Capitulo XVI

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Capitulo 16

Derek

Celeste había preparado la cena, ella decía que no tenía hambre, por lo que acabé por comer yo solo, aunque con su compañía.

El dolor de cabeza ya no existía después de descansar y tomar la medicación que me habían recetado desde que tengo uso de razón. Aunque mi cuerpo, se encontraba algo cansado, como si un camión me hubiera pasado por encima. Pero, algo me tenía preocupado y era que el sueño fue de lo más raro. 

Cómo regresé hasta aquí, qué había pasado en el bosque, por qué la reacción de Celeste, qué querían decirme en el sueño, tengo millones de dudas y me preocupaba el dolor que tenía en mi espalda, como si tuviese un peso encima, me ardía.

-Creo que te debo una explicación- comentó mi compañera una vez se sentó frente a mí en la cama donde dormíamos.

La luz de la luna que apenas podía ser visible y los truenos de fondo eran lo que iluminaba la casa a parte de la pequeña lámpara que estaba en la mesita al lado de la cama.

-Tengo muchas preguntas Celeste... pero no sé por donde empezar... yo...

- No puedo decirte todo lo que desearía decirte, solo puedo responder a lo que crea que no puede perjudicarnos a ambos- fruncí el ceño dudoso de tal trato- yo prometo responder toda la verdad, si tú me prometes ser lo más abierto posible, aceptando lo que te diga y siendo tú el que averiguará qué es todo esto- asentí con la cabeza.

- ¿Cómo.. cómo es lo tan rápido que te fuiste?, ¿por qué te fuiste de esa forma?- ella suspiró fuerte y miró a la ventana donde las gotas de agua impactaban en esta violentamente.

- Porque tengo más velocidad de lo normal- contestó firme aún mirando a la ventana donde un trueno se oyó como si estuviese a nuestro lado.

- Está bien.. ¿ Cómo llegué aquí?, con la tormenta que hay y recuerdo que estaba anocheciendo, que me había perdido.

- Te encontré cerca de la casa, solo que te saliste de los senderos y te encontré tirado en el suelo con el ataque, por lo que te traje yo misma.

- ¿Tú?, Celeste no me hagas reír- sonreí, ella me miró seria.- Mira no es cuestión de que seas mujer u hombre, pero... Cuando me dan los ataques soy un peso muerto, mi cuerpo tiene tal reacción que ni mi propio hermano podía sacarme del sitio donde me daban, ni los sanitarios cuando era pequeño podían levantarme sino eran unos cuanto, no sé por qué pero siempre ha sido así.. ¿cómo tú si pudiste?- ella sonrió de medio lado y negó con la cabeza.

-Porque tengo fuerza, solo puedo decirte eso.- asentí un poco molesto.

-Es injusto que no puedas decirme toda la respuesta que quiero- dije molesto.

-Tú aceptaste, ojalá pudiese decirte toda la verdad- susurró y una lágrima cayó de sus ojos. Me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos mientras besaba su frente.- yo... ojalá pudiese...

-Sh, calla mi niña bonita- besé sus labios cortamente- aceptaré todo, te prometo entender.

-Sh, calla mi niña bonita- besé sus labios cortamente- aceptaré todo, te prometo entender

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Celestial #1: Tú eres el elegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora