Celestial #1: Tú eres el elegido

Capitulo XXVI

Capitulo 26.

- ¡Que comience la fiesta!- dijo emocionada la princesa una vez nos vio terminadas de arreglar Amber y yo.

Las cuatro nos observamos por unos segundos y sonreímos sin mostrar nuestros dientes.

Mi amiga llevaba un vestido largo hasta sus pies cubiertos por unas simples botas de puntas, el vestido era simplemente blanco liso, un blanco brillante, un corpiño en sus pechos del mismo tono para resaltar su figura y una capa larga que lo cubría de tonalidades verdosas, a sus bordes tenía bordados dorados con raíces dibujadas en ellos por todo el vestido, este era de mangas largas hasta casi cubrir sus manos desnudas, dos brazaletes dorados hechos de bordados casi en sus codos hacía ver sus mangas de pegadas a sus brazos, a ser grandes y holgadas, las cuales caían como olas de estas en forma de pico, la capa era sujeta a su cuerpo por unos lazos finos de terciopelo en zigzag los cuales se ataban en un bonito lazo grande.

Luna llevaba un vestido, al igual que Amber, largo que cubrían sus pies, blanco, su capa decorada de de bordados dorados era de un color rosado lo cubrían al igual que mi amiga. A mí, la princesa me dejó exactamente el mismo atuendo pero con la capa de colores azulados oscuros.

Sin embargo, la princesa Blanca, llevaba un estilo igual a nosotras pero su vestuario era de telas de terciopelo, decoraciones brillantes en formas de plantas en su vestido blanco de terciopelo y su capa azulada con bordes plateados y larga hasta dejar como un pequeño mar de olas en el suelo por el que pisaba.

En cuanto a nuestros peinados, Blanca llevaba un recogido bajo en su nuca, un rosco hecho en trenzas, dejando ver pequeños pelos castaños asomar de él en forma de ondas, una trenza recogía el resto de su pelo desde su frente hasta el moño, una trenza gruesa y castaña, decorada con una diadema de flores plateada en su frente junto a un diamante en su centro. Amber, tenía su cabello recogido en una trenza baja que colgaba en su espalda, su trenza era gruesa pero perfectamente hecha, de esta salía otra pero más fina y pequeña, desde ambos costados de su frente hasta su coronilla, la cual se hacía una conectándola con la más grande, decorándola así con pequeñas piedras brillantes en ella. A Luna le hicieron una trenza a su lado izquierdo, decorada por flores blancas y rosadas llenas de brillante y un rulo plateado cubría su oreja derecha. A mí, me optaron por hacerme una trenza gruesa desde los costados de mi frente, la cual era decorada por pequeñas flores brillantes alrededor de esta para decorarla, dejando mi cabello suelto caer como una sábana en mi espalda hecho en rulos.

Caminé por el enorme salón lleno de personas totalmente desconocidas para mí, salvo unas pocas. Muchas de ellas iban vestidas de la misma manera que nosotras, de diferentes tonos y telas, mientras que los hombres, pocos a decir verdad, iban con una túnica de colores oscuros, la cual era tapada por una capa que llegaba hasta el suelo, arrastrándose, de otro tono color diferente.

Me fijé en uno de ellos, el cual su mirada se posó en mí. El hombre de estatura baja, con barba y pelo recogido en una trenza, que colgaba en su espalda, vestía con una túnica de color rojo oscuro, la cual estaba atada a su cintura con un cordón dorado, su capa era mucho más oscura, casi negra, pero el terciopelo la hacía brillar a la luz, la cual tenía un decorado en su borde también de color dorado. Su mirada era profunda como una cueva después de años sin ser visitada, fría como el hielo y juraría que noté cómo relamió sus labios con la lengua, algo que hizo que un sudor frío recorriese mi columna. Aparté la mirada de él tan rápido como canta un gallo, la agaché para encontrarme con un peludo gato negro.

Osiris.

- Hola Os- saludé a mi nuevo amigo, el cual ronroneaba mientras se restregaba por mis pies.- Una fiesta divertida, ¿no crees?- él asintió en mi mente.- Veo que hay gente de todo el pueblo..