Aquí esta la tercera parte :)
No podías quejarte de la cita tan divertida que acababas de tener.
Nero y tu habían decidido que seria interesante ir a un campo de Paint ball.
El que fuera tan tarde había añadido un toque de misterio a la peligrosa misión de acabar el uno con el otro.
Nero te había interceptado en un par de ocasiones y gracias a la agilidad que gozabas lograste escabullirte entre los arboles sin un rastro de pintura. Fue en uno de sus descuidos que lograste seguirlo hasta una zona donde no había lugar para esconderse, era un punto muerto y supiste que desafortunadamente Nero perdería el encuentro. Disparaste en su pierna y el como el muchacho arrogante que era no quiso quedarse atrás y disparo en tu casco
-¡No es justo!- reclamaste. Él solo se rio y te ayudo a cargar tu arma
-Si no te eliminaba yo, nadie mas lo haría, por si no te diste cuenta nadie mas nos perseguía a nosotros.
-Por que no podían alcanzarnos - te quejaste- teníamos que ganar y no ser los primeros en estar eliminados.
-No quería dejarte con ese montón de chicos- reconoció Nero finalmente
-No tenia idea que te pusieras celoso- lo provocaste.
Él desvió la mirada unos segundos y luego volvió a verte
-Nunca sentí tantos celos como cuando vi a Trish besarte.
La sangre subió a tus mejillas, no tenias idea que Nero hubiera visto eso y que en todo ese tiempo jamás hubiera dicho nada
-¿Tienes idea de cuantas veces intente acercarme a ti? y siempre pensaba en que Trish me mataría.
Soltaste una risa repentina y alegre
-Dudo mucho que Trish pudiera matarte- comentaste burlonamente, aferrándote a su antebrazo.
Ambos caminaron hasta la salida del campo de Paint Ball. Tomaron un café y finalmente te acompaño a casa. Lo invitaste a pasar, ya era casi media noche y aun así no tenias ganas de despedirte.
Estaban descansando en el sofá y estabas a punto de proponerle ver una película cuando el te tomo por las caderas para sentarte en su regazo, el movimiento había sido rápido y no te dio oportunidad de responder al beso tan pronto como hubieras hecho en una situación normal. Nero te estaba besando intensamente, algo que no esperabas que ocurriera en la primera cita, así que solo te concentraste en responder a sus movimientos, dejaste que su lengua explorara tu boca y la sensación que te provoco te erizo la piel, te acomodaste sobre su regazo acomodando tus piernas al lado de las suyas, tu nueva posición permitió que sintieras su erección entre tus piernas y el impresionante tamaño de su miembro provoco que tu zona intima se humedeciera.
-Tengo tiempo sin hacer esto- admitiste, sin pensar mucho en lo que estabas diciendo, era cierto y eso era suficiente por que en el fondo estabas un poco apenada por la rapida reacción de tu cuerpo. Nero solo asintió y te mordió el labio aprovechando tu descuido para bajar sus manos hasta tu pantalón y desabrocharlo. El rose de su piel contra la tuya provoco otra chispa de electricidad entre tu cuerpo.
Durante su cita apenas y te había tocado y te dio la impresión que Nero no era un fan de mostrar su afecto en publico, era compa si tan solo fueras una amiga para el, sin embargo la forma en que rápidamente se familiarizo con tu cuerpo te tenia sorprendida y completamente excitada, como si lo conociera a la perfección y supiera exactamente que zonas debía tocar.
Cambiaste de posición tan solo para permitir que tu pantalón cayera al suelo y aprovechaste el momento para desacerté también de tu blusa. El hizo lo mismo, aunque no tuviste tiempo de apreciarlo en medio de la oscuridad de tu apartamento. Solo viste como los ojos de Nero se posaron sobre tus pechos y sus manos apretaron tus glúteos para volverte a acercar a el, casi con desesperación. Te sentó de nuevo en su regazo, esta vez con tu espalda pegada a su pecho. Una mano seguía sosteniendo tu cadera mientras la otra comenzaba a bajar hasta introducirse en tu cuenca húmeda. Te retorciste un poco notando que nuevamente había tocado el punto exacto brindándote un poco de alivio y Nero no tardo mucho en introducir un segundo dedo. Entonces lo sentiste besar tu espalda dejando pequeñas marcas rojas en ella. No te importaba en absoluto, estabas envuelta en éxtasis y no querías que se detuviera por nada. Si así de glorioso era sentir sus dedos dentro de ti, no querías imaginarte lo que seria tener su delicioso miembro en tu interior.
-Ah! Nero- tu gemido parecía mas una suplica
-¿Te gusta? ¿mph? Seguro que si- susurro en tu oído, con voz grave y agitada.
Estaba siendo completamente diferente a lo que habías imaginado y vaya que habías soñado con este momento. Desde que lo viste por primera vez sabias que un hombre como Nero debía tener una estamina increíble, sabias que era un hombre que podía complacerte y aun así no imaginaste que en realidad fuera a ser tan atrevido. Tuviste varios sueños con el, imaginándote como seria tenerlo en tu cama haciéndote el amor.
Nada de eso se comparaba con ese momento y estuviste a punto de suplicarle que no se detuviera cuando sus dedos abandonaron tu cuenca, completamente húmedos. Nero te dio la vuelta para recostarte en el sillón, la posición te hizo sentir vulnerable y era eso justo lo que el quería, te tenia a su merced. Apoyo una mano sobre el respaldo del sillón y la otra junto a tu brazo izquierdo para sostenerse. Entonces tuviste la oportunidad de apreciar su cuerpo, era todo un guerrero con abdominales bien marcadas, sus pectorales definidos y esos brazos fuertes, no era un monstruo adicto al ejercicio, era delgado pero en perfecta forma.
Tu mirada recorrió cada parte de su magnifico torso, hasta llegar a la parte donde sus abdomen marcaba una línea en V, mas abajo se encontraba perfectamente erguido su miembro, esta mas que bien dotado, completamente firme y listo para que lo tomaras. Nero estaba esperando ver tu reacción, no se sentía inseguro en absoluto de su complexión, pero necesitaba ver si tu lo deseabas tanto como el a ti y cuando obtuvo la confirmación se abalanzo un poco para lamer tus pechos, no debía trabajar mucho en ellos, tus pezones se encontraban duros y la sensación de su lengua húmeda lamiéndolos suavemente hizo imposible que quisieras esperar mas, así que lo tomaste del cabello suavemente atrayéndolo a ti para besarlo en los labios y le pediste que dejara los juegos a un lado, el sonrió totalmente satisfecho y se acomodo para entrar en ti lentamente. Su pene amoldaba cada una de tus paredes mientras tu arañabas ligeramente su espalda intentando contener tu desesperada reacción, sentías la necesidad incontrolable de pedirle que se hiciera cargo de todo, por que la verdad era que estaba haciendo un trabajo maravilloso con tu cuerpo, sus movimientos eran lentos y pausados, como si esperara mas suplicas de tu parte y cambio solo obtuviera gemidos ahogados.
Nero volvió a besarte, te pellizco el pezón derecho mientras su lengua tocaba la tuya y después el ritmo de su pelvis se incremento, el constante roce, te provoco un orgasmo largo y placentero, le besaste en los labios intentando demostrarle lo bien que te sentías en ese instante. Nero dejo salir un gemido ronco y masculino y continuo moviéndose dentro de ti. Supiste que el también lo estaba disfrutando cuando sus boca emitía sonidos graves, casi como murmuros y aprovechaste para besar su cuello cuidadosamente evitando lastimarlo.
El parecía un poco confundido al principio pero cuando entendió tu intención se dejo llevar por los besos húmedos que depositabas en su cuello, uno de los puntos mas sensibles que tenia
-Termina dentro de mi- susurraste, asegurándole que no tenias ningún problema. Él no respondió con palabras y en cambio la fuerza en sus movimientos se incrementó. Nero susurro tu nombre en una especie de gemido y entonces sentiste el liquido recorrer lentamente tu interior.
Nero te beso la frente, haciendo lo posible por no derrumbarse sobre ti, extendiste los brazos y lo acercaste a ti, su pecho desnudo toco el tuyo y los dos se recostaron en el sofá.Había sido tu mejor primer cita y la mejor parte de todo fue ese increíble final inesperado.