Su nombre era un secreto para todos excepto su jefe, el mismo hombre que la había contratado hace años como una asesina a sueldo. La única regla de su trabajo era asesinar a personas que no llevaban en absoluto un vida ejemplar y ahora tenia una nueva misión. Tenia que acabar con la vida de Dante, uno de los dos hijos del legendario caballero Sparda.
Llovía intensamente y ella lo estaba viendo todo desde el vidrio panorámico de la suite donde pasaría la noche, odiaba ver llover y odiaba un poco mas que por culpa de ello no pudiera cumplir su objetivo mas rápido.
Había investigado sobre Dante, sabia que tenia algo así como un equipo, aunque en su mayoría siempre trabajaba solo. Había seguido sus pasos las ultimas noches para ver que sitios frecuentaba. Era un hombre como cualquier otro, tenia los mismos deseos carnales y una que otra afición, pero nada fuera de lo normal. Hasta que confirmo, que asesinaba por placer.
Una noche antes vio a Dante salir de un bar de mala muerte, lo vio entrar en un callejón y aniquilar a un hombre sin permitirle siquiera defender su vida o darle alguna explicación. Ni siquiera ella era así de cruel.
______ llamo a su jefe y le aseguro que cumpliría con la misión, pero empezó llover y no había parado desde entonces. Suspiro con pesar alejándose de la ventana. Tal vez mañana tendria mas suerte.
Al día siguiente vio los rayos del sol entrar con intensidad. Se incorporo vistiéndose rápidamente, tomo la Remington 1875 y la coloco en la parte trasera su cinturón junto al par de municiones que su jefe le pidió utilizar exclusivamente para esa misión.
Nadie la vio salir del hotel, nadie la vio llegar a la oficina de Dante, mucho menos él, quien mas que estar sorprendido parecía estar contento que alguien finalmente pudiera colarse en su oficina sin que el lo notara. La mujer le estaba apuntando directamente a la cabeza. Le parecía gracioso que intentaran asesinarlo con un arma tan común como esa. Dante pensó simplemente que se trataba de una buena asaltante, le siguió el juego y alzo las manos fingiendo un poco de preocupación. Vio a la mujer inclinar la cabeza y sonreírle torcidamente-Supongo que es así como querías tenerme- comento Dante con sarcasmo, el mismo que utilizaba para dirigirse a cualquier mujer, mucho mas si se trataba de alguien atractiva
-Te vi asesinando a un hombre- comento la desconocida -lo hiciste a sangre fría- Dante ladeo la cabeza, no recordaba con claridad al momento que ella se refería. Había matado a cientos o miles de demonios, pero jamás a un hombre, al menos uno que no lo mereciera. Iba a decir algo cuando el primer disparo resonó, ella había jalado el gatillo dándole apenas oportunidad para esquivarlo.
______ maldijo, buscándolo rápidamente con la mirada, parecía que había desaparecido, pero no, el hombre ahí estaba, estaba muy lejos considerando el poco tiempo que había pasado. _____ le apunto nuevamente, disparando de inmediato. No iba a perderlo, no una segunda vez, pero paso, vio a Dante moverse de nuevo a una velocidad sobrehumana. Por un instante se sintió confundida, aunque no dejo que eso la detuviera. Corrió en la oficina apuntando y disparándole al sujeto una y otra vez. Dante esquivaba con facilidad cada ataque hasta que se canso del juego y se acerco a ella ágilmente colocándose a sus espaldas. El pecho de él roso la espalda de ella, la tomo de la muñeca para arrebatarle el arma, ella gruño concentrando toda su fuerza para que el no pudiera desarmarla mas no fue suficiente, Dante le quito el revolver con facilidad, desarmando la pistola
-¿Por qué hiciste eso?- pregunto Dante a su oído, el calor vibrante de su cuerpo la hizo sentirse sofocada, quiso empujarlo, librarse de su agarre y recuperar su arma, pero él era superior en fuerza. Lo único que le pareció coherente fue no responder a su pregunta, _______ jamás había fallado a una de sus misiones, mucho menos de una forma tan patética.