Save me (1° Temporada) (En Edición)

Capitulo 29

Llegamos a casa y lo primero que hizo Jimin fue encerrarse en su despacho. Estuvo todo el tiempo con el celular en la mano y con cara de preocupación, apenas bajamos del auto recibió un llamado de su despreciable amigo Suga, lo supe por que fue el nombre, lo único que pude escuchar.

¿Había pasado algo en mi ausencia?

Dejé mis cosas en la habitación y bajé al jardín de invierno.

—¿Señora, quiere algo? —me dijo Jung Soo.

—Un café por favor.

—¿Algo para acompañar? Hay pastel. —Remarcó la palabra pastel.

—Bueno. Gracias.

Se retiró con mala cara, esa mujer me odia, no hace falta que me lo digan.

—¿Qué haces? —Salté en el lugar.

—Jimin, me asustaste.

—Perdón. —dijo Jimin apenado.
Se ubicó detrás de mi silla, me abrazó y apoyó su cabeza en mi hombro. ¿Qué le pasaba? —¿Qué haces?

—Estoy tratando de leer, —Le mostré el libro —debo revisar unos papeles pero necesito descansar del trabajo un momento.

—¿Problemas?

—Espero que no.

—No te preocupes, eres una mujer inteligente, atractiva; —Escabulló su mano por debajo de mi remera —puedes solucionar cualquier problema, puedes tener a cualquier hombre a tus pies o... en la cama si así lo quisieras.

Al escuchar las últimas palabras, giré mi cabeza y choque mis labios con los suyos. El muy maldito sabía algo, estaba completamente segura. Comenzó a besarme por suerte enseguida fuimos interrumpidos por Jung Soo.

—Aquí está su café con su porción de pastel.

—Gracias. Oh... Es pastel de... ¿cumpleaños?

—Si, —contestó enojada —será por que ayer...

—Gracias Jung Soo, puedes retirarte. —De manera brusca la interrumpió Jimin.

—Permiso. —Se fue enojada.

—¿Es impresión mía, o está algo enojada? ¿Pasó algo en estos días?

—No le hagas caso, —Volvió a abrazarme por la espalda —está así por que le pedí que haga este pastel y no lo comí aún. —Besó mí cuello.

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Pasaron cuatro días desde la vuelta del viaje, a Taehyung sólo lo vi una vez donde cruzamos una mirada y nada más debido a la gente que estaba alrededor.

A Jimin lo notaba muy extraño, el día lunes no había ido a trabajar; ese día salió de casa pero no a trabajar, lo supe por el chofer. Los demás días se lo veía preocupado, la seguridad de la casa pasó de tener solo una persona en cada turno, a tres. Se encerraba en su despacho hasta muy tarde, no dejaba el celular; dormía en el otro dormitorio, esto último era lo único que no me molestaba de su cambiante actitud; hasta me di cuenta que tenía seguridad siguiendome.

No quería pensar mal, es decir, no quería pensar que sospechaba que le había sido infiel y quería tomarme desprevenida y hacer algo en contra de mí padre.
Tenía mis dudas, pero hablar con Jimin de todo lo que estaba pasando iba a ser inútil; los días pasaban sin más, él seguía igual.

Mi nivel de chismosa llegó hasta el límite y me atreví a preguntarle durante una cena a que se debía tanta seguridad y por qué tenía guardaespaldas.
Su respuesta fue poco convincente: