Save me (1° Temporada) (En Edición)

Capítulo 23

—Señora su padre pidió una reunión urgente a las 14 hs. Dije que a esa hora tenía otra reunión como usted lo indicó. Dijo que era algo muy importante.

—Está bien, llama a su secretaria y dile que puedo reunirme con él en 20 minutos, de lo contrario lo lamento mucho, pero no puedo a la hora que él quiere.

—Muy bien.

—¿Algo más?

—Eso es todo señora, ya me comuniqué y mandé los resúmenes a administración.

—Excelente. Puedes retirarte.

Estoy más que conforme con mi secretaria, es muy eficiente, no hace falta repetirle las tareas pendientes o lo que debe hacer, pero... No se compara con TaeHyung. Y... Hablando de él no lo veo y creo que es lo mejor.

Mi secretaria me comunica que mi padre no se encontraba en la empresa, era algo extraño por qué su auto estaba aparcado junto al mío. ¿Donde demonios estaba?
Lo llamé y mintió diciendo que se encontraba en la empresa, pero al decirle que sabía que no era así, cambió su versión a que estaba en una reunión de urgencia fuera de la empresa, que en unos minutos regresaba.

Había pasado hora, hora y media cuando mi secretaria me anuncia que mi padre había llegado.

—¡¡Hijaaa!! ¿Cómo está mi niña preciosa?

—¿Qué quieres? ¿A qué se debe tanta dulzura?

—Hola papá, ¿no? ¿No puedo tratar bien a mi princesa?

—Cuando me tratas así es por qué quieres algo. —Le indiqué con la mirada que tome asiento.

—Hija... Necesito que te hagas cargo de una negociación.

—Ya lo decía... Tanta amabilidad no era de gratis o por cariño.

—Por favor hija, a ti no te dirán que no.

—Depende de mi agenda. ¿Cuando sería y dónde?

—Es en 15 días. En las Islas Jeju.

—¿Otra vez allí?

—Si, ya sabes cómo es este mundo de los negocios, los rumores van y vienen y lo que quiere uno, lo quiere el otro. Puedes ir con tu marido de paso pueden tener una mini luna de miel.

—Ni loca voy con él. ¿De qué se trata esta vez?

Hablamos y era más de lo mismo, convencer a unas personas a que acepten bajo nuestras normas a realizar negocios inmobiliarios con nosotros.

Me gustaba la idea de pasar tres días lejos de Jimin, pero surgió un gran problema, tenía que pensar en cómo irme sin él. Como una tonta le dije que sí a mí padre.

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Los días pasaban y no me atrevía a decirle a Jimin que me iba, me quedaba solo una semana y seguía sin encontrarle la vuelta al asunto. Pero por una vez en mi vida, los planetas se alinearon a mi favor.

A cuentagotas fui sacándole información a Jimin sobre su agenda y me enteré que esa semana la tendría muy ocupada.

—¡¿Qué?! —En ese instante se estaba enterando y su reacción obviamente fue la que esperaba.