Capitulo 3

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Llegamos a casa y subí directamente a mi habitación, no sin antes romper el contrato delante de la cara de mis padres y esparcirlo por toda la sala.

Mis padres fueron detrás de mí para hablar, pero fui más rápida que ellos y logré ponerle llave a mi habitación, desbordada y sin poder aguantar más, me tiré en la cama a llorar quedando profundamente dormida.

Pasada las 9 p.m., me desperté porque el móvil vibraba sin parar, era Mi Yeong que me llamaba. Ignoré sus llamadas, pero ella insistió con un mensaje.

Sin hacer ruido saque la llave de la puerta para que pueda entrar sin llamar

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Sin hacer ruido saque la llave de la puerta para que pueda entrar sin llamar. Subió con un café y mis galletas favoritas.

—Permiso niña.

—Pasa. —Me tiro nuevamente a la cama.

—Te traje un café, con tus galletas preferidas, come al menos esto.

—No quiero comer, no me siento bien.

—Vas a enfermar si no comes. ¿Me quieres contar que paso? —Me senté en la cama.

Antes de poder decir una palabra comencé a llorar, Mi Yeong me abrazó y acarició mi espalda sin invadirme a preguntas. Cuando calmé un poco volvió a preguntar.

—¿Qué pasó mi niña?

—Mis padres nana, mi padre me utilizó para sus negocios, me vendió, me cambió por unas acciones.

—No entiendo.

—Mi padre me vendió a un empresario. Me entregó a esa persona a cambio de acciones de unas empresas. —Lo contaba y aún así no podía creer de lo que eran capaz mis padres, en especial mi papá, no lo imaginaba así.

El contrato que me había dado ese tipo decía que a cambio de acciones de dos empresas, mi padre me entregaba a él, a partir de ese momento yo me convertía en su novia, en el plazo de tres meses al celebrarse nuestro compromiso de casamiento mi padre recibiría parte de las acciones de la empresa A y a los seis meses una vez celebrado el casamiento, terminaría de recibir lo que restaba de la empresa A más el total de acciones de la empresa B.

—¿Lo que me dices es verdad mi niña?

—Si, jamás te mentiría. Tenias que verles las caras a mis padres, estaban felices. Nunca pensaron en mí, nunca les importé.

—No diga eso.

—Es que es así, no hay otra explicación. —sollozaba —No sé que voy hacer, yo no pienso ser la novia y mucho menos casarme con ese... asqueroso, hijo de perra. Llevame a tu casa unos días, —Le tomé la mano a modo de súplica —hasta que consiga un pasaje a cualquier lado del mundo.

—Debes hablar con tus padres. No puedo llevarte conmigo, es el primer lugar al que te irían a buscar.

—Tienes razón, entonces si no me voy del país, me iré de este mundo, me voy a mat...

Save me (1° Temporada) (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora