Tres reinos en guerra 🍁Editando🍁

🍁CAPÍTULO UNO

Talina

No soporto más este encierro. Prefiero morir a vivir toda la vida encerrada entre cuatro paredes.

Ahora estoy en mi habitación con mi hermana Lirina. La estoy ayudando a ponerse su vestido estampado de rosas.

-Lirina, ¿qué te parece si hoy... nos escapamos del castillo? -le propongo por milésima vez.

-No, hermana. No podemos desobedecer a nuestro padre -se niega ella, como siempre.

-¡No soporto estar aquí! -Me paso una mano por la cabeza, frustrada-: Es asfixiante no poder salir ni siquiera al jardín. Es injusto que no podamos ni merodear por nuestro pueblo.

-¿No te basta con lo que pasó hace cinco años? ¿Eso no te sirvió de lección? -me reprende Lirina.

De repente, pienso en él.

-Es que no puedo olvidarlo. Esos ojos color ámbar, su dulce voz...

-¡Calla! -Lirina me interrumpe-. Talina estás perdiendo la cordura, no olvides que él es un lobo.

Suspiro de brazos cruzados. -Lo sé.

-Los lobos son nuestros enemigos, solo nos hacen daño -cuestiona mi hermana con severidad.

-Pero él es diferente -le garantizo.

-No, hermana. Todos son iguales -dice soltando un suspiro de cansancio por tener que repetirme lo mismo cada día-. Somos un alimento para los vampiros y una presa para los lobos.

-Pero él es diferente -replico.

-Hermana, están desapareciendo las hadas y también los duendes. Ellos son los culpables... -argumenta Lirina con la mirada cansada.

Me quedo en silencio. Lirina siempre cree que tiene la razón y por eso dejo de cuestionarla. Si ella no quiere explorar el bosque conmigo, lo haré yo misma. Me escaparé.

De repente, escucho los pasos de alguien subiendo las escaleras. Misteriosamente puedo escuchar los sonidos a distancia, aunque nunca se lo he comentado a nadie. No quiero que piensen que soy un ser sobrenatural y me decapiten en mi propio reino.

Los sonidos de pisadas se acercan al dormitorio y alguien llama a la puerta.

-¿Quién es? -pregunta mi hermana.

-Princesa Lirina, soy Lázaro -responde y hace una pausa breve-. La reina les manda a decir que bajen a desayunar.

Lázaro es el sirviente más leal que ha tenido nuestro reino.

-Gracias por avisarnos, Lázaro. Dígale a mi madre que estaremos allí en unos minutos -pide Lirina.

•••

Estoy en la sala de estar con mi hermana y mi madre, Rosalia. Estamos desayunando en la amplia mesa de caoba y mi padre, Aníbal, está ausente como cada mañana. Seguramente está en el bosque de cacería con algunos de los guardias, tratando de cazar a un lobo o un vampiro.

Finjo estornudar varias veces en la mesa. Quiero que piensen que estoy enferma para quedarme en mi habitación y así poner mi plan en marcha.

-Hija mía, deberías de ir a descansar. Mandaré a Lázaro a tu habitación para que te lleve un té para el resfriado -dice mi madre preocupada.

-¡Gracias, madre! -digo y me levanto de la silla. Comienzo a subir las escaleras, pero el carraspeo de Lirina me detiene a mitad de camino.

-¡Talina, detente! -demanda mi hermana.