Braun Strowman /2

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Miré a todos lados del pasillo, con la intención de encontrar a Braun, pero no estaba en ningún lado, volví a dentro y cerré algo fuerte la puerta, para después sentarme de mala gana en la cama.

Las ganas de verlo aún no desaparecen y en cierta manera me estaba desilusionando un poco.

Prendí el televisor buscando algo con lo que pueda distraerme hasta que me duerma, pedí el servicio a la habitación y me acosté en la cama, algo cansada.

La puerta sonó y me pare de mala gana, esperando que fuera la comida, pero en su lugar me encontré con un pecho que no me dejaba ver más allá. Me hice a un costado mirándolo a los ojos, y me sentí relajada, había estado pensando que ya no quería hablar.

— perdón por llegar tarde, pero es que me entretuvieron los chicos — asentí y lo dejé pasar.

Se sentó en la cama y me acerqué a él, me sentía nerviosa. Agarró mis caderas y me atrajo a él sentándome en su regazo. Sonreí con una amplia sonrisa y me acomode.

— ¿ya comiste? — negó y me apoyé en su pecho, mientras el me rodeaba con sus grandes brazos. — tengo algo que confesar.

— yo también — dijo y lo miré a los ojos, separandome un poco de él. — tu primero.

— me gustas — solté bajito, como si fuera un secreto, un secreto que nadie más quería que escuchara.

— a mi también — susurró de igual manera — aunque creo que es evidente.

— si, pero hay algo más — las manos comenzaron a sudarme, no había hecho esto antes y las ganas de lanzarme todo a la cara eran mayor a mi. Toque una de sus manos que estaban enrolladas a mi cadera y entrelace una de sus manos con la mía. — te amo. — sus ojos fueron directo a mi, pero de la vergüenza que contenía la esquive fijándome en un jarrón cerca de la cama.

— yo también te amo — soltó mi mano y la puso en mi barbilla, para darme vuelta la cabeza en su dirección mirándolo fijamente.

Todas aquellas negatividades que había pensado durante estos minutos, todos esos pensamientos se esfumaron en el momento en que él juntó sus labios con los míos, sellando así el amor de uno por el otro.

De a poco las manos de Braun fueron a parar a mis nalgas, y estábamos acostados en la cama.

Las ropas quemaban, y nos las sacamos al instante en que los besos se iban a esparciendo por todo nuestros cuerpos, cuello, espalda, clavículas, labios, en todas partes habían besos del otro en nosotros.

El momento estaba llegando a su punto máximo, estábamos a punto de terminar, cuando siento que tocan la puerta. Braun que no la escuchaba, ensordecido por la lujuria, pare todo y me tapé con una bata, anunciandolo a él que se tapara con las sábanas. Obedeció a mala ganas y caminé hasta la puerta.

Le sonreí al que traía la comida, la dejó a un lado de la cama y se fue. Cabe destacar que Braun en todo el momento lo estuvo viendo con ojos enojados, no podía culpar, a mi también que habían cortado el momento.

Volví a la cama, a comenzar la ronda, pero mi estómago ya no quería sentir las mariposas y el cosquilleo, ahora quería un buen plato de comida.

— ¿comemos ahora o después? — le pregunté y me miró con esa alegría en los ojos — ¿qué? — pregunté.

— primero comemos, esperamos unos minutos y seguimos, aún tenemos toda la noche, cariño — me dio un cálido beso para pararse y traer la fuente a la cama.

Este sin duda será el día más alegre de toda mi existencia, claramente después de haber conocido a la The Rock.






𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭 / 𝐖𝐖𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora