III. Frenesí

Capítulo 50 (parte 2)

Algunos minutos después, ambos salieron de la ducha y fueron a la recámara de Arthit para vestirse. Entonces, el mayor tomó su teléfono para ver el mensaje que le había dejado su madre.

Saldremos por un momento, el desayuno está listo. Quizá tardemos un poco.

—No me dijeron a dónde iban...

Volvió a dejar el aparato donde estaba y se dedicó a vestirse. Justo después de tomar su desayuno, Kongpob le propuso aprovechar el tiempo a solas y preparar el postre que debían poner para la cena de esa misma noche.

Luego de recibir un sí como respuesta, el menor buscó algunas recetas en internet, las cuales ambos estuvieron comentando por varios minutos hasta que finalmente se decidieron por una. El postre que harían era uno sencillo y con los ingredientes que tenían en casa: un postre de limón que se veía realmente delicioso.

—Es una lástima que no trajimos los delantales de nuestra casa... —Comentó Kongpob mientras dejaba el paquete de harina sobre la encimera donde ya había un tazón para hacer la mezcla para las crepas.

—Kong, por favor no hagas un desastre. Si le haces algo a la cocina de mi madre, es probable que ella nunca más te deje entrar.

—¿Uh? —Alzó una ceja, confundido. —¿Por qué haría yo un desastre?

Y afortunadamente, todo salió muy bien. Habían estado una hora haciendo aquello y los padres de Arthit no daban señales de llegar aún. Ahora sólo estaban colocando la crema en el postre, así ya podían meterlo al refrigerador para la noche. El mayor colocaba la mezcla con una cuchara, pero detrás de él estaba su novio muy atento de sus movimientos.

—Kong... Estás muy cerca de mí.

—¿Te molesta? —Preguntó Kongpob y desde atrás le rodeó con sus brazos, colocando su barbilla sobre el hombro de Arthit para ver mejor lo que éste hacía.

Todo el proceso para hacerlo había sido muy divertido y el pastel comenzaba a tomar forma. A Kongpob le ponía muy feliz que algo como eso lo hayan hecho los dos solos para una ocasión como aquella. Ya quería ver el resultado final, pero sobre todo probarlo cuando lo sirvieran para la cena.

—No puedo hacerlo bien si estás detrás de mí.

Entonces, Arthit tomó más de la crema y manchó la mejilla de su pareja para ver si este se alejaba un momento. Le ponía realmente nervioso que lo mirara fijamente.

—¡Oye! —Kongpob se apartó un poco por puro instinto cuando Arthit manchó su mejilla. —Bueno, termina eso...

Con un pequeño puchero, el menor se hizo a un lado para darle espacio a su novio, pero de manera que pudiera poder ver aún cómo éste terminaba de decorar el postre.

—Uhhhm... ¿Te molestaste? —Arthit sonrió ligeramente mientras seguía colocando la mezcla sobre el pastel.

La mejilla de Kongpob todavía estaba manchada de crema, pero no hizo ningún intento por limpiarse. Se cruzó de brazos y desvió la mirada, el puchero en sus labios persistía.

—No... —Susurró, aunque su lenguaje corporal dijera lo contrario.

Era absurdo molestarse por algo tan pequeño, pero Kongpob quería seguir siendo cariñoso y compartir más mimos con su pareja mientras tuvieran la oportunidad.

—Tan infantil —susurró de vuelta Arthit, negando divertido con la cabeza.

Él sabía muy bien lo que su novio estaba intentando, pero lo conocía y estaba seguro de que si le prestaba la atención que quería, él dejaría a un lado la preparación y no la terminaría. Luego de un rato, tomó el postre y lo metió al refrigerador.