Randy Orton

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"Un día me dices "ven"
y al otro me gritas "vete";
¿a qué estás jugando?"

- desde hace un par de días estás muy extraño, por favor Randy. ¿Que pasa?. - lo seguí por los pasillos de WWE, al parecer estaba yendo a su camerino. No había mencionado palabra alguna desde que había llegado y me estaba desesperado. Nunca me gustó obligarlo a que me diga lo que pasaba aquí, sus storylines eran muy... muy complicadas y cuando pasaba eso no le gustaba que habláramos sobre eso, solo le gustaba llegar a casa y pasar la tarde conmigo en el sofá.

Entendía que no le gustará verme allí, a mi tampoco me gustaría verlo en mi trabajo rodeado de mujeres que lo mirarán como si de un dios griego se tratase. Y creo que esa era una de las razones por le gustaba que llegara de sorpresa a su trabajo.

Me di la vuelta resignada. Podía entenderlo todo lo que quisiera, pero no podría mantener siempre la misma cara de enojado conmigo, jamás habría de engañarlo con nadie, porque él temía eso, que lo dejara por alguno de allí, pero lo que no sabe es que jamás había encontrado a alguien con el mismo humor que el mio y agradeció que él lo tuviera, ya que nunca podría estar con alguien que no fuera divertido de la forma en la que él lo era. Sonreí a las personas que se encontraban y caminé de vuelta por la salida, me iría a casa y lo esperaría allí.

Hacia un poco de frío, el viento era un poco fuerte y lo único que hice fue doblar mis brazos sobre mi pecho para así poder llegar al hotel por mis cosas.

La habitación estaba como la había dejado, la maleta seguía en el medio del cuarto y mi abrigo arriba de la cama. Se suponía que me quedaría unos días, pero el plan había fracasado. No lo molestaría, haría lo que supongo quería.

Llegué a recepción y pagué el día, pedí si me llamarían un taxi, lo cual hicieron y a los minutos ya estaba parado enfrente del hotel. En medio del viaje, a el aeropuerto, compré el pasaje a casa, pero pensé que estaría mejor si pensaba un poco las cosas y decidí en ir a lo de mi madre, estaría con ella un par de días.

Los minutos pasaban y la hora de ir hasta mi destino se acercaba, en ese momento solo esperaba subir al avión e irme. Me sentía bien, estaba confiada en que lo que estaba haciendo estaba bien, creía que era lo correcto, él jamás quiso que me fuera del lado del él, pero había una necesidad que afloraba dentro mío que tenía ganas de poder tomar un espacio para poder respirar un poco.

- hola Randy, escucharas esto cuando estés en casa, seguramente no me encuentres en ninguna parte, solo llamaba para decirte que te amo, y volveré en un par de días, no te preocupes, todo está bien, debemos pensar en lo que ah estado ocurriendo los últimos meses y necesitamos saber cuál es el problema, acuérdate de alimentar a Viper, te amo, adiós - colgué la llamada de voz que había echo a casa. Si le mandaba un mensaje sin decir nada se pondría como loco y no pensaría las cosas en las que quiero que lo haga, por eso es mejor que escuche el mensaje en casa y su hace algo que sea mejor ahí.

Ya habían anunciado mi vuelo y me formé, pasaron los minutos y ya estaba arriba del avión, miré una vez más la ciudad en la que estábamos, era muy pintoresca y con muchas luces, eso me gustó.

Al momento de llegar a la tierra donde había sido engendrada y vivido toda mi vida, me di cuenta que no había llamado a mi madre para saber si ella estaba en casa, había olvidado por completo ese pequeño detalle. Busqué mi maleta y salí en busca de algún transporte.

Tomé un taxi y le di la dirección de la casa de mi madre, al llegar, bajé junto a mi maleta y toqué el timbre, de allí pude ver lo que jamás habría pensado que pasaría.

Al llamado me había contestado un chico, morocho, el pelo algo largo, joven, más que yo, y estaba semi desnudo enfrente de mi. Lo miré con el ceño fruncido y lo único que atiné a hacer fue preguntar por mi madre, que al parecer la estaba pasando muy bien.

𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭 / 𝐖𝐖𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora