Roman Reigns (1/2)

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Salimos de la empresa con las manos entrelazadas, en busca de su auto que nos llevaría hasta mi casa.

Después de una gran victoria, los dos nos merecíamos unos días de descanso, en los cuales  nos dedicaríamos a nosotros. Sonreí feliz por el momento en que estábamos, estaba disfrutando una maravillosa noche con el hombre que me hacia feliz.

Nuestros cuerpos se encontraron por la noche, ellos por si solos sabían el camino a donde debían de dirigirse. Estábamos tocando con las manos el cielo, cuando él teléfono suyo suena, retumbando en toda la habitación, era molesto, había cortado todo el ambiente que se había formado.

Roman se separó de mi, se colocó un calzoncillos y caminó hasta donde se encontraba ese aparato, de allí, en su bolsillo, lo sacó y atendió la llamada.

— habló por el teléfono, no sabía quién era hasta que vi su exposición en la cara y supe de quien se trataba. — ¿qué? — preguntó sin creerlo. Lo miré desde la cama experando que dijera algo. A los pocos minutos cortó y se giró a mi, ahora estaba bastante serio. Y se sentó en la cama mirando el suelo. Creo que estaba meditando las palabras que diría.

— ¿quién era? — le pregunté mientras me colocaba mi brasier y las bragas, al terminar me sente a su lado. — Roman — lo llamé y este dio vuelta su cabeza y suspiró.

— era Galina — dijo. Lo mire con el ceño fruncido. ¿Porque Galina llamaría a estas horas de la noche? ¿No se supone que se había divorciado de ella? ¿Porque aún hablan?. Abrí la boca para decir alguna cosa que me estaba preguntando pero él me ganó — antes que nada quiero decirte que te mentí, en realidad no me divorcie— mi boca en vez que articular palabra alguna, cayó al suelo en menos de lo que cantaba un gallo. ¿Por qué hizo aquello? Él me había dicho la primera noche que estuvimos juntos que la dejaría, se divorciaria de ella y se quedaría conmigo. — lo siento mucho, se que no debía de hacerlo, pero es que Galina esta... Es complicado — dijo y se paró. Se colocó los pantalones y después la remera — tengo que irme — anunció y me pare enfrente de él para pararlo, pero una punzada en el pecho hizo que retrocediera. — yo... — caminó a mí, pero en vez de aquello y caer en sus brazos, puse una mano entre nosotros y retrocedí un poco más.

— adiós Joe — dije fríamente mientras salía de la habitación y caminaba con mi conjunto hasta la cocina, de la cuál saqué una botella de vodka de la alacena y comencé a tomar.

Salió de la casa silenciosamente, sin decir adiós, dejándome con el corazón partido en dos.

(...)

Me sente en la cama de golpe, después de haber tenido un mal sueño, me renuevo en ella hasta la orilla y busco el baño para darme una ducha rápida y salir.

Salgo con una toalla al rededor del cuerpo y me visto lo más rápido que puedo, bajo por las escaleras casi corriendo, buscando la cocina por algo de comer, encuentra una manzana roja en medio de la isla y la agarro sin pensar. Me había quedado dormida y hoy tenía un combate defendiendo mi título.

Miro a mi alrededor, todos hablando entre sí, mientras yo camino en medio de ellos por los pasillos de la empresa,  tratándolo de evadir para que no llegue a mi para hablar de la persona que hasta el momento había echo en mi un caos al descubrir lo que había pasado.

Mi ceño fruncido, que traía durante días, se intensifica más al verlo parado enfrente de mi puerta. Suspiré para parame enfrente de él con ganas de hecharlo, pero antes me mira con una sonrisa, sonrisa la cual me había enamorado desde el primer momento en que la vi. Mentalmente quería correr a sus brazos y decirle cuanto lo amaba.

Abrí la puerta y dejé mi mochila a un costado, entró y cerró la puerta. Me di la vuelta con los brazos cruzados, estaba esperando que las excusas lloviera en mi cara, pero sin más él no dijo nada, se quedó parado a algunos metros de la puerta mirando fijamente el suelo.

— voy a entrenar — anuncié, saqué mi botella de agua de la mochila y salí por la puerta hasta el gimnasio.

Al cruzar la puerta pude ver que su cara estaba algo roja e inchada, como si hubiera estado llorando, dejé pasar aquello y con lo que me quedaba de dignidad caminé nuevamente por los pasillos con la mirada de todos encima de mí.

No les di importancia y apareció Charlotte mi contrincante de esta noche a mi lado, caminando con la cabeza levantada a mi lado y del otro Becky, quién era mi compañera de lucha. Les sonreí a las dos y caminamos juntas hasta el gimnasio.

— anoche lo soñé nuevamente — dije y Becky rió, Charlotte sonrió, mientras me ponía las vendas. — ¿qué es gracioso? — pregunté.

— qué todavía no dejaste de quererlo. — dijo Becky mientras empezaba por el entrenamiento

— eso es mentira — dije y Charlotte se  sentó delante mío.

— que tu cabeza diga no, no significa que tu corazón también lo diga. — alzó una ceja y mi miró

— no lo quiero — dije firme. Ellas suspiraron y caminaron a los lugares donde ejercitarian — ¿qué? — dije sin entender. Negaron y no me hicieron caso.

— nada, es solo que... Nada déjalo — hizo una seña para que deje de intentar y comenzaron a ejercitar.

— ya hablaron, ahora quiero saberlo — las miré esperando una respuesta, se dieron una mirada y asintieron.

— sabemos cuanto lo querías...

— quieres, mejor dicho — Charlotte interrumpió a Becky

— bueno, quieres a Roman, sabemos lo que hizo y tal vez tus sueños te den una señal de que debes de perdonarlo, no lo digo para que vuelvas con él, solo piénsalo — Becky se acercó a mí y colocó una de sus manos en mi hombro — esto está afectandote mucho y no nos gusta verte siempre con el ceño fruncido y mirando a todos como si ellos fueran los culpables de lo que sucedió. —suspiré y miré al suelo. Realmente tenía razón, debía de hacer algo al respecto.

— piensa, todo este tiempo, después de la pelea y que descubrirás que te estaba mintiendo, has estado muy distraída y con pocas ganas de luchar, cuantas veces hemos visto que te vas a altas horas de la noche del gimnasio, creo que ni siquiera estás comiendo bien. — habló esta vez Charlotte parada enfrente mío — debes de dejar de pensar en él.

— perdónalo y verás que estarás mejor, no es necesario que le hables nunca más, pero te aliviará y estarás mejor en todos los sentidos — Becky me proporcionó una sonrisa y asentí.

La conversación acabó y seguimos entrenando, la verdad que entre patadas voladoras y sentadillas, había tomado una decisión.

(...)

Salí del backstage dando lo mejor de mí, pero había vuelto sin lo que me estaba atando aquí. Caminé por los pasillos con la cabeza en alto, había perdido con una de las mejores, y amiga. Llegué a la oficina de Stephanue, ya que debía de decirle algo.

— pase — dijo una vez que toque la puerta. Pasé y me sente en la silla enfrente de ella. Sonreí sin mostrar los dientes y ella dio una sonrisa a medias, que era más una mueca. — ¿de que querías hablar? — preguntó y me acomodé.

— renuncio — dije. Me miró sin entender y repetí — renuncio — me levanté del asiento y salí de allí. Sabía que aunque se lo dijera a Vince no me dejarían en paz, pero ya había avisado, por lo que sólo quedaba que hablarán con mi abogado y estaría todo listo.

No daría explicaciones, mi contrato prácticamente ya estaba terminado y no tenía intención de firmar nuevamente.

Llegué a mi camerino y junté todas mis cosas, al ya tenerlas listas caminé en busca de Roman. Estaba hablando por teléfono y no se lo veía muy contento, al terminar suspiró y miró el suelo, volteó su cabeza después de unos minutos y me vio parada allí, caminó hasta mi y le sonreí sin mostrarle mis dientes.

— solo quería decirte que te perdono, ya no te guardo ningún rencor, eres lo mejor que me pasó en la vida, pero no quiero verte — está vez sonreí mostrándole mis dientes y me di la vuelta — adiós Roman — lo miré por última vez y salí por la puerta que daba al estacionamiento.

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Primera parte, el domingo la segunda. Espero te guste _DREAM_AND_LIVE.
❣️





𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭 / 𝐖𝐖𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora