ASMR {YUWIN💖}

💋29. Lo que más me encanta de tí

¿A qué saben los besos de los chicos guapos?

¿A nubes suaves como algodón de azúcar que viajan rápidas en el cielo oscuro? ¿A marshmallows derretidos frente a una fogata en pleno invierno?

Para Yuta, los besos de Winwin sabían a chocolate fumante con abundante crema batida. Una mezcla deliciosa que deleitaba su paladar y derretia lentamente su interior.

Pasaba los labios por su piel, explorando cada centímetro, queriendo memorizar cada línea y músculo de su cuerpo. Su habitación estaba sumergida en una cómoda y misteriosa penumbra. Una suave melodia sonaba de fondo.

La tenue luz de la lámpara golpeaba los cristales creando figuras geométricas en la pared y en los cuerpos desnudos que se entrelazaban en la cama.

Las sábanas estaban a medio colgar, hechas un lío en la alfombra.

Sicheng no sabía cuánto tiempo había pasado, si minutos u horas mientras también seguía explorando el cuerpo del otro. En particular se había enamorado de los pequeños lunares en su abdomen plano.

—¿Te gusta mucho lo que estás viendo, lindo? —le había preguntado a un cierto punto Yuta con una sonrisita maliciosa.

Por un momento Sicheng permaneció en silencio, sólo sus manos seguían moviéndose sobre sus músculos.

Acostumbraba a ver chicos guapos muy seguido en los set fotográficos o en el backstage de las pasarelas. Cuerpos delgados, a veces demasiado, muy cuidados y sin embargo verlos no provocaba ningún efecto en él.

Pero con Yuta, oh él era completamente diferente...

—Sé qué no tengo el mejor cuerpo pero... —Yuta había malinterpretado su silencio y ahora se pasaba una mano en el cabello y fruncía levemente el ceño. 

Oh, se había ofendido. Winwin sonrió para su interior, encontraba adorable que el mayor se molestara de esa forma. 

—No es eso —Sicheng se inclinó, sus rostros estaban a un respiro de distancia.

—No, no déjame —apartó su rostro y miró hacia otro lado —Vete con aquel modelo rubio que te coquetea. 

El menor soltó una risa.

—¿De quién hablas? —quiso tomar el rostro del otro en sus manos pero este se escapaba de su agarre. —Deja de imaginar cosas. 

—No me las estoy imaginando —murmuruñó dándose la vuelta y abrazando una almohada. 

Winwin dio palmaditas en su espalda pero este no se movió, así que se recostó encima con todo su peso. A Yuta le gustaba demasiado recibir ese tipo de atenciones, así que de vez cuando hacia algún capricho como ese. 

—Aunque yo no esté a la par tuya todo el tiempo, pues me doy cuenta de absolutamente todo. Desde quién te invita a salir al que te habla bonito en el trabajo. 

—¿Me tienes así de controlado? —le habló cerca del oído y movió la punta de su nariz sobre su cuello. 

Yuta se encogió un poco, ese toque placentero le provocaba cosquillas.

—¿Y a ti quién te controla? —Sicheng dejó una serie de pequeños besitos por la piel sensible de su cuello. 

—No hay necesidad de eso —Yuta se dio vuelta sobre su espalda haciendo que el menor se deslizara de lado.

Se recostó sobre él haciendo atención en no pesarle demasiado encima. Puso los codos a cada lado de la cabeza del otro. 

—Yo solo tengo ojos para ti —le dio un pequeño besito en la comisura de los labios.