Capítulo: 40

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Capitulo: 40

23 de junio 2022

David.

Seis horas...

Seis putas horas han pasado y no hemos tenido suerte con nada. Los malditos supieron porque caminos entrar y donde moverse para evitar las cámaras y quedar en los puntos ciegos luego de cierto giro.

Los perdimos de camino a cueva del oso y no volvimos a recuperar su rastro. Son al menos siete vías alternas para caer a diferentes lugares y no tenemos idea de a que dirección fueron porque no salen en ninguna maldita cámara.

Rastreamos el celular de Monic y fuimos a por el, estaba un poco más allá de la última ubicación de la doble cabina, prácticamente intacto, lo único dañado fue la pantalla por el impacto de la caída, pero sin ningún tipo de rastro, por lo que volvimos al edificio y seguimos buscando.

- ¿encontraron algo? –pregunto y dudan en hablar.

- No hemos tenido suerte con nada aun -responde uno en un ataque de valor.

- ¡Son unos inútiles! –exclamo después de obtener la respuesta de hace un rato.- Ellas están quien sabe dónde y con quien sabe quién haciendo no se que y ustedes están aquí perdiendo el tiempo.

- Señor, hacemos cuanto podemos con lo que...

- ¡Hacer y una mierda! –grito y se calla de golpe.

- D – me llama Tony- Afuera. Ahora –no pregunta, lo ordena y sale. Bufo y me dispongo a seguirlo, Daniel me sigue.

- ¿En qué demonios estás pensando? –pregunta con fingida calma.

- No están ayudando un coño, mi chica está secuestrada por unos hijos de perra que le estarán haciendo quien sabe qué y ellos no hacen nada. tienen que saberlo y...

- Gritando no ayudas, mucho menos tratándolos mal. –interrumpe y quiero golpearlo.

- No entiendes nada de lo que estoy pasando, no sabes lo que estoy... -digo y me detengo de inmediato pasando las manos por mi rostro. Suspiro- Lo siento. No quise decir eso –murmuro y niega, su expresión siendo la misma de siempre: fría, seria, calculadora.

- Sé cómo te sientes, pero gritándoles a quienes intentan ayudarte no te hará sentir mejor ni quitara la ansiedad de tu pecho.

- Cada minuto que no se de ella siento que no respiro –murmuro y mis ojos se llenan de lágrimas- Me duele... me duele como cuando una muela te jode, como cuando te pegas en el dedo pequeño del pie y eso es poco, porque me duele tanto que quema –susurro tragando el nudo en mi garganta. Hay un breve silencio y entonces Daniel da un brinco que me asusta un poco.

- ¿dijiste muela? –pregunta y asiento confundido.

- ¿es todo lo que escuchaste sobre mi dolor? –dudo y sonríe negando- Me estas asustando.

- Tengo algo en mente –murmura y camina de regreso al salón, Tony y yo compartimos una mirada confusa y vamos tras él. Dan levanta a un sujeto de su computadora y toma asiento moviendo ágilmente los dedos por el teclado.

- ¿Qué haces? –cuestiono y ríe como un loco.

- ¿Cómo pude olvidarlo? -duda y parece un demente.

- Da... Sombra estas asustándome –corrijo y deja de teclear.

- ¿recuerdas cuando Sam se partió una muela comiendo melcocha y le insistí que fuera con mi dentista? –asiento- No es un simple dentista, es uno de mis hombres y le ordene poner en la calza un rastreador por si algún día llegaba a necesitarlo... Chanchito y tú también tienen uno.

Nuestra historia terminó (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora