Tres reinos con especies distintas; vampiros, lobos y seres humanos...
Los vampiros son protegidos por sombras oscuras y demonios.
A los lobos ningún ser los protegen, ya que son una manada y se protegen entre ellos mismos.
Y los humanos son protegi...
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Talina
¿Sabes lo asfixiante que es vivir encerrada entre cuatro paredes?
Yo sí lo sé.
¿Sabes cómo es tener aquel pensamiento maquiavélico de querer colgar la cabeza de alguien en una soga?
Pues yo lo he tenido un millón de veces.
Aquel día hice la promesa de asesinarlo, de clavarle una estaca en el pecho o arrancarle el corazón de la manera más cruel. No podía sacar esos ojos verdosos de mis recuerdos. Su cabello marrón era muy llamativo a pesar de lo desordenado que estaba, quizás esa era la consecuencia de poseer el don de la velocidad para alguien con cabello; un vampiro.
Ese maldito vampiro fue quien me arrebató a mi hermano, por ello mis padres eran más protectores con mi hermana Lirina y conmigo, ya que temían que su cabeza y la mía terminaran como la de Jeremy: colgada de una soga.
En aquel mes de mayo, hace cinco años atrás, sucedió aquel incidente. Mi hermano Jeremy apenas tenía diecisiete años y yo catorce...
-Hermano, mejor regresemos al castillo -le imploré con el rostro pálido y temblando como una hoja.
-Hermana, ¿no estás cansada de seguir encerrada? -refutó él, poniendo una de sus manos sobre mi hombro.
-Mami dice que en el bosque hay seres peligrosos -le recordé.
-Mi pequeña princesa, no tengas miedo. Yo te protegeré -dijo y acarició mi cabello rojizo-. Todo estará bien.
-Te quiero Jeremy -le expresé dándole un fuerte abrazo.
-Yo te quiero más, mi hermosa hermana -dijo inclinándose ante mí, ya que yo era más pequeña.
Después nos separamos porque escuchamos ruidos en el bosque. Los pájaros volaban tan alto como si pudieran sentir el peligro que se avecinaba, y ahí fue cuando lo vi por primera vez. Mis ojos lo describieron como un ángel caído del cielo. Su belleza era indescriptible. Ni siquiera podía dejar de observar sus ojos verdes como el jade y su cabello marrón alborotado.
Él era como el príncipe de cuentos de hadas con el que cualquier chica podría añorar.
El vampiro me observó de pies a cabeza, y en un movimiento rápido llegó cerca mío.
Mi hermano se puso frente a mí como si fuese mi escudo y ordenó:
