El sentir el sol fuertemente en su rostro hizo a Arthit moverse hasta estar pegado al cuerpo de Kongpob, escondiendo su rostro en su pecho. El menor ya estaba despierto desde hace unos minutos, sintiendo su cuerpo pegajoso por el sudor y los fluidos de ambos, aunque no tenía ningún deseo por levantarse a ducharse al menos no por ahora.
—¿Cómo te sientes?... —Preguntó con voz débil a su mayor varios minutos después de sentirlo moverse a su lado. Le acariciaba afectuosamente el cabello con la mano del brazo que lo rodeaba. —¿Quieres hacerlo otra vez?... —Soltó una risa bastante audible y que en parte se escuchó con un deje de dolor. Ya estaba sintiendo el golpe de su novio por tal sugerencia.
Arthit sonrió ligeramente al escuchar su propuesta.
—Qué gracioso eres —dijo débilmente y estiró su brazo para sin ningún cuidado dejarlo caer en el abdomen de Kongpob como un pequeño castigo por decir eso. Estaba casi seguro de que, aunque quisiera, su novio aún no tendría fuerzas para hacerlo de nuevo.
—Estoy muy cansaaaadoo, amor —admitió el menor con un tono lastimero y colocó el brazo de su pareja de manera que le rodeara la cintura.
—Yo quiero bañarme... —Murmuró Arthit, dejándose abrazar, aunque no se sentía muy cómodo. Sentía que su cuerpo no daba para más porque había demasiados fluidos en su cuerpo.
Kongpob sólo se abrazó más a su cuerpo, dando besos sobre una de las marcas que había en el pecho de su pareja.
—No te vayas, quiero darte los besos que no te di anoche después de hacer el amor... —Subió entonces sus labios para besar sus clavículas, luego su cuello, su mandíbula y finalmente una comisura de la boca de Arthit, quien emitía incómodos gruñidos.
—Puedes hacerlo en la bañera, ¿sí? Anda, vamos... —Lo empujó un poco para tratar de levantarse.
Su novio lo dejó alejarse con un puchero, pero luego se sintió muy contento al imaginarse a ambos en la bañera comportándose muy cariñosos. O al menos él, otorgando a Arthit los mimos que anoche le hicieron falta darle.
Kongpob se ofreció a ayudarle a Arthit a caminar al cuarto de baño y después le dejó en la ducha para que se lavara un poco mientras él preparaba la tina. Mientras tanto, le dedicaba algunas miradas a su novio y a las manchas que los fluidos ahora secos habían dejado en su piel, pero también a las todavía brillantes marcas rojas que le había hecho con su boca. La vista era tan provocativa que tuvo que apartar la mirada para no excitarse.
Cuando se le avisó que ya estaba lista el agua, Arthit caminó despacio y entró primero con algo de ayuda. Se sentó dolorosamente a la mitad de la tina para que su novio se colocara detrás de él como siempre hacían cuando estaban juntos ahí. Este le abrazó cuando ambos estuvieron dentro disfrutando del agua tibia y le dio varios besos en una mejilla, después recargando la cabeza en el hombro del mayor.
—Tenías mucha energía anoche —murmuró un divertido Kongpob. —Hace que el cansancio y la suciedad de después valgan la pena —besó otra vez su mejilla, a la vez que le enjabonaba el abdomen para quitar las manchas de allí.
Arthit suspiró profundo. Se sentía tan a gusto en ese momento, pero cuando Kongpob habló, él quería lanzarle agua a la cara por decir todas esas cosas que sólo lo sonrojaban. No dijo nada al respecto y se limitó a tomar el bote de shampoo y verter algo del producto en su mano, para después comenzar a lavar el cabello de su novio, quien alzaba la cara para mirar que zonas debía enjabonar bien. Lo malo para el mayor es que su novio se aprovechaba para verlo fijamente y que el sonrojo de Arthit subiera hasta sus orejas.
Pero a diferencia de él, Kongpob sonreía muy amplio cada vez que su mirada se cruzaba con la de Arthit. Se sentía tan enamorado y atraído por ese hombre que no pudo evitar robarle un par de besos en los labios, lo cual sucedía cada vez que sus rostros estaban lo suficientemente cerca el uno del otro.
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III. Frenesí
FanficDespués de cuatro años, la relación de Kongpob y Arthit se ha hecho cada vez más estable y fuerte. Sin embargo, todavía hay secretos, emociones y decisiones que podrían desatar un frenesí. ¿Podrán controlarlo? * Libro tres de la serie Escala Danjon...