Eitan
Siento mi corazón arde en un infierno. Talina me ha dejado destruido rompiendo todos lo lazos entre ella y yo; pero no comprendo el porqué de sus acciones, solamente he tenido ojos para ella y para nadie más."El amor hace débil a un vampiro. Nunca cometas los mismos errores que yo hijo, ya que el futuro de nuestro reino dependerá de ti".
Las palabras de mi madre Lisandra cruzaron por mi cabeza. Antes anhelaba ser el rey de este reino, pero ya no.
De nada sirve ser un rey infeliz sin la persona que amas. No quiero vivir lo mismo que mi madre.
Mi abuelo Drácula asesinó a mi padre a sangre fría delante de mi madre y de mí. Desde aquel día mi madre es una mujer despiadada y cruel, ni siquiera a Sinays la trata como a una hija. Además su crueldad fue tan inmensa que hasta asesinó al padre de Sinays frente a sus ojos. Mi hermana pudo superar eso gracias a mí.
Lisandra solo me tiene afecto porque soy fruto de ese amor que vivió con Eric hace muchos años. Eric fue el primer híbrido quien llegó a gobernar a los tres reinos; y no negaré que me siento tan orgullo de mi padre.
Drácula desapareció ese mismo día y se llevó el cadáver de mi padre. Espero que esa bestia nunca vuelva a pisar estás tierras.
—¿Por qué no vas a impedir esa boda? —pregunta Sinays con los brazos cruzados sobre su pecho.
—¡No, no lo haré! —Niego con la cabeza—. No me voy a interponer en sus decisiones.
—Hermano pero no la encontraste extraña o enojada contigo —indaga mi hermana con dudas.
"También te deseo lo mismo".
Recuerdo las últimas palabras de Talina. Eso quiere decir que ella piensa que tengo otra, tal vez ese imbécil de Jeidan le dijo que tengo otra para que ella aceptará casarse con él por venganza.
—Hermana me puedes ayudar a pasar desapercibido en esa boda falsa —le pido a Sinays con esperanzas de recuperar a Talina.
—¡Claro hermano! —Ella me regala una sonrisa—. La sangre de Ivor te ayudará, ya que la sangre de mi hada te dará una magnífica habilidad.
—¿Cuál?
—La invisibilidad —resopla Sinays—, y también te ayudará a que no seas olfateado por esa manada de lobos.
•••
Mi corazón se encoje en mi pecho y caigo de rodillas sobre el césped del jardín. Nadie puede verme debido a mi nueva habilidad.
Había llegado muy tarde. Ahora ellos se besaban.
Estoy a punto de irme dándome por derrotado, pero luego recuerdo las palabras de mi padre.
"Hijo siempre que caigas, no olvides que debes levantarte. Nunca lo hagas para que después no termines arrepentido por una infeliz eternidad".
Ya sé lo que haré. Me robaré a la novia.
La celebración comienza en el jardín. Muchos de los invitados bailaban, otros tomaban champán y vino.
Talina está al lado de Jeidan y de su padre. Me acerco a ella y me pongo de pie a su lado.
—Talina regreso en un momento —le avisa Jeidan a ella.
—Leo quiero que me acompañes, ya que necesito hablar contigo —le ordena Jeidan a el pelirrojo.
Luego los dos desaparecen entre todos los invitados y yo me quedo a solas con Talina.
—Talina necesito qué hablemos —le susurro cerca de su oído.
Talina dio un brinco del susto y puso una de sus manos en el pecho.
—Estoy quedando loca. Ahora escucho la voz de Eitan —ella pasa su mano por su rostro con frustración—. Acaso no bastaba con su recuerdo en mis pensamientos...
—Me hace feliz estar en tus pensamientos —murmuro con alegría.
Ella comienza a sentirte horrorizada. —¡Estoy cayendo en la demencia!
—No, no estas cayendo en la demencia —Suelto una carcajada—. Soy yo Eitan, es que tengo una nueva habilidad.
—¿Qué haces aquí? —pregunta ella confundida. Su tono de voz era amargo.
—Sé que llegué tarde para impedir esta boda pero aún no es tarde para liberarte de esta condena que te pusiste a ti misma —le hablo con mi voz quebrada.
—Para que luchas por mí si tienes a esa rubia. Vi cuando bebiste de su sangre y con el cariño que se abrazaron —resopla Talina con celos.
No puedo evitar reírme.
—¡No te rías! Eso no es nada gracioso —se queja Talina de brazos cruzados.
—Esa rubia es mi hermana Sinays, además ella me dio de su sangre porque me estoy debilitando poco a poco —le confienso apenado.
—¡Maldita sea! —blasfema Talina—. He cometido el peor error de mi vida.
Veo que Jeidan se aproxima de nuevo hacia donde nosotros.
—Talina ahí viene Jeidan y por ello me iré, pero te estaré esperando afuera por si aún quieres que vivamos nuestro amor —le aviso y me voy sin darle tiempo para escuchar su respuesta.
Salgo del palacio y me quedo sentado sobre una roca. Pasaban las horas y Talina aún no aparece.
Quizás te eligió a ti Jeidan.
Estaba a punto de irme, pero en ese momento una chica de cabello azabache tomo asiento a mi lado.
—Creíste que no me daría cuenta —habla la chica con su voz juguetona.
Mis ojos se abren de sorpresa. —Acaso puedes verme.
—No, no puedo verte, pero tengo el mejor olfato de toda la manada —dice la pelinegra con arrogancia.
Comienzo a sentirme temeroso. Esta pelinegra podría arruinarlo todo.
—Sé que eres Eitan y que viniste a impedir la boda de mi hermano, pero lamentablemente llegaste tarde —prosigue diciendo la chica.
Miro fijamente hacia el cielo y después poso mi mirada sobre ella. —Le dirás a tu hermano que estoy aquí.
—¡Claro que no! —Ella niega meneando la cabeza—, solamente te quiero ayudar a que puedas huir con Talina.
—¿Por qué razón me ayudarías? —Le pregunto confundido.
—La razón es simple... —La pelinegra me mira con un atisbo de frialdad—, no quiero que mi hermano esté con una persona que ama a otro, además Jeidan es la persona que más amo.
—¡Ah, entiendo! —respondo con sequedad.
—Esperáme aquí. Te traeré a Talina y vas a huir a toda velocidad con ella sobre tu espalda —Ella me mira con angustia—, y nadie debe saber sobre esto y mucho menos que yo te ayudé. Debes prometerlo.
—Lo prometo.
La pelinegra me regala una sonrisa y sin decir nada más fue en busca de mi amada.
Al fin estaremos juntos. Está vez nada ni nadie nos separará Talina.
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Tres reinos en guerra 🍁Editando🍁
FantasiTres reinos con especies distintas; vampiros, lobos y seres humanos... Los vampiros son protegidos por sombras oscuras y demonios. A los lobos ningún ser los protegen, ya que son una manada y se protegen entre ellos mismos. Y los humanos son protegi...