Capítulo 21

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Todo el día me dio vueltas en la cabeza lo que había pasado con Taehyung.
¿Qué nos pasaba? ¿Por qué ahora?

El momento de dejar la empresa había llegado, me encontraba en la entrada sin saber que hacer y mucho menos a donde ir.

—¿Señorita _____? —me dijo el señor de seguridad.

—¿Si?

—El auto de allí la está esperando. —Miré y era el chofer de Jimin.

—Muchas gracias señor Lee.

El chofer bajó y me abrió la puerta, esperaba encontrarme con Jimin dentro, pero no fue así. Subí al auto y en ese lugar también me sentía extraña.

—¿Desea ir a algún lado o directamente la llevo a su casa señora?

—A casa. —dije con una naturalidad que ni yo me creía.

Había olvidado por completo que mi casa no era la de mis padres, sino la de Jimin. Al llegar largué un suspiro asumiendo mentalmente que debía estar ahí.

Apenas puse un pie en la entrada, JungSoo tomó mis cosas, una acción que no me gustó por lo cual tomé de regreso mis cosas de sus manos, algo que no lo tomó muy bien, pero yo no estaba acostumbrada a esos tratos. Con MiYeong era diferente, no teníamos ese trato de empleada-señorita de la casa, sino todo lo contrario; luego para completarla, se ofendió cuando le pedí que se retire de la habitación.

Debo admitir que no se lo pedí en buenos términos. Pero es que ya había colmado mi paciencia invadiendo mi espacio personal.
Me limité a estar encerrada en la habitación, no conocía la casa y no quería dar vueltas sin sentido incomodando aún más al ama de llaves. Decidí tomar una ducha y acostarme.

Desperté porque así lo demandaba mi estómago, y como no si apenas había almorzado, me estiré en la oscuridad, cuando bajé el brazo toqué algo y la luz se encendió. Pegué un salto del susto, Jimin se encontraba a mi lado.

—Hola nena, no me cansaré de decirte que eres aún más bella cuando duermes. —Con los nudillos de sus dedos acaricia mi rostro, para luego llevarme hacia él —La cena está lista, ¿bajamos?

—Si, por favor.

—Esta noche pasaremos la noche juntos. —Me dio un beso.

—¿Podemos ir, muero de hambre?

—Besame, solo así te soltaré. —Lo miré desaprobando lo que había dicho —No me mires de esa manera, me quedaré toda la noche así, si es necesario.

Le di un pico e intenté moverme, pero fue en vano. Me tomó fuerte de la nuca y me llevó hacia él, me besó suavemente, mordió mi labio de la misma manera, su lengua buscaba delicadamente la mía. Su mano paso de mi cabeza a mi cintura por debajo de la remera.

De pronto comencé a corresponder el beso, no porque se tratara de él, sino porque recordé lo sucedido e imaginé a Taehyung. Su mano acariciaba la extensión de mi espalda, me ubiqué a horcajadas sobre él, su otra mano se ubicó también debajo de mi remera a la altura de mi cintura, para luego pasar ambas a mis pechos. Comencé a moverme, rozando mi sexo sobre el suyo cada vez con un poco más de intensidad.

—Detente. —dijo separándome de él. —Al momento que escuché su voz, abrí los ojos y quedé helada encima de él. Bajó sus manos a mis caderas y de forma delicada pero rápida me quitó de encima de él y se levantó de la cama.
—Ahora no nena, la cena se enfría. —Salió del cuarto como espantado.

¿Qué diablos había hecho y que había sido esa actitud en él?

Bajé al comedor avergonzada por lo sucedido, tomé asiento y cenamos en silencio.
La mirada de desagrado y enojo de JungSoo me ponía nerviosa, incómoda.

—JungSoo... —Aclaré la voz.

—¿Señora?

—Aamm... Déjeme pedirle perdón por mi actitud de hoy en la tarde.

—¿Qué pasó? —Enseguida preguntó Jimin.

—Cuando llegué, tomó mis cosas y se las quité de las manos. Luego... —No iba a comentar lo que seguía, pero se iba a enterar por boca de ella, por lo que continué —me siguió hasta el cuarto llenándome de preguntas y le pedí que se fuera. Pero no fue mi intención tratarla mal. —dije rápido antes que Jimin diga algo y mal entienda toda la situación —Mi relación con MiYeong es diferente, siempre fui independiente. Me sentí invadida. —dije esto último apenada.

—Está bien señora. No sabía que le molestaban esas cosas, perdón si la hice sentir mal.

En su rostro no notaba un poco de arrepentimiento, sino todo lo contrario.

—JungSoo te podrías haber comunicado con la empleada de ella y preguntar lo básico. —dijo Jimin un poco enojado.

—Perdón señor, no lo pensé.

—Jimin no la regañes, no es su culpa que yo sea una completa extraña.

—Igual debería haber preguntado. Que no se vuelva a repetir. —le dijo a Jung Soo —Y tú, —A mí sí me miró realmente enojado —la tendrías que haber tratado mejor.

Perdón. —dijimos ambas al mismo tiempo.

—JungSoo déjanos a solas.

—Si, señor. Con permiso.

—Mañana tengo una reunión y debo salir muy temprano. ¿Quieres que llame a tu padre y le diga que pase por ti, o puedo hacer que el chófer regrese por ti, te lleve a la empresa y vuelva conmigo?

—Me voy en taxi, no te preocupes. No molestes a nadie.

—Puedes llevar mi auto, pero trata de no hacerle nada, prácticamente es nuevo.

—No, ya sé. Iré a buscar mi auto.

—¿Cuándo?

—Ahora. Llamaré a Mi Yeong, le diré dónde están las llaves y le avise al chofer que lo deje en la puerta. Después de todo ese auto es mío, lo compré con mi dinero.

—Es de noche.

—Es temprano aún. —Retruqué.

—Si te sientes mejor con tu auto, llama que lo tengan listo que iré a buscarlo.

—Querrás decir: “irás a buscarlo”.

—Lo dije bien. Iré yo.

—¡¿Qué?! No.

—No puedes andar sola y menos de noche, iré yo. Fin de la conversación.

—Como quieras. —Tuve que ceder a que haga lo que él quería, seguir insistiendo sería en vano.

Apenas terminamos de cenar, llamé a Mi Yeong. Hablamos como si no nos hubiésemos visto por semanas, cuando sólo habían pasado dos días.
La extrañaba y mucho, se lo hice saber casi al borde de las lágrimas, apareció Jimin recordándome que la llamada era por el auto.

Salió junto a su chofer y yo me fui a la habitación, me puse a pensar otra vez en lo sucedido con Tae, pero había algo mas ahora dando vueltas en mi cabeza: lo que había pasado con Jimin, ¿si él no me hubiese detenido habría tenido sexo con él pensando en otra persona?

Escuché ruido, me asomé por la ventana y llegaban ellos. Apagué el televisor, dejé mi celular en la mesa de noche y me acomodé en la cama fingiendo que ya dormía; me había dicho que pasaría la noche conmigo y sabía lo que significaba aquello, tenía la esperanza de que no pase nada si fingía.

Oía que hablaba con su empleada, cada vez con más claridad.

—Esta noche dormiré con mi esposa. Mañana necesitaré un café para llevar. —Abrió la puerta del dormitorio —Ah, y deja a mi alcance el traje negro.

—Muy bien señor, que tenga buenas noches.

—Tu también.

Entró a la habitación e inmediatamente cerré los ojos. Sentí que se apoyó en la cama.

—¿Estás dormida o sólo finges? —susurro, chocando sus labios en mi cuello.

Al no tener una respuesta de mí parte se alejó de mí, luego entró al baño; seguí fingiendo que dormía por más que había entrado; al poco tiempo entró a la cama y se acomodó pegado a mi, intencionalmente me moví.

—Si finges que duermes me enojaré y mucho. —Colocó su mano encima de mi cadera. —Me arriesgué a girar y quedar frente a él —No... No deberías... —Suspiró.

Me llevó más hacia su cuerpo, de tanto fingir quedé realmente dormida con él abrazado a mi.
Desperté en medio de la noche a causa de unos quejidos que provenían de él, ¿estaría teniendo una pesadilla?

Gracias a la luz que entraba de afuera pude ver su rostro, reflejaba preocupación, dolor... No sabía que hacer, si lo despertaba corría el riesgo de pagar las consecuencias, pero de no hacerlo... Estaría dejándolo sufrir y si hay algo de lo que entiendo es de lo mal que se pasa en una pesadilla y no poder despertar de ella.

Comenzó a moverse y a decir cosas por lo bajo que en un principio no entendía, después de un tiempo con más claridad pude escuchar:

—Basta me están mintiendo, no, no es verdad...

Ya no podía hacerme la desentendida y dejarlo que solo se despierte o acabe su sueño, con una de mis manos lo palmeaba despacio, con la otra acariciaba sus cabellos, al tiempo que lo arrullaba con mi voz.

—Sshh... Es sólo un sueño. Tranquilo... Sshh...

Poco a poco fue calmando, su cuerpo se fue relajando y el mío también. Una vez todo en calma volví acostarme como estaba, dándole la espalda, estaba quedando dormida, cuando sentí su abrazo.

Save me (1° Temporada) (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora