Llegamos a la sala. Yeibi permanecía impresionada.
— ¿Qué paso aquí?
— Nada pequeña, tan solo una reunión indeseable. —Señalando con el dedo Clarisa le dijo: Por favor, ¿nos pasas los artículos de limpieza que se encuentran por allá?
— ¿por allá? —dijo extrañada.
— Si, mira vas de frente y doblas a la izquierda.
Mientras Yeibi iba por los artículos, aproveche para decir algunas cosas.
— Clarisa lamento que no hayas podido conocer a tus verdaderos padres.
¿Por qué siempre me anticipo a asumir situaciones que quizás aún no suceden? —no debí decir eso lo siento.
— Descuida Laskoni, tienes razón.
— ¿Cómo?
— Desde pequeña eh crecido aquí, no eh querido ser presumida del dinero que tienen mis padres adoptivos. Parte de mi historia es humilde pero antes de ser consiente de mis verdaderos orígenes. Me comportaba déspota mente con los que no eran de mi condición social, mis padres quisieron darme una lección y matricularme en tu colegio. Al principio como sabrás lo detestaba. Más vale tarde que nunca me di cuenta que allí varios me recibieron con alegría, aunque no los conocía, te conocí a ti. Me hacías reír en las formaciones y tus esfuerzos por conquistarme alegraban mis días...
Quiso decir más, se percató que se acercaba Yeibi y dijo rápidamente en voz baja tapándose la boca con la mano:
— Hasta que me destrozaste el corazón el en simulacro.
La sala se encontraba muy sucia (al igual que mi corazón). Sillones tirados, docenas de botellas, colillas de cigarro y serpentinas.
El equipo de sonido estaba prendido a bajo volumen. Saque mi USB.
Puse a una de sus cantantes favoritas. Un track de Sia — Hellium. Algo suave para relajar los oídos y decirle indirectamente tu amor me eleva como helio.
Cada uno con su escoba centramos la basura. Al terminar tomé las botellas y las puse encima del sillón. Clarisa limpiaba la meza dándome la espalda.
Mi ojo me llevaba a verle el trasero, pero no quería sentirme más sucio de lo que ya me sentía y me contuve.
Yeibi por su parte se veía muy feliz sacudiendo los sillones.
— Qué bonito canta esa chica.
Accedí a su llamado y me dijo al oído. — ¿es opera verdad?
— No, pero si te gusta con gusto te pasare todas sus canciones a tu ordenador. Nada de que tu contraseña de facebook es <michifus46> eh.
— Co... ¿Cómo lo sabes?
— Descuida, no eh revisado nada. Lo sé por precaución, hay muchos lobos vestidos de ovejas en la calle.
Vi en su rostro interés por seguir escuchándome.
¿Pero yo que le podría enseñar? No eh sido el mejor ejemplo, palabras de Alina vinieron a mi mente.
— Las malas personas usualmente utilizan máscaras, aparentemente tendrán buenas acciones contigo, pero detrás existen malas intenciones. Ahora que sucede si invertimos la analogía. Una madre te puede castigar, erróneamente crees que utiliza una <mala re—acción> más sus intenciones son buenas. El secreto está en que te des cuenta a tiempo utilizando el método de scanneo.
Clarisa volvió a repetir la canción, esta vez se veía más alegre.
Yeibi se quedó pensativa.
Deje que siguiera con sus labores voluntarias, me acerque hacia mí súper mujer y le dije:
— ¿mañana iras al colegio?
— Si tú vas, claro que sí. ¿Cómo va tu pierna?
— Casi ni me duele, serás una gran doctora.
— Y todo por mi culpa, Nasiel no valía la pena. Pensé que te daría una paliza y obtener mi venganza, pero me dejaste completamente sorprendida.
— Así que lo tenías todo planeado Labrava, mandar a uno de tus demonios para cobrar tu venganza —dije en tono sarcástico.
— Ja ja ay si como no.
— Y quien era ese tal Nasiel ah ¿de dónde lo conoces?
— Vive cerca de aquí, es el más galán de la cuadra, también el más infiel, pensó que conmigo tenía chance.
— Pues a mí no me dio miedo —bueno un poquito— agregué.
— Gracias por estar a mi lado.
— No podía dejarlas solas, después de lo que pasaron. Quisieron secuestrarlas.
— ¿a qué te refieres?
— A secuestrar sus cuerpos.
— Bueno sí. ¿Sabes? a veces eres noble y a veces un idiota.
— Por cierto... ¿Ya me perdonaste?
— Sí, pero ya no me vuelvas a decir Labrava
Creo que lo último fue una provocación. Se hacía cada vez más de noche y no nos habíamos puesto de acuerdo en cómo íbamos a dormir. Yeibi me necesitaba y Clarisa también. Si tan solo mi almohada supiera, se moriría de celos.
Si íbamos a pasar la noche juntos tendría que dormir al lado de ambas, no podría ser de otra. Me tocaba el suelo.
— ¿En qué piensas Laskoni?
Empezó sonar una de mis canciones preferidas 'Be Somebody'.
Pedí a Yeibi que se acercara a nosotros, las tome de la mano. Sorprendidas correspondieron.
Me arrodille y suplique por su perdón. Esta vez el definitivo. Con toda la sinceridad del mundo como después de la pelea les dije:
— Yeibi perdóname por haberte dejado sola cuando debí de estar a tu lado, perdóname por haber demorado con el agua y permitir que un extraño entre al cuarto mientras luchaba por el honor de Clarisa.
— Clarisa perdóname por haberte roto el corazón en aquel simulacro, a veces las razones por las que tomaba eran para olvidarte, perdóname por no haber sido tu roca cuando más me necesitaste — se me quebró la voz y me proponía a llorar.
Nos dimos un abrazo fraternal y dijeron casi al mismo tiempo.
Te perdono.
Clarisa dijo como cantando:
— But even Superwoman sometimes needed Superman's soul. —no me quede atras y respondí— just need a taste of who we are. (Las clases de Alina fueron un éxito)
Yeibi no entendía, al rato le explique parte de nuestra historia.
— No volveré a comportarme como un idiota con ustedes.
— Ya Laskoni no te martirices, después de lo que hiciste hoy por nosotras, ha quedado demostrado que detrás de toda esa apariencia de rebelde existe una persona noble a la que corrompieron.
— Mi hermano te tiene mucho cariño —agrego Yeibi.
— Esta vez sí cambiare, tengo por quienes lograrlo.
El ambiente había cambiado, bailábamos al ritmo un fino track de la colección de mi cuñado (lo será).
Habíamos terminado de limpiar y nos disponíamos a volver al cuarto por otra película.
Hasta que alguien toco la puerta. No lo reconocí de momento, se encontraba golpeado así que rápidamente lo metimos a la casa.
— Era Arce.
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Caminos entrelazados
Teen FictionPese a las advertencias de su gran amiga, pronto descubrirá que la chispa que lleva dentro no es compatible con el lugar en el que da a parar, impaciente llamará por ayuda y solo el verdadero amor podrá salvar lo que ya se había perdido. Esta histo...