Capítulo 55 (extra)

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—¿Ya dije lo apuesto que te ves con este traje?

Kongpob murmuró contra la piel de su mayor. Sus labios ya le besaban las clavículas, pero se separó para darle oportunidad de responder. Le miró esbozando una sonrisa coqueta.

—Pero me vería mejor sin él, ¿cierto?

Arthit sospechaba que algo así diría o pensaría su novio, ya después de tantos años, algunas cosas había aprendido de él. Se giro para verle de frente, el también deseaba desvestir a su novio.

Kongpob soltó una suave risa y asintió, aceptando a su novio que se daba la media vuelta para encararlo.

—Desde que salimos de casa me estaba conteniendo las ganas de quitártelo...

Ahora que le tenía de frente, Kongpob terminó de desabrochar la camisa de su mayor y luego la retiró por completo dejándola caer al suelo.

La luz de luna que entraba por el gran ventanal hacía que la piel de Arthit resplandeciera de tal forma que a Kongpob se le hacía agua la boca. Pero no se precipitó sobre él para retomar sus besos, ya que por el momento quería seguir tocando aquella blanca piel la cual ya tendría suficiente tiempo para adornar con posesivas y rojizas marcas.

Después, procedió a retirar el pantalón rojo, esperando encontrar el típico bóxer negro que usaba su novio como ropa interior. Sin embargo, una ola de excitación recorrió su cuerpo cuando, pues en lugar de la elástica y familiar tela negra, sus dedos se toparon con el material de aquella prenda que Kongpob había regalado a su novio esa mañana de Navidad.

Se mordió el labio con la intención de ocultar la gran sonrisa que buscaba hacerse ver, pero falló.

—De verdad te lo pusiste... —Susurró bastante asombrado, terminando de bajar el cierre. Aún con el pantalón puesto, le acarició sobre la tela. —Por eso se te veía tan bien el pantalón —rio y le dio un rápido beso en los labios. —Gracias —lo besó de nuevo y entonces coló su mano dentro del frente de dicho pantalón para empezar a tocarlo.

Unas horas antes, cuando Arthit había terminado de bañarse y antes de salir de su cuarto, él había tomado su ropa y dudado un momento en qué usar, pero al ver que su novio comenzaba a poner tanta dedicación a su apariencia, él se decidió a sacar aquella prenda interior que le había sido regalada el mismo día que su traje. Así, ocultó el jockstap debajo de la demás ropa que tomó y, estando en el cuarto de invitados, se la colocó. Al principio se le hizo incómodo, pero al pasar la noche fue mejorando, y ahora que su novio lo desnudaba, comprobó que su decisión por ponérselo había sido la correcta.

Feliz, llevó sus manos a los hombros de Kongpob y recorrió su torso hasta que desabrochó el saco, metiendo sus manos para empezar a quitárselo. Durante el beso, Arthit mordía ligeramente los labios de su novio. Como siempre, le encantaba hacer feliz a Kongpob y qué mejor que hacerlo al usar su regalo.

Luego de un rato se sintió ser empujado lentamente hasta que su espalda chocó con la pared de cristal. La mano de Kong seguía acariciándole por debajo del pantalón hasta que después de un rato éste cayó al suelo.

—Te ves magnífico —susurró Kongpob contra sus labios, separándose sólo un poco para mirar abajo y observar desde ese ángulo el cuerpo de su novio. Ya veía el bulto que sobresalía siendo cubierto por aquella prenda roja.

Ligeros temblores recorrían por completo el cuerpo de Arthit. Kongpob siempre lo había hecho sentir realmente deseado y eso le gustaba mucho.

Al mismo tiempo, percibía su mirada recorrer cada parte de su cuerpo, y aunque eso le hiciera sentir más nervioso, se concentró en desabrochar botón por botón la camisa de su menor. Le encantaba ver como poco a poco se notaba más de su piel, y cuando finalmente desabrochó todo, se deleitó aún más al observar cómo los músculos del torso de Kongpob se movían para quitarse la prenda.

III. FrenesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora