🍁CAPÍTULO DIECINUEVE

59 22 4
                                    


Eric


Abro mis ojos lentamente. Me siento hambriento y cansado, ahora estoy en una especie de sótano y mi cuerpo está congelado de la cintura hasta los pies, y puedo ver como el hielo se derrite poco a poco.

Mis manos están amarradas con gruesas cadenas y hay pequeños frascos con líquidos extraños encima de una mesa.

¿Dónde demonios me encuentro?

Escucho una puerta abriéndose y un hombre aparece en mi campo de visión.

—¿Quién eres? —pregunto desconcertado.

—No me recuerdas mi querido yerno —El señor hace una breve pausa—: Soy Drácula.

—No pudiste buscar un cuerpo más decente —me echo a reír—. Te ves horrible en el cuerpo de ese hombre.

—No te imaginas —resopla él—, pero por lo menos una bella mujer me ama en el cuerpo de este hombre repugnante.

—¿Por qué me has revivido? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está mi hijo y mi mujer? —Le hago unas preguntas tras otras.

—Mi hija está bien pero triste —Drácula hace una breve pausa—, y a mi nieto una maldita loba lo asesinó.

—¡No, no puede ser! —Mis ojos se entornaron a negros por completo—. ¿Quién fue la infeliz que mató a mi amado Eitan?

—Su nombre es Talina. Eitan se enamoró de ella. Los duendes desaparecieron y los vampiros se están debilitando —Drácula suelta una bocanada de aire—. Talina se iba a casar con el príncipe de los lobos y después de que se terminó la ceremonia de la boda, esa maldita se escapó con nuestro Eitan y se aprovechó de su debilidad, y lo mató sin piedad para después regresar a brazos de su esposo.

—¡Sueltáme Drácula! Te lo ruego. Necesito vengar la muerte de mi hijo, si quieres vuelvo a ser tu prisionero y me alejo de tu hija —lo miro con súplica —. Debes permitirme vengarme.

—Claro que dejaré que obtengas nuestra venganza y te daré un poco de su cabello rojizo para que  puedes encontrarla... —Los ojos de Drácula se entornaron a rojos—, sin embargo, yo quería matarla yo mismo pero lamentablemente esa bastarda es más poderosa que yo.

—Gracias —le contesto con un atisbo de frialdad.

Pronto me vengaré de ti, maldita loba.


•••

Me encuentro en el corazón del bosque. Voy de camino hacia mi antiguo reino, ya que quiero ver a mi amada Lisandra. Llego al palacio y entro de un brinco por la terraza, ahora me he quedado paralizado mirando a mi mujer. Ella está recostada en nuestra cama abrazando la almohada y su mirada está fija en la ventana.

Tomo asiento sobre el borde de la cama y ella de un brinco se pone de pie. Al verme sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿De verdad eres tú o estoy cayendo en la demencia por extrañarte tanto? —habla Lisandra con ambas manos en su rostro.

—No mi alma. Soy yo —La abrazo con todas mis fuerzas —. Te amo Lisandra.

—No me vuelvas a dejar. Debes de jurarlo —exije ella con un gesto de miedo. Miedo de perderme otra vez.

—Lo juro mi alma —le aseguro con una leve sonrisa—. No me perderás otra vez —incluyo.

—¿Quién te ha revivido? —pregunta ella con su mirada nublada de confusión.

—Tu padre Drácula —resoplo.

Lisandra abre sus ojos con sorpresa.

—¿Por qué motivos mi padre te ha revivido, si él mismo te asesinó? —indaga ella, perpleja.

—No lo sé. Solamente sé que me dejó libre para que asesine a una loba llamada Talina —aprieto ambos puños a mis costados—. Drácula me informó que esa maldita mató a nuestro hijo.

Lisandra cae devastada sobre el suelo de rodillas. —No, no puede ser. Eitan no puede estar muerto.

Me arrodillo a su lado y acaricio su mejilla. —Creo que antes de buscar la venganza, debemos ver con nuestro propios ojos el cadáver de nuestro hijo —exije ella, sin poder creer que nuestro hijo esté muerto.

De inmediato, Lisandra y yo fuimos hacia donde se encuentra el cadáver de Eitan. Llegamos a una vieja cabaña lejana de los tres reinos y lo pudimos encontrar porque conozco muy bien el olor de mi hijo.

Al entrar a la cabaña rebuscamos por todo los lados y después entramos a un pequeño sótano. Vimos un ataúd cubierto con una sábana blanca y mi corazón ya comenzaba a quebrarse: Lisandra baja hacia el sótano en un movimiento rápido y le arrebata la sábana al ataúd.

Ella abre el ataúd y grita tan fuerte que hasta me dolieron los tímpanos de los oídos.

—¡Eitan! —pronuncia el nombre de nuestro hijo en voz alta.

Me pongo de pie a su lado y observo el cuerpo inerte de mi hijo.

—Tal vez el despierte si le damos de nuestro sangre —habla Lisandra esperanzada.

—No Lisandra —niego con la cabeza—, si Eitan estaba debilitado por falta de sangre de un duende, no hay nada que se pueda hacer, ya que los duendes desaparecieron, pero esa maldita hizo que nuestro hijo muriera por adelantado.

Lisandra encuentra un frasco medio vacío con una sustancia extraña dentro del ataúd y me lo muestra. Lo olfateo e identifico un veneno mortal para matar vampiros.

—Es veneneno... —digo en un hilo de voz—, ella lo envenenó.

—Tenemos que vengarnos por la muerte de nuestro hijo —sentencia Lisandra acariciando el desordenado cabello marrón de Eitan.

—Sí mi alma... —Mis ojos azules se entornaron a negro por completo—. Mañana Talina estará enterrada siete metros bajo tierra.

—Debemos llevarnos el cuerpo de nuestro hijo al castillo —propone ella.

—Sí mi alma —acepto mientras tomo el cuerpo inerte de mi hijo entre mis brazos.

Lisandra y yo regresamos al castillo. Después bajamos al sótano para poner el cuerpo de Eitan en un ataúd digno de un príncipe.

—Tengo que irme —beso la frente de mi mujer—. Nos vemos en la noche.

—¿A dónde iras? —interroga Lisandra confundida.

—Tengo que empezar con mis planes de venganza —resoplo.

—¿Qué harás? —pregunta ella con preocupación.

—Después te cuento —suelto un gran suspiro—, ya tengo que irme.

—Te amo Eric —Lisandra me abraza con todas sus fuerzas—. Espero que te cuides mucho. Nos vemos en la noche.

—Yo también te amo mi alma. No te preocupes por mí —Pongo una de mis manos en su rostro—. Regresaré.

Me retiro del palacio y con el trozo de cabello rojizo que me dio Drácula, empiezo a olfatear a la maldita loba que asesinó a mi hijo. Llego hasta el reino de los lobos y me escabullo en el castillo con mi poder de invisibilidad. Un híbrido como yo casi tiene todos los poderes que poseen los vampiros y los lobos.

Entro al palacio de un salto, después trepo para llegar hasta la terraza de su habitación y para mi buena suerte, Talina se encuentra sola leyendo un libro.

Ella deja caer el libro sobre el piso. —¿Quién esta ahí?

En ese momento dejo que me vea y ella abre sus ojos como platos. —Eres muy parecido a Eitan.

¿Cómo tiene la insolencia de mencionar su nombre después de matarlo? ¡Qué descarada!

Tres reinos en guerra 🍁Editando🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora