Capitulo XXXII

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Capitulo 32.

- Bueno hija- la reina miró por décima vez a su hija mayor- cuídate, sé fuerte y demuéstrame que te he dado una buena educación sobre el mundo mágico- la muchacha asintió y besó su mejilla.

- Tranquila mamá, sé que ellos cuidaran de mí como yo de ellos- su voz fría se apagó poco a poco a causa de la despedida.

- Te quiero hija.

- Te quiero mamá.

El portal se iluminó por cada uno de nosotros que iba pasando, solo quedábamos la princesa sirena y yo por pasarlo.

-Es la hora princesa- esta asintió y traspasó el portal detrás de mí.

Un leve mareo se hizo en mi cabeza. Mis entrañas se estremecieron. Me quejé y estiré mi cuerpo.

- Nunca me acabaré de acostumbrar a esto- dijo mi hermano a mi lado.

" Tu hermano es muy quejica"

Miré al dragón azul que observaba cómo se quejaba de lo malo que es usar un portal. Yo me limité a rodear los ojos y acercarme a la princesa que le dolía la cabeza y estaba entumida de frío . Saqué una de las capas que nos habían hecho las sirenas y se la puse por los hombros, ella me agradeció con la mirada.

- Hemos pasado por bosques encantados, hemos pasado por el Reino de las brujas a una temperatura estable, hemos pasado por el Reino de los dragones y hacía un calor que ardía, hemos pasado por el Reino de las sirenas y estaba un ambiente estable- mi hermano me estaba sacando de quicio- ¡Y ahora nos toca el Reino de los lobos y hay nieve!

Alex comenzó a correr por la nieve, Luna detrás de él, cogían la nieve y la tiraban al aire haciendo que cayese, Amber se acercó a mi hermano y le dio un cogotazo en el cuello, Derek comenzó a reír, Blanca tiraba bolas de nieve junto a Luna y el dragón azul simplemente rodeo los ojos cansado y acostó su enorme cuerpo en la nieve.

Dóride se acercó a mí mientras yo reía por la situación.

-¿Son siempre así?- preguntó.

- Casi siempre, sí- reí y corrí hasta ellos.

Una guerra de bolas de nieve comenzó cuando Dóride se unió a nosotros. Después de todo por lo que habíamos pasado podíamos tener una oportunidad de respirar y divertirnos. El dragón cuando le iba a llegar una bola soplaba y del fuego apagaba todas nuestras bolas, estaba contento y se divertía viéndonos de esta forma. Al fin nos olvidamos cada uno de quiénes somos: criaturas legendarias, hermanos, amigos, conocidos, princesas, brujas, vampiros, sirenas, dragón...

Hasta que oí la voz que había soñado con ella hace tiempo, una voz que me ayudó a encontrar a Luna, una voz que creía que no volvería a oír y esa voz con el lobo de patas peludas y negras de ojos oscuros y dientes afilados, solo me confirmaba tal cosa.

Era Elsa.

- ¡Luna!, ¡Derek!- su voz hizo que un sentimiento en el pecho me doliese.

- ¡¿Elsa!?

Derek corrió hasta ella. La niña había crecido algo más desde que tuve la visión con ella, desde el ataque de Derek en el bosque cuando descubrió la verdad sobre mí. Elsa bajó del lobo negro y corrió hasta él abrazándolo con fuerza.

-Te creía muerta- pude oír el susurro de Derek- cuando te fuiste en ese sueño, era tan real que..

- Y fue real- contestó ella- por eso estoy aquí, he sido enviada por vuestra madre para guiaros hasta el campamento o lo que queda de él.

-¡Mi madre está aquí!- chillo Luna contenta, Elsa se lo confirmó.

- Iba a venir ella personalmente, pero con tantos ataques el consejo decidió que tiene que estar lo menos expuesta posible, la reina de los licántropos me ha pedido que viniese con Theo y algunos amigos más para escoltaros. Aunque por lo que veo- observó al dragón- estáis bien acompañados.- la niña sonrió al verme- ¡Hola Celeste!, me alegra volverte a ver...

-Lo mismo digo- le guiñé un ojo cruzándome de brazos.

- Veo que algo ha cambiado en ti- fruncí el ceño, al igual que ella- Noto en tu interior que has cambiado, que toda esa oscuridad que había en ti está desapareciendo- me acerqué a ella y posé mi mano en su pequeño hombro.

- Ha pasado un tiempo y con él muchas luchas, algo en mí dijo que había ya que cambiar.

-¡Alguien quiere decirme que ocurre!- chilló Alex detrás de nosotros, sus brazos en forma de jarra y con la nariz arrugada.

Entonces Derek y yo les contamos a todos quién era Elsa, cómo la conocimos y qué pasó aquella noche. La presentamos a los demás, así como a los nuevos miembros del equipo. La niña amablemente contestó a todas las dudas de los demás, sobretodo aclarando que ella era una criatura de la guardia real, solo los guardianes como ella tenían las características diferentes a las demás criaturas, se les da alas de ángel, oscuras por ser criaturas oscuras, fuerza y agilidad de las criaturas oscuras y luz por las criaturas de la luz. Ellos son los protectores reales, en los que más confían los reinos, los que deben de proteger Celestial.

Elsa se subió en la espalda de su amigo Theo, el dragón alzó el vuelo detrás de nosotros. Derek y yo sacamos ambas alas y comenzamos a volar mirando el paisaje que había debajo de nosotros, las princesas: Dóride, Blanca y Luna, se subieron en la espalda de los lobos que nos acompañaban, mientras que Alex y Amber decidieron correr junto a ellos.

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Celestial #1: Tú eres el elegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora