó con su manada y es uno más que quiere "vivir libre"- entrecomillé con los dedos.

-¡¿Un licántropo?!- chilló y tapé su boca con mi mano. La mandé a callar.

-¿Quieres bajar la voz?- susurré.-Tengo vecinos te lo recuerdo y es más te recuerdo que enfrente, está él- señalé por la ventana ahora cerrada.

-Lo sé, pero.. ¿un licántropo?, ¿enserio?, ¿no podía ser un hada como Campanilla?- jalé de mis pelos.

-Enserio, es lo mismo que dijo Alex, ¡Sí, es un lobo!- dije entre dientes.

-Bueno- hizo un énfasis en la "e"- tendré que conocer al lobito. Debe de ser bastante guapo como para que dejases que conviva contigo y tu hermano- alzó sus cejas varias veces, yo simplemente ignoré su comentario y caminé hasta la cocina.

-¿Quién es guapo?- oí la voz que provenía de la entrada, Blake.

El lobo de pelo negro, ahora en versión humana, ya con ropa que le había prestado Alex, se acercó a nosotras. Entonces fue cuando mi amiga giró su cabeza para encontrarse al licántropo semi-desnudo en mi cocina, su pelo revuelto y mojado de ducharse y sin camisa, con un simple pantalón de pijama largo que tapaba sus bien estructuradas piernas.

-¿No tienes camisas o qué?- pregunté alzando una ceja, él me guiñó un ojo.

-¿No tienes camisas o qué?- pregunté alzando una ceja, él me guiñó un ojo

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-Me gusta ir siempre sin camisas, cubito de hielo- solté una carcajada.

Amber, estaba ahí, pasmada, como una estatua de mármol, petrificada. Como si el hielo la hubiera congelado más de lo que estaba. Sus ojos, comenzaron a ponerse de un verde intenso, muy intenso. Blake, no se había percatado hasta que miró a mi dirección y sonrió haciendo que sus dientes de lobo reluciesen en la cocina, juraría que Amber, babeó el suelo.

Celestial #1: Tú eres el elegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora