Randy Orton

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Sentada en las sillas de backstage, me di cuenta de lo que estaba pasando. Hacía semanas que no sucedía nada. Él estaba tan distinto, distante, diferente, podría decir que está ya no había el mismo amor entre él y yo. Podía sentir como el se escapaba entre mis manos, como lo nuestro quedada atrás, como un buen recuerdo.

No sabía con exactitud porqué no nos decimos nada. Porque no nos miramos a la cara y nos decimos "terminamos", palabra tan dolorosa, pero tan necesaria, y la única que no dejaría que nos sigamos rompiendo.

Entendía con mucha exactitud las indirectas que Mandy me mandaba, las llegadas tarde y ese corpiño rojo detrás del asiento del copiloto. Era todo más que evidente. Pero podía decir también que esto me daba fuerzas para poder tomar con más firmeza mi decisión.

Me pare del asiento en el que estaba. Y caminé por los pasillos de WWE, en un episodio de Raw. Buscando a la que es mi jefa.

— renuncio — dije parandome frente de Stephenie y ella me miró extrañada.

—¿qué? — me miró esta vez tratando de descifrar lo que estaba sucediendo.

Una decisión algo precipitada. Pero sabía que esto lo podría hacer y salir de aquí para hacer lo que tanto me gustaba, ir a UFC. Sueño frustrado que no pude realizar de joven y que ahora era lo que más añoraba.

— renuncio — dije firme y con la cabeza en alto, debía de mostrarme decidida con esto — no firmare el contrato, lo dejaré en tu escritorio en la mañana. — di media vuelta caminado lejos de ella.

Sentí como agarraban el brazo y me dieron media vuelta, volviendo a donde estaba. — puedo entender las razones por las que ya no quieres ser parte de la empresa. En su momento las enumeraste y comprendí. Pero dales esta última aparición al público. — lo pensé durante unos segundos mientras mirada un punto fijo. Asentí ligeramente y ella sonrió. — pelearas está noche contra Mandy. — no sabía si Stephenie estaba al tanto de lo que había ocurrido en Smackdown la noche pasada, fuera de cámara, cuando llegué a donde estaba ella y sin pelos en la lengua le dije todo lo que sabía en la cara, sin amenazas ni tironeos, ni siquiera una cachetada. Sólo me hacía sentir estúpida el que lo hicieran a mis espaldas. Odiaba el echo de que ellos quieran verme la cara. — le darás, por así decirlo, una lección, como hemos estado hace unos meses atrás haciendo que salgas del lado de Bayley, limpiarlas los trapos sucios por ella, después te retiraras y allí terminará tu historia. — asentí, sabiendo que muy en el fondo terminar una storyline de esta forma no era lo mío. No me gustaba hacer el trabajo sucio por otros.

— está bien — me encogí de hombros, tratando de ya no darle más vueltas a el asunto y caminé a mi camerino.

Suspiré, mientras me hundía en el sillón, y dejaba de mi mente divagar a en los diversos pensamientos que mi cerebro formaba para que de una buena vez deje de pensar en él.

(...)

Mi música sonó, y yo salí con mi peor cara del gorila, hasta el anillo, en donde ya se encontraba Mandy, su amiguita no estaba por aquí, por lo que esto sería justo. Esa chica Sonya se metía en demasía cuando le tocaba pelear a Mandy. Y lo odiaba.

Sonreí de lado y con rapidez le apliqué mi llave a Mandy, logrando que la cuanta llegara a tres. Fue más fácil de lo que creía. Ella me miraba sin creerlo. El árbitro levantó mi mano en el aire y bajé del ring.

Con una expresión seria en mi rostro me di media vuelta, arriba de la plataforma, mirando todo a mi alrededor. Fue lindo mientras duró. Sonreí, por última vez y salí de allí.

Caminé por el backstage, agarré mi mochila tirada a un lado, y con el traje de lucha aún puesto, con una campera que tenía a mano, salí de aquél lugar que más de una vez había llamado hogar. Ahora solo era un recuerdo, un hermoso recuerdo más.

Escapado de todas las miradas de los luchadores y luchadoras, llegué a mi auto, en el que me subí sin esperar un segundo más. Para así tomar mi vuelo de vuelta a casa.

Antes de poder salir del estacionamiento, alguien se sienta a mí lado, del lado del copiloto. Era él.

— no quiero que digas nada, solo bájate del auto. — pasé una mano por mi cara. Seña de frustración, solo quería largarme de aquí. Pero seguí en el asiento. — vete, por favor, ya tuve suficiente con las últimas semanas. — lo miré, tenía una expresión de diversión en su cara — ¿que tanto te causa gracia? — dije con evidente te enojo. Me hervía la sangre al verlo ser tan cínico.

— se lo que ah pasado las últimas semanas y yo te había avisado las primeras semanas que nos conocimos, no soy una persona que se quede con la misma persona por mucho tiempo — lo mire directo a los ojos. Podía sentir como mis mejillas eran mojadas, por todas esas lágrimas que antes no había largado. — lo siento, pero la estabilidad y la rutina no es algo que me guste llevar por mucho tiempo.

— déjalo Randy, solo quiero irme a casa — asintió y sin excusas se bajo del auto.

Tenia el corazón partido en miles de pedazos.

𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭 / 𝐖𝐖𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora