Me quede inmóvil por un momento.
Miré a ambos hemisferios del recinto y no encontré nada cerca con que defenderme del supuesto fantasma. Solo había almohadas y una blusa medio arrugada como si alguien la hubiera tirado de un solo movimiento.
Oí una vocecilla en mi mente que me decía <no tengas miedo>, pero en ese instante me sentía como una gelatina.
Una mano con pulseras y un anillo bordearon la parte inferior de la cama, a los segundos se sumó la otra.
¡Qué está pasando aquí¡ yo siempre creí que esos espectros solo se dedicaban a asustar a la gente por instantes y luego desaparecer para no ser descubiertos, pero la cosa se mantuvo ahí bajo la cama por varios segundos como intentando a modo moribundo tratar de subir a la cama.
Vi una cabeza, era una mujer sin duda, pude observar un moño rosa y un estupendo peinado estropeado que le cubría la cara. Subía cada vez más, parecía ciega, el ambiente empezó a ponerse más tenso aun cuando ella gemía a voz baja algunas palabras inentendibles que hicieron ponerme la piel de gallina y querer esconderme bajo mi piel.
— Agua quiero agua, donde estoy... agua por favor...
Al parecer si era una mujer erróneamente llamada fantasma, en realidad no tenía nada de sobrenatural. Se veía como un náufrago en medio del desierto rogando por un poco de agua. Yo sé lo que se siente después de cada reventón, pero ella parecía que se había ido a 3 o 4 fiestas un mismo sábado.
Quise darle al instante lo que pedía, pero no tenía nada de agua cerca.
Se sentó en la cama, cuando lo hizo comprobé que era materia pura y no un espíritu, porque remeció un tanto el colchón.
Estaba de espaldas en sostén, con la mirada hacia abajo y erguida, se tocaba la frente como cuando alguien toca la tetera para ver si ya está hervida.
— Agua por favooooor...
— Espérame, ahora voy a la sala y te traigo un poco de agua.
— Por favor....
— Ahora vuelvo, volveré rápido. No salgas. Cerré la puerta
¿Quién podía ser esa mujer? ni siquiera le vi el rostro.
Caminé por el pasadizo de las sorpresas a toda prisa, esta vez ya no me detuve para asombrarme con la foto de Clarisa, sentía que la vida de esa chica estaba en mis manos.
Se oían muchos gritos, al parecer era una orgia con ropa. La sala estaba llena de más personas que no se ni de donde salieron. Tragos tirados, pisos mojados, fuerte olor a marihuana y la mesa repleta de crack para los más avezados.
Machete y el sujeto de tatuajes conversaban muy seriamente, extrañamente porque machete casi siempre para eufórico y alegrón. Él siempre dice: ''La vida es para los que saben vivir'', es todo un filósofo.
Cogí el vaso más grande donde sirven los cocteles, fui al baño y le llené agua del caño hasta el tope.
Salí como pude.
Casi por llegar al pasadizo de las sorpresas esquivando a todos los presentes e ir al cuarto, me di cuenta que Clarisa estaba ahí, apoyada como un detective contra la pared fumando un cigarrillo.
Tenía que cruzármela, aunque no quiera. No podía esperar a que se fuera.
— Hola Clarisa, en serio perdóname por la otra vez que te trate tan mal, no fue mi intención. Solo fue un reto.
Como me arrepentí de haber dicho lo último, porque simplemente no puedo decir lo que realmente pienso.
— Ya no me importas baboso, ahora tengo muchos mejores que tú.
Esas palabras me dolieron más aun
— Lo sé, ahora eres muy popular, solo quería que me perdonaras en serio por lo de esa vez que me porte muy frio contigo.
— No mereces mi perdón Laskoni, no mereces nada. Ni si quiera estar aquí.
Me dolieron mucho esas palabras. Estaba a punto de ir al cuarto a entregarle el agua a la chica y después echarme a llorar como un niño.
Me detuvo del cuello y me dijo:
— Aunque ahora solo quiero que hagas una cosa por mí. Solo así te perdonaré.
— Dime de que se trata —conteste esperanzado.
— Nada extra ordinario, solo ve con ese tipo y rómpele la cara.
Seguí a donde apuntaba su dedo, era un tipo alto de más o menos 1.80 y yo que apenas llegaba a los 60. Vestía como alguien que se iría a Hawái, quiñaba el ojo como lastimado. No me hacían temblar las piernas su buena apariencia y ¿fornido? Cuerpo. Lo que me hacía temerle es que tenía muchas chicas a su alrededor y yo sabía que un hombre con chicas detrás suyo, era merecedor de respeto.
Si le partía la cara a ese gigante, Clarisa se iba a dar cuenta que estaba dispuesto a pelear por su perdón.
— Lo hare. Pero podría ser dentro de unos minutos, ahora me urge hacer algo.
— No, no puede ser más rato. Tienes que darle su merecido ahora, si no llamare a la policía y se acaba la fiesta.
Rayos, me olvide de la misión. Si no la cumplía simplemente perdería el respeto de machete y la banda. Además, seguro repetiría el año, aún peor si seguía pensando más, la chica del cuarto moriría.
— ¿Qué fue lo que te hizo ese sujeto?
— Hace un momento estuvimos en la cocina, nos besamos y todo, pero cuando yo quise parar me cogió por la fuerza, levanto mi falda, con sus manos masajeo mis nalgas pretendiendo violarme. Le dije ya para Nasiel, no quiero. Cogí unos limones cortados y se lo embarré por el ojo izquierdo. Así pude zafarme. Por eso quiero que le des su merecido ahora mismo.
No había mucho tiempo, era ahora o nunca. Probablemente en la tarde él fue quien también me adulaba junto con el grupo por ser el nuevo, la confianza de machete, lo que le hizo a Clarisa, la chica del cuarto. Tenía muchas cosas por las que sentirme fuerte y no podía decepcionarlos.
— Clarisa. Ahora veras lo que es un hombre, sostén esto.
— Ver para creer.
Me apresure, camine sin pedir permiso entre los bailarines.
Eso me hizo sentir todo un malote.
Mire fijamente a los ojos al patán.
El me ignoro con la mirada y siguió conversando con sus mujeres.
Dudaba en que si de verdad pudiera derrotar a este futuro violador. Esa palabra era muy fuerte para mí aun para ser pensada.
Recordé que Alina fue ultrajada por su tío en la niñez, nos contábamos absolutamente todo. A pesar que nos separan siete años de diferencia últimamente había absorbido muchas cosas de ella.
Volví a mirar al sujeto, esta vez de más cerca. Me miro de pies a cabeza despreciando mis rasgos físicos o quizás mi forma de vestir. Apreté muy fuerte los dientes.
En ese momento fui poseído por el protagonista de mi anime favorito Ippo Makanoushi y decidido a derrumbarlo de un solo golpe. Doble mi cadera a 180 grados seguido de mi codo, pisé firme, di un paso hacia delante con el pie izquierdo. Desde atrás vine con fuerza en sentido anti horario y solté un cañón directamente al ojo lastimado del tipo que lo hice caer tan estrepitosamente que todos guardaron silencio, me vieron con asombro por atreverme a derrumbar tan grande monumento.
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Caminos entrelazados
Teen FictionPese a las advertencias de su gran amiga, pronto descubrirá que la chispa que lleva dentro no es compatible con el lugar en el que da a parar, impaciente llamará por ayuda y solo el verdadero amor podrá salvar lo que ya se había perdido. Esta histo...