🍁CAPÍTULO VEINTISIETE

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Dairon


Llego a la sala de estar y tomo asiento en una de las sillas cerca de mi madre, ya toda la comida estaba servida sobre la mesa.

Papá no dejaba de jugar con el tenedor. Sus manos estaban temblando y sus ojos los puedo ver vacíos, sin un rastro de emoción.

Por otro lado, parece ser que mi madre había llorado mucho ya que tiene los ojos hinchados.

—Mami... ¿qué tienes? —indago con preocupación.

Ella me acaricia el cabello y hace un esfuerzo por sonreír. —Estoy bien cariño, no te preocupes tanto.

Fijo mi mirada sobre mi padre.

—Papá... —Vuelvo a mirar a mi madre—. ¿Mami y tú se pelearon?

Mi padre se levanta de su silla y me abraza con todas sus fuerzas como si tuviese miedo de perderme.

—No, no mi pequeño campeón —me asegura dándome un beso en la frente.

En en ese momento veo a mi tía Lusi sentarse en su silla correspondiente, por lo tanto, yo me zafo de los brazos de mi padre y fui abrazarla.

—Tía Lusi —chillo emocionado y beso su mejilla.

Lusi me rodea con sus brazos. —Cachorrito de mi vida.

—Sabes qué tiene papi y mami —le pregunto a ella en un susurro cerca de su oído, tan sólo para que mis padres no escucharan.

La sonrisa de mi tía desaparece y acaricia mi cabello.

—No todos los días son de felicidad, cachorrito —Lusi trata de sonreír—. Cuando seas todo un hombre comprenderás el porqué de mis palabras.

—¡Ey! Soy todo un hombre —le aclaro haciéndome el ofendido.

•••

Estoy en mi habitación jugando con un tren de madera que me dio como regalo mi tío Ian. Después de mis padres, Ian es la tercera persona más importante en mi vida.

Eran ya las doce de la noche y no podía conciliar el sueño, ya me había aburrido de jugar con el pequeño tren de madera por un largo rato, por ello guardo el tren en uno de los cajones de mi gaveta y salgo de mi habitación.

Bajo las escaleras en silencio para ir a la biblioteca a buscar algún cuento para leerlo. Cuando llego me encuentro con la puerta abierta y me escondo detrás de una pared, ya que veo a mi tío Ian entrar por una puerta secreta que está entre los estantes de libros.

Cuando Ian desaparece por la puerta entro a la biblioteca y tomo el libro que el cogió para abrir la puerta secreta; «Colmillos de sangre», así se llama el libro. Al tomar el libro, el estante se mueve dándome pase hacia la puerta.

Ahora puedo ver un pasillo oscuro iluminado por candelabros colgados en la pared. Camino y camino hasta llegar a donde mi tío; luego observo a Ian sentado en una silla de metal y frente a él hay una mesa con frascos, jeringas y entre otros utensilios de laboratorio.

Hay estantes que contienen envases con ojos, serpientes, ratas y entre otras cosas extrañas que no sabía que eran. Estoy en una especie de laboratorio.

Mi tío Ian se pone de pie y la sonrisa es obvia en su rostro. Ian toma el frasco con un líquido morado.

—Casimente esta lista la poción. Pronto libraré a mi biznieto Dairon de su maldición —escucho decir a Ian para sí mismo.

Tres reinos en guerra 🍁Editando🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora