Al día siguiente, Kongpob se despertó con un dolor de cabeza que se hizo más agudo cuando abrió los ojos. En realidad, este no era tan fuerte ya que tampoco habían bebido tanto como la ocasión pasada, pero ese era el recordatorio de lo que había sucedido la noche anterior.
La sonrisa en su rostro se fue haciendo cada vez más amplia conforme los recuerdos le atacaban. La playa, el vino, el cielo estrellado, su novio tomando el control sobre él y después los dos sucumbiendo al placer con sus cuerpos muy unidos, lo cual había sucedido más de una ocasión en esa sola noche. Soltó una risa al darse cuenta de lo apasionado que había sido Arthit anoche, tanto que incluso creyó por un momento que no le aguantaría el ritmo.
Con un rápido vistazo a su celular, se dio cuenta de que ya era pasado el mediodía. Ni siquiera recordaba a qué hora se habían ido a la cama. Todavía sonriendo, se giró para encontrarse con Arthit allí a su lado, abrazado a él. Le acarició el cabello, peinándolo hacia atrás con los dedos para apreciar mejor su rostro; luego, le dio un beso en la frente.
—Buen día, amor —susurró, aunque sabía que era probable que el mayor no lo escuchara por estar aún dormido.
La verdad era que Arthit no podía y no quería moverse. Le dolía mucho el cuerpo y todo... absolutamente todo. Además, como cada mañana, se sentía tan a gusto entre los brazos de Kongpob, así que decidió seguir durmiendo.
Al no obtener respuesta, por esta ocasión el menor decidió cerrar los ojos para dormir de nuevo, aunque no podía hacerlo al tener a su pareja durmiendo tan adorable a su lado. Por ello, tomó su teléfono, lo desbloqueó y comenzó a tomar muchas fotos.
Cuando terminó, observó todas las que había tomado durante algunos minutos en los que su sonrisa no disminuyó. Luego, cuando estaba viendo sus redes sociales por algún rato, vio una foto de la noche anterior que no recordaba haber subido o siquiera tomado. Supuso que el responsable había sido Arthit, por lo que se inclinó para darle otro beso, sólo que ahora en los labios.
Esta vez, al sentir los labios ajenos sobre los suyos, Arthit se movió un poco para quedar más juntos y para que de esa forma su novio le siguiera besando. Ese era uno de los más memorables despertares para él, porque a pesar de estar tan avergonzado por recordar todo lo sucedido anoche, también estaba muy feliz y satisfecho.
Kongpob continuó otorgando cortos y ligeros besos a los labios de su novio por lo que fueron los siguientes minutos; después abandonó sus labios para besar todo el rostro del mayor de forma delicada, desde sus mejillas hasta la frente e incluso sus párpados que permanecían cerrados.
—¿Qué quieres comer? —Le dijo al oído cuando detuvo allí sus labios. —¿Debería pedir algo a domicilio? —Propuso, aunque no sabía de ninguna tienda o local cercano, pero siempre podía investigar.
—Dame diez minutos más y hago de comer... —respondió Arthit aún adormilado. Él quería extender más aquel momento, pero entendía que su novio quisiera comer. Él también empezaba a sentir hambre, aunque nada que no aguantara.
—¿Estás seguro de que puedes levantarte? —Inquirió Kongpob con cautela, delineando con sus dedos una de las marcas rojas en el cuello de su novio, luego la besó suavemente.
Arthit negó.
—Pero no puedo estar aquí hasta que se me pase...
Él sólo necesitaba que sus músculos recuperaran un poco de fuerza para levantarse, pero Kongpob estaba preocupado. Que Arthit admitiera aquello entonces significaba que estaba de verdad adolorido. Le tomó de una mano y besó sus nudillos.
—¿Puedo hacer algo por ti mientras tanto?
—Sólo quédate aquí... —Arthit lentamente se acercó más al cuerpo tibio de Kongpob. —Y dame un masaje en las piernas —sonrió.
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III. Frenesí
FanfictionDespués de cuatro años, la relación de Kongpob y Arthit se ha hecho cada vez más estable y fuerte. Sin embargo, todavía hay secretos, emociones y decisiones que podrían desatar un frenesí. ¿Podrán controlarlo? * Libro tres de la serie Escala Danjon...