23._siempre estará vacante

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Serena se durmió entre sus brazos,él se resistía a eso. Quería mirarla nada más. No estaba seguro si en algúna otra oportunidad hubiera podido ver las cosas tan claras como en ese momento,de no haber vivido todo lo que allí le sucedió. Pensaba en ello y en su decisión final. Al llegar la mañana se levanto procurando no despertarla y fue a darse una ducha, para salir al patio,para su sorpresa, allí estaba Gowasu, quien lo miro y sin darle tiempo a nada lo tomo por el hombro y se lo llevo.

Aparecieron en el templo del supremo kaiosama. Fue algo incomodo volver ahi. Su maestro lo miraba esperando la respuesta y Zamasu miraba sus manos blancas en busca de las mejores palabras.

-me quedo con los humanos-dijo después de unos minutos,sin quitar los ojos de sus manos.

Si,con los humanos. Con los terribles humanos que destruyen el suelo que los sostiene,que apartan de su vista lo que consideran innecesario o molesto incluyendo a sus hermanos de especie;que ignoran el dolor y en general todos los sentimientos de los otros,salvo de los que se rodean. Se quedaba con los crueles,los estúpidos, los egoístas y todo eso que siempre pensó de los humanos. Se quedaba con esos a los que iba a impartir una falsa justicia. Que idiota fue. Estaba enfermo,pero enfermo de impotencia al ver a los humanos en ese sendero de autoaniquilacion y no poder hacer nada que no fuera mirar. La indignación fue creciendo,como la frustración y las veces que intento hablar con su maestro terminaba con un sermón que lo hacia sentir aun más frustrado,pero él era el supremo kaiosama y él tenia la razón y si todos los demás supremos kaiosama pensaban igual,entonces el que estaba mal era él,pero como iba a estar mal él si todo lo que pensaba estaba ahí,a la vista de todos. Pensó entonces que él y solo él tenia el valor de decir la verdad,ver la verdad y por tanto sólo él podía corregir el error. Que imbécil,que orgulloso y que ser tan ruin se volvió.

-...no es deber de los dioses corregir a los humanos-dijo Zamasu después de todo lo anterior,pero alzando la mirada hacia su maestro.

Gowasu lo miraba en callada reflexión.

-les brindamos los dones necesarios para que sean capaces de sobrevivir y les damos mundos con todo los recursos pertinentes,luego los dejamos solos y puede parecer que los abandonos,pero no es así. Los cuidamos de males que ellos no podrían resolver;porque todo lo demás,absolutamente todo los demás...los humanos lo pueden solucionar por ellos mismos,tienen todo para hacerlo,mas les cuesta aceptar y esperan demasiado,son uno de tantos errores que cometen,pero siempre hay personas que logran aquello y al hacerlo cambian las cosas. Son gestos pequeños,pasan inadvertidos para la mayoría,pero ahí estan y uno a uno esos pequeños gestos van haciendo mejores las cosas...no sé si me estoy explicando bien,es que he aprendido tantas cosas sobre los humanos y sobre mi mismo que...

-¿sobre ti mismo?-le pregunto Gowas.

-no estoy hecho para ser dios,soy más mortal de lo que pensaba. Ante un hecho como el abuso del que fui victima,mi primera idea no fue la justicia,si no la venganza.Soy presa de mis pasiones con demasiada facilidad. Paso lo mismo cuando lastimaron a Serena.Mirame,la amo y pase la noche con ella porque sucumbi a ese deseo del que no me avergüenzo.Cometi traición al tratar de matarte,fui soberbio ¡yo no estoy hecho para ser un dios! y no quiero serlo...no puedo ignorar las cosas ¡quiero hacer algo! Aquí puedo hacerlo,allá no y no quiero dejar a Serena,la amo...por más ridículo que te parezca.

-¿quieres ser humano entonces?-le pregunto Gowasu fríamente.

-soy lo que soy...Así me quedare entre ellos-declaro Zamasu con pesar.

-¿quieres tus poderes de vuelta?-le pregunto Gowasu.

-no los necesito para hacer lo que quiero-le respondio Zamasu.

-yo quería que rectificaras,que entendieras las calamidades que ibas a cometer,que entendieras lo que significa ser un dios y volvieras a ser mi aprendiz,pero en lugar de eso...

En lugar de eso lo convirtió en hombre,pero no quiso decirlo. Gowasu lo llevo de vuelta a la titier sin decir una sola palabra. Era muy temprano,aun no había mucho personal en el lugar y los pacientes aun dormían.

-¿qué harás ahora?-le pregunto el supremo kaiosama con algo de tristeza.

-me la llevare lejos de este lugar,eso sera lo primero,después...ya veré después-le dijo Zamasu y le inclino la cabeza en reverencia-perdon, perdón por todo maestro.

-yo ya no soy tu maestro,Zamasu...vive bien. Estas perdonado-le dijo y le dio unas ropas-ten,te serán utiles a ti y a ella.

No dijo más,pues lo había hecho antes de llegar y se fue.

Zamasu fue con Serena,la despertó y le contó todo para al final decirle que se quedaba con ella y explicarle el resto. Tras el desayuno,ambos estaban en la puerta tras el comedor. Iban vestidos con las ropas que les dio Gowasu que era sólo vestimenta común,pero no robada.La puerta que siempre estaba abierta,los vio salir para no volver,mas Serena no pudo evitar mirar atrás.

-no puedo irme asi-dijo tímidamente-ni siquiera me voy a despedir ¿qué pasara con ellos?

-estarán bien, nos vamos para volver por ellos,pero mejor preparados.-le dijo Zamasu.

-si,tienes razón,pero...

-también tengo miedo-le dijo Zamasu y le tomo la mano.

-¿estas seguro de esto?-le pregunto Serena.

-sí,completamente seguro y también de que voy a estar a tu lado. Se que no podre evitar que sufras de vez en cuando,ni que padezcas,pero si te prometo estar a tu lado. No te dejare sola.

Ella apreto la mano de Zamasu con fuerza y cruzaron la puerta.

-adiós chicos que les vaya bien-les dijo Vaquero que estaba del otro lado de la calle y ellos se despidieron para luego hecharon a correr.

Tres años después.

En las lejanas montañas había una gran casa de campo de madera,con muebles del mismo material,pues su dueño era un habil artesano y agricultor que tenia un campo de cultivo que trabajaba junto a su esposa,una muchacha que también era maestra en un horfanato en el pueblo. Ambos sostenían una casa de reposo donde habían diez personas que decían estaban locos,pero sólo eran raros. Uno llevaba sombrero de vaquero,otro era como un Buda en aspecto. El hombre y su esposa llevaban una vida tranquila hasta que un día la muchacha se desmayo en medio de una clase. La llevaron al hospital y descubrieron que tenia dos meses de embarazo,un autentico milagro pues ella decía no poder tener hijos.

-¿es obra tuya?-le pregunto Serena en la intimidad de su hogar.

-no,pero creo saber quien lo hizo-le dijo Zamasu.

Dicen que hubo una vez un aprendiz de dios que quiso aniquilar a la humanidad,dicen que su maestro lo hizo aprender en base a la dura experiencia,dicen que se quedo con los hombres porque aprendió que son ellos quienes deben corregir sus errores y no los dioses.

"Te has convertido en un hombre mi querido aprendiz,pero tú lo has dicho eres lo que eres y yo te esperare con tu puesto vacante,mientras viva y me lo permitan. "
Gowasu

Fin

DeliriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora